LAS DENTELLADAS

Un alcalde con nervios de acero

Por El Tiburón

Usted, como el resto del mundo, ya está enterado de las versiones que existen en torno a lo que ocurrió en Acapulco el miércoles pasado, en plena costera Miguel Alemán, a la mera hora de la papa. Según constataron algunos medios de prensa, algunos dicen que un grupo de sicarios se enfrentó contra una patrulla de la Policía Federal, pero otros señalan que el enfrentamiento ocurrió entre dos grupos de elementos de la delincuencia organizada. En lo único en que todos coinciden es en que hubo seis muertos, en su mayoría civiles, entre ellos dos niños y su madre. Una verdadera y horrenda tragedia que se suma a todas aquellas que han venido ocurriendo en diferentes estados de la república sin que se sepa hasta ahora quién va a poner orden en este país.

El hecho sigue revelando que Acapulco es un municipio sin ley, o para ser más exactos, en donde la ley es otra muy diferente a la establecida por la norma jurídica y los procesos electorales.
Las baterías de los críticos ya están apuntando hacia la responsabilidad del gobierno federal que preside Felipe Calderón Hinojosa y del gobierno estatal que encabeza Zeferino Torreblanca Galindo. Bueno, por ahí hay una nota donde el senador Lázaro Mazón Alonso censura precisamente al gobierno federal y al gobierno estatal por estos hechos, pero no dice nada del gobierno municipal. Pareciera como si aceptaran que no hay responsabilidad del gobierno de Añorve en estos hechos.
Sólo algunas voces han apuntado con índice de fuego al alcalde de Acapulco, Manuel Añorve Baños, quien –según dicen- mientras tronaban los “cuetes” en la costera acapulqueña, él se encontraba en la asamblea del Consejo Político de su partido, el PRI, peleando por su aspiración a ser gobernador de Guerrero. Pero son los menos.
Según prestigiados abogados que asesoran esta columna (como el Lic. Trastupijes), ningún alcalde del país que tenga en su municipio tal índice de violencia puede afirmar que no es asunto de su administración lo que pasa en relación con las masacres que vienen ocurriendo. Claro que lo es, tanto como lo es del gobierno federal y del gobierno del estado.
Pero a quien no parece caerle el veinte es la presidente de Acapulco, Manuel Añorve. Según declaraciones hechas al periódico “El Sur” este fin de semana, este alcalde dice que el senador Angel Aguirre Rivero anda nervioso después de lo que pasó en el Consejo Político del pasado miércoles, donde se acordó seleccionar al candidato del RIP al gobierno del estado por la vía de una Convención de Delegados.
Bueno, hay quienes señalan que también Añorve debería andar nervioso por la matazón que hay en su municipio como si ahí no hubiese una autoridad encargada de la seguridad pública, pues los votantes pudieran llegar a pensar que si no puede imponer la paz en un municipio como Acapulco, menos lo podrá hacer con todo el estado.
Yo pregunté a cien ciudadanos acapulqueños: ¿Cuál es la razón por la que su presidente municipal no está nervioso a pesar de que el asunto está para llorar? Unos 99 respondieron que la verdad es que el alcalde acapulqueño tiene nervios de acero y por ello no se pone nervioso aunque ocurran, por día, dos matazones como la del pasado 15 de abril. Uno sólo de los encuestados respondió que lo que Añorve tiene de acero (y triple grosor) es la concha, pues con las cosas que están ocurriendo en el municipio QUE GOBIERNA, no sólo debería estar nervioso, sino verdaderamente preocupado no sólo por que se le pueden caer sus expectativas como aspirante a la gubernatura, sino que la situación del puerto pudiera llegar a convencer a la ciudadanía que Añorve no sólo no sirve para ocupar la guberntaura, sino que no merece ni la alcaldía de Acapulco. Eso dicen, pero yo creo que este Manuel Añorve es un “gallazo” para la gubernatura de Guerrero. ¿O no?.....

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