LAS DENTELLADAS

¿Cuánto vale un guerrerense; cuánto vale un gringo para FCH?

Por El Tiburón

Como en los dos día anteriores vertimos nuestra humilde opinión sobre la bronca de los asesinatos de personal consular de los Estados Unidos en Ciudad Juárez, hoy quiero presentarles por un lado a Rafael Cardona y por otro a José Contreras. Usted ha de imaginar que son asesores de esta columna, pero esta vez se equivocó, son dos columnistas del periódico nacional “La Crónica de hoy”, quienes escribieron ayer cosas muy interesantes en torno al mismo tema y por eso pongo a consideración de ustedes su punto de vista.
A estos dos periodistas los podemos leer a través de la página web de este diario o comprando el periódico directamente en el puesto. Ahí usted dirá.
Cardona dice en su artículo que México se ha “colombianizado” no sólo por la violencia que estamos viviendo comparable o peor a la que viven los habitantes de aquel país sudamericano, sino por la tutela excesiva y creciente (y la sumisión nuestra agregaría yo) por parte de EE UU; México tiene incluso ya un plan parecido al de los colombianos: El Plan Mérida que es el iceberg de la intromisión, como se comprueba ahora con la entrada de los agentes americanos para “investigar” dichas muertes.
Supone Cardona que también influye el hecho de que hay molestia de Washington por el papel de México en la cumbre de Playa del Carmen, donde México se reunió con los países de América Latina y el Caribe y se proclamó la necesidad de construir una América sin los americanos, lo que evidentemente no le gustó al gobierno gringo.
Cree el periodista que en respuesta, éstos comenzaron a apretar las pinzas: Janet Napolitano, la encargada de la seguridad interna de los Estados Unidos, sentenció la ausencia del estado de derecho en Ciudad Juárez, en lo que tiene razón (“no ha servido para nada haber enviado al ejército”, dijo la señora). Después, utilizando como pretexto a las tortugas se prohibió el comercio de los camarones mexicanos lo que encamina a la quiebra a la flota pesquera del Pacífico. Y ahora la inmediata presencia de los agentes de la Oficina Federal de Investigaciones, quienes van a desplazar a los mexicanos (policías, soldados y marinos) y relegarán a simples ayudantes o choferes en el mejor de los casos.
Dice Rafael Cardona que estos hechos son lamentables por las personas asesinadas, ni duda cabe. Sin embargo, está por verse si el Presidente hubiera reaccionado de tan conmovida y expedita forma si hubieran sido empleados de cualquier otro gobierno los muertos. La presión que está ejerciendo el gobierno americano –plantea- es similar a la que ejerció en 1983, cuando en nuestro país asesinaron al agente de la DEA Enrique Camarena y un piloto mexicano del que ya ni del nombre nos acordamos a pesar de que murió junto con el americano Camarena. Bueno es que era mexicano y parece que para los gringos y para el gobierno mexicano no es lo mismo, añado yo.
José Contreras, el otro articulista escribió sobre lo mismo y llama la atención tanta coincidencia no sólo entre ellos sino con la idea que manejamos ayer. Contreras tituló su artículo “Expedición punitiva en pleno centenario”. Le llama la atención a Contreras que los gringos estén preparando una expedición punitiva cien años después de otra expedición con el mismo fin, llevada a cabo en 1916, cuando 10 mil soldados entraron a México a corretear a Pancho Villa luego de que éste tuvo la osadía de tomar por asalto el pueblo de Columbus.
Como en aquella ocasión entrarán por Chihuahua y no será militar pero participará un ejército de policías e investigadores de ¡siete! Corporaciones de Estados Unidos. Vienen por los asesinos de los tres empleados del consulado americano en Juárez y no vienen a colaborar sino a involucrarse directamente. Señala que un vocero americano dijo harán “todo lo que esté a nuestro alcance para ayudar a restablecer el imperio de la ley en México”. ¿Qué no se supone que eso es algo que tenemos que hacer nosotros?
Contreras se remonta también a 1983 cuando tomaron en sus manos la investigación de la muerte del agente de la DEA violando las leyes mexicanas y tratados internacionales al detener a Humberto Alvarez Machain a quien tuvieron que liberar luego de juzgarlo allá por un delito cometido aquí. Al que sí condenaron fue a un pariente político de Luis Echeverría quien purga allá cadena perpetua a pesar de los pesares.
Señala –igual que Cardona- que EE UU convirtió a Camarena en un mártir mientras las autoridades mexicanas apenas recordaron la muerte del piloto Alfredo Zavala Avelar, asesinado en los mismos hechos.
Los hechos del 83 y los recientes de Juárez hacen pensar –dice Contreras- que la vida de un estadounidense vale más que la de un mexicano. Y señala que aquí, en Guerrero, asesinaron a 30 personas en el pasado fin de semana y eso no ameritó una “visita urgente” del presidente Felipe Calderón como pasó en el caso de Chihuahua.
Y todo apunta hacia una nueva intervención similar a la que se registró en el 83. Digo: Y eso que estamos celebrando doscientos años de independencia, ¿se imaginan si no lo estuviéramos haciendo?

1 comentario:

  1. No tiene ningún sentido asumir que los 3 muertos en Ciudad Reynosa relacionados con el Consulado del los EE.UU. fueron asesinados por sicarios de cualquier cartel. No hay ningún beneficio para los narcos en enojar al país más poderoso en el mundo.

    Tiene mucho más sentido creer que los sicarios fueron contratados por agentes estadounidenses para legitimizar el aumento en presupuestos y personal destinados a la "guerra contra las drogas". Así funciona la burocracia para justificar sus trabajos. Asesinando personal del Consulado EE.UU. en Ciudad Juárez obviamente molestaría al gobierno y al pueblo estadounidense, y ellos van a reclamar justicia. Ya que ha habido mucha violencia en Ciudad Juárez atribuido a los narcos, es de esperar que TODOMUNDO va a creer que este acto también fue hecho por los narcos y que nadie sospecharía agentes gringos. Pero los únicos que beneficiarían de tal evento serían los cuerpos militares y policiacos estadounidenses con aumentos a sus presupuestos igual que las fábricas que les venden armas y equipamiento para la "guerra contra las drogas".

    La única solución razonable y sana para poner fin a la violencia es legalizar las drogas y quitar de la ecuación todo esta violencia y corrupción.

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