LAS DENTELLADAS

Lo que no se ha dicho del carnaval de Zihua

Por El Tiburón

Yo –la verdad, camaradas- no quería comentar nada en relación con el carnaval de Zihuatanejo por que muy poco me arrimé al fogón y poco enterado estoy, pero el camarada Crescencio que no se apartó un momento de esta cuestión quiso opinar en torno a este polémico asunto y mandó por aquí algunas ideas que a continuación expongo al cultísimo público que gusta de servirse una cerveza bien fría y tirarse sobre la hamaca a leer las Dentelladas aunque pase otro día sin trabajar.
Aclárole que Crescencio, a diferencia del resto de los asesores de esta columna, es hombre sin instrucción formal y no pudo obtener un título ni del ITAM (Instituto Tecnológico Autónomo de Murga) y sólo se ha formado en la universidad de la vida, única universidad del mundo donde los profesores no regalan calificaciones (tampoco las venden) aunque vote usted por su candidato a rector, o ande repartiendo volantes a favor de la “causa” o de plano se deje acariciar las piernas por el susodicho mentor.
Dice Crescencio que varias de las razones que vamos a exponer aquí debieran ser dichas por el propio gobierno municipal, pero como es un gobierno mudo en este sentido, ahí les va él, aunque luego anden pensando que ya lo tienen “maiceado” y que comparte su sobre conmigo.
Según Crescencio, el asunto del carnaval tiene que analizarse desde la perspectiva del turismo. Cree que todos los directores de esta área del gobierno municipal que han apoyado esta iniciativa lo han hecho con la intención de generar un evento que se convierta en tradición y que nos ayude a resolver nuestro principal problema como destino: La falta de turismo en las cantidades y calidades que necesitamos.
Afirma él que, desde este ángulo, el actual gobierno municipal la zurró feamente al suspender la edición 2009 del carnaval, pues el anterior director de Turismo le taloneó con ganas para impulsar este evento con el apoyo miserable de Silvano, así que al llegar este gobierno se interrumpió un esfuerzo que se venía sosteniendo con mucho sudor de Memo Catalán. Qué bueno que este año el gobierno municipal decidió apoyar con ganas el evento, dice mi estimado camarada,
Sin embargo, hay quienes critican a la actual administración por que, a su juicio, se invirtieron recursos de manera excesiva en el carnaval; otros suponen que el carnaval es sólo “un pretexto para robar”; algunos más critican a los organizadores por que a su juicio el grupo musical no fue el adecuado, etc.
Vayamos a lo central. Según Crescencio, el carnaval empezó “friyón” pero fue subiendo y el pueblo se sumó másivamente el viernes y el sábado. Cree “Chencho” que ha sido, si no el mejor, uno de los mejores carnavales de Ixtapa-Zihuatanejo y la clave fue el apoyo irrestricto que le dio Alejandro Bravo, quien no anduvo pichicateando el recurso para llevar a cabo esta festividad. No miente Crescencio al decir que nunca en Ixtapa-Zihuatanejo se ha realizado un evento de este tipo con una publicidad (por lo menos a nivel local, que es la que vio mi camarada) tan intensa, tan completa como el caso que nos ocupa.
¿Es demasiado lo que se invirtió? Demasiado quiere decir que supera lo necesario, que algo ha ocurrido en exceso. Lo que se ve es que la publicidad ha sido profusa, incisiva, pero seguramente no ha superado lo necesario, pues habría que determinar si lo que se logró pudiera haberse alcanzado con menos.
En lo que sí coincide Crescencio con los críticos es que, aunque la necesidad de eventos y publicidad son muy grandes, tampoco puede llegarse al extremo de dejar de hacer las tareas sustantivas de la administración para publicitar un evento. Aquí lo que habría que ver es si han dejado de realizarse esas tareas sustanciales para canalizar recursos al carnaval.
También comulga este Crescencio (se me hace que ha de ser del “pederré”) con las críticas vertidas por la regidora Ana Lilia Jiménez, quien dice que el cuerpo edilicio no ha conocido de los gastos del carnaval. En ese sentido, el asesor de esta columna sostiene que no hay mejor gobierno que aquel que democratiza la toma de decisiones y si el presidente no ha comentado con los regidores las decisiones, pues algún precio tendrá que pagar (nomás esperemos que no sea en numerario).
Hay quienes dicen que el carnaval es sólo es un pretexto para robar. Pudiera serlo, pero nadie obliga a los regidores a quedarse callados o a permitir una conducta de este tipo; ellos pueden y deben exigir que les entreguen cuentas claras. Y, finalmente, nadie lo obliga a usted, mi estimado, a quedarse como el mudo. Si alguien quiere “carrancearse” un billete, denúncielo y proteste, salga a la calle y hágala de tos. Sólo le pido un favor, no vaya a andar diciendo que fue usted aconsejado por mi camarada Crescencio. Conste.