LAS DENTELLADAS

Ya pueden dormir tranquilos los acapulqueños


Por El Tiburón

La tremenda balacera de la semana pasada, a consecuencia de la cual hubo hasta niños que cayeron bajo el fuego cruzado, dejó temblando de miedo a los acapulqueños. Pero ya podrán dormir tranquilos pues el secretario de seguridad pública del municipio de Acapulco ya aclaró que en la próxima lluvia de balas que se presente los elementos de la corporación que dirige se van a echar a correr… para avisarle a las “autoridades correspondientes” que ya se armaron los cocolazos en el lugar que fuere.

Quizás el secretario de seguridad pública que, por cierto, se llama Paulino Vargas, está pensando dedicarse a combatir –junto con sus muchachitos- a peligrosos individuos que ya sea de día o de noche sacan sus espantosas armas… para mear a la sombra de algún árbol de la costera Miguel Alemán o a individuos harto sospechosos –por la manera de caminar- de transportar en sus barrigas grandes cantidades de cerveza y, lo que es peor, con dinero en sus carteras que, seguramente, podría servir para adquirir armas en el mercado negro, si no fuese decomisado a tiempo.
Este secretario acapulqueño me hizo recordar a un amigo de la “inflancia” que un día que nos corretearon (y nos alcanzaron) como diez pandilleros en una calle de la colonia Doctores, en el mismísimo “defectuoso”, salió huyendo como un venado. Cuando regresó y nos encontró bien madreados dijo que había ido a avisarle a los cuates que nos estaban dando hasta por debajo de la lengua. “No vayan a creer que corrí por miedo, nomás fui a avisarle a los cuates”, dijo muy puntual.
Yo entiendo al secretario Paulino. Por un lado tienen que enfrentarse a grupos sumamente peligrosos, armados hasta los dientes; grupos que a lo mejor hasta tienen pacto con el demonio pues así como aparecen, desaparecen; fulanos que –como entes invisibles e intocables- cruzan retenes de uniformados de los de a deveras y de los otros sin que sean detectados. Parece obra del chamuco, me cai.
Por si fuera poco, a los policías del secretario Paulino les pagan como si fueran repartidores de pizzas y no falta que el día que les meten un tiro por salva sea la parte andan sus patrones con que no les quieren aprobar ni un quinto para las “medecinas” y peor si estiran la pata, no quieren hacerse cargo de los huérfanos. Dígame, ¿quién demonios va a querer meterse dentro de la balacera? Mejor correr para avisarle a los cuates… perdón a las “autoridades correspondientes”.
Lo que yo no entiendo de lo dicho por Paulino es ¿cuáles son las autoridades correspondientes? Veamos lo que dice la Secretaría de Gobernación en su página www.e-local.gob.mx sobre la seguridad pública: “Dentro del ámbito municipal, la Constitución considera a la seguridad pública como un servicio a cargo del municipio (negritas de su servidor) el cual deberá ejercerse con el concurso del Estado porque así lo determina el artículo 21 Constitucional que establece que la seguridad pública es una función a cargo de la Federación, el Distrito Federal, Los Estados y los Municipios (de vuelta, soy yo), en sus respectivas competencias”. O sea que según Gobernación, una de las autoridades “correspondientes” es precisamente la autoridad municipal, o sea el presidente municipal y Paulino entre otros. Entiendo entonces que Paulino va a salir corriendo a avisarle a Paulino y a Añorve que ya se armaron los fregadazos y que es la hora de agarrar para Ometepec.
Lo único bueno de lo que dice el secretario de seguridad pública de Acapulco es que, de acuerdo con las nuevas funciones de la policía preventiva, bien podría desaparecer y ser sustituida por un cuerpo de bellas damas que una vez que localicen algún pelao que esté orinando en la vía pública ebrio o sobrio, le entreguen en el acto su multa junto con una atenta invitación para que pase a pagar de inmediato. No está mal.

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