LAS DENTELLADAS

Para lo que sirve ahora la universidad “democrática”

Por El Tiburón

Más allá de que todos somos meshicas y guadalupanos, hay quienes dicen que la verdad es que nuestra sociedad se encuentra profundamente dividida y no precisamente en porras de los equipos de futbol sino en clases sociales, que no quiere decir otra cosa que hay unos que son dueños de las grandes empresas y hay otros que las hacen producir siempre con mucho mayor beneficio para el santo patroncito. Existen además otros grupos, como los medianos y pequeños patrones, que o bien van que vuelan para perder su empresa o se sostienen de milagro como empresarios independientes en muchas de las ocasiones con el trabajo de la familia.

Cuentan que entre todos los que no son dueños de nada más que su trabajo, hay unos que ganan más o menos y hay otros que ganan una miseria, pero en el fondo ambos son iguales por que son simplemente asalariados, aunque los primeros se sientan casi casi igual que los patrones.
Dicen también que todas las clases sociales que controlan el poder político, controlan también la educación, con el fin de que la escuela reproduzca sin broncas el modelo de explotación vigente en ese momento. O sea, la escuela o lo que funcionaba como escuela en los tiempos de la Grecia y la Roma Antiguas, además de los rollos filosóficos que aún perduran, en el terreno social sus ideas tendían a consolidar el sistema basado en la esclavitud.
Dicen que en México, desde los tiempos que sucedieron a la revolución mexicana, los grupos sociales que se montaron, perdón que ascendieron al poder impulsados por las masas campesinas, también se han preocupado por crear un tipo de escuela que permita reproducir el sistema sin broncas, es decir, unos cuantos que tengan mucho y un chingo que no tengamos nada pero que vivamos felices con nuestros patroncitos.
Sin embargo, dicen quienes han estudiado este asunto, que bajo la influencia de los movimientos revolucionarios en Rusia, China y Cuba, los movimientos de izquierda en México, que encontraron su mejor espacio en las universidades públicas, generaron un concepto diferente de universidad encaminado a coadyuvar en la formación de una nueva conciencia social; en la formación de un nuevo tipo de profesional, armado sobre todo con las herramientas del pensamiento científico y del humanismo; formado en un ámbito verdaderamente democrático y orientado hacia la defensa de las causas populares. A ese movimiento dieron en llamarlo Por una Universidad crítica, democrática y Popular y floreció en buena parte de la segunda mitad del siglo XX en muchas universidades del país.
Tras esta consigna miles y miles de profesores, estudiantes e incluso trabajadores de las universidades dieron heroicas luchas que costaron muchas vidas y que en una buena cantidad de escuelas modificaron o más bien intentaron modificar de fondo la orientación de la universidad. La Universidad de Guerrero es una de las universidades de México donde el proyecto de universidad alternativo al de las clases poderosas abrió espacios. Si le busca usted en los documentos básicos de la UAG de seguro que ahí se va a encontrar esos tres atributos que se querían para la universidad, los caracteres crítico, democrático y popular.
Bajo el influjo de esas ideas nacieron gobiernos universitarios como el que tiene la UAG y métodos de elección de sus autoridades como los que se usan actualmente en nombre de aquellos. Yo no sé si lo saben ustedes que, como yo, jamás hemos ido a la universidad si no es para vender gorditas en los accesos, pero en la universidad para elegir al rector vale lo mismo el voto de un director de escuela que el de un estudiante de primero de preparatoria. Y así como la UAG, hay otras universidades donde también se eligen a las autoridades del mismo modo. La UNAM no, ahí opera una Junta de Gobierno y un Consejo Universitario donde los estudiantes son una ínfima minoría. Uno pensaría que aquellas universidades que alcanzaron mayor avance en la aplicación de este concepto deberían ser las mejores en todos los aspectos, principalmente el académico, pero lamentablemente no es así, las escuelas como la de Guerrero son de las más atrasadas y de las más corrompidas del país.
Hoy, el ideal democrático de quienes crearon este concepto es usado para corromper a los estudiantes; hoy la posibilidad de que un estudiante pueda emitir un voto es visto por los vivales que se han apoderado del control como un botín del que hay que hacerse a cualquier precio, por eso vemos que los grupos en la UAG casi se matan por el control; se gastan el presupuesto en la grilla, ofrecen calificaciones a cambio del voto, promueven el envilecimiento del estudiantado a través del vicio para poder alcanzar el poder que no es otra cosa que el control del dinero.
Para esto sirve ahora la universidad democrática. Pobre UAG y pobres de aquellos que dejaron hasta el pellejo por llevar a la escuela a otro nivel de desarrollo. ¿Cuándo logrará la UAG quitarse a los vampiros, sanguijuelas y todo tipo de alimañas que le chupan la sangre? ¡Créame que está cañón!

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