PECATA MINUTA

Por Rogelio Gómez Mejía

PARADOJAS DE LA NARCOGUERRA

“No es lo mismo atrás que en ancas…
Apenas el presidente designado, Felipe Calderón Hinojosa ocupaba todas las estaciones de radio, de televisión y de los diarios impresos, para dar a conocer el tan ininteligiblemente innecesario como confuso programa; “Estrategia Nacional de Seguridad”, empeñado más que nada en vender nopales a los inditos que ve por todos lados, cuando saltaron por varios rumbos del país, principalmente por aquellos estados que “ya apaciguó, como Chihuahua, Tamaulipas, Sonora, Baja California, Sinaloa, Michoacán, Veracruz y Guerrero, principalmente, otra espantosa estadística de muertos en sangrientos hechos de violencia con otros fatales “daños colaterales” de civiles victimados y varios niños asesinados bajo el “fuego cruzado” de quienes persiguen “con toda la fuerza del estado” a presuntos delincuentes que aseguran les hacen frente y cuentan las bajas (excepción hecha de las vengativas emboscadas), con el deplorable resultado de un vacío en la concientización ciudadana, anonadada por las contradicciones que no explican las razones de protección a las familias y a los niños que repite incesante el ejecutivo.
En efecto, estadísticas de los índices de criminalidad en México conforme a un estudio de las Naciones Unidas del 2000 al 2004, señalan que el total de delitos por cada 100 mil habitantes fueron de 1433,81 a 1503,71, en aleatorio ejemplo, y de asesinatos con arma de fuego, registran del 2000 al 2004 de 3,45 diarios a 2,58, mientras que en Estados Unidos el promedio fue de 1,25., y en la capital, la Procuraduría del Distrito Federal, indicaba que el robo a transeúntes fue de 135 diarios en 1994 a 66 en 2002; los homicidios dolosos en 1995 de 3.3 diarios a 2.2; el robo de autos fue de 160 en 1997 a 100 en 2002; los robos a domicilio de 25 diarios en 1996 a 20 en 2002, y los robos a negocio de 57 en 1996 a 35 en 2002.
Y aún cuando había que hacer algunas adecuaciones considerando la observaciones de Naciones Unidas de que; “el análisis de las estadísticas sobre la delincuencia en México indican que, aunque la tasa de criminalidad ha disminuido en los últimos 100 años, ha habido una evolución muy favorable en los dos últimos decenios lídereados por la ciudad de México, donde muchos delitos no se denuncias por lo que las “tarifas” (estadísticas) son mucho más altas que las reportadas por el gobierno”, y que las cifras registradas en el ejemplo son del año 2002 y anteriores, es de reconocer que cuando menos en homicidios dolosos o fortuitos de los más de 23 mil 700 atribuidos a sucesos en la “guerra contra la narcodelincuencia organizada” indicarían un aumento en promedio de 6.47 diarios más los reportados en la incidencia histórica que haría llegar la cifra a cerca de 10 asesinatos, lo que es espantoso.
Pero de esto a la delincuencia común hay un gran trecho a diferencia de la perspectiva que alude Felipe Calderón y que puntualiza en su “estrategia nacional de seguridad” anunciada que parece dictada por la apreciación de su Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, cuando asienta que; “esta es una lucha que vale la pena luchar (y) que hay que librar, que no debe ser sólo del presidente, sino de todos los mexicanos…reitero que no se escatimaran esfuerzos para evitar que la actividad de los criminales siga afectando a ciudadanos inocentes(?) cómo?.
Debemos, dijo; “restablecer las condiciones mínimas de seguridad. (no hay). “Dar tiempo y oportunidad a las autoridades locales de reconstruir sus propias instituciones de seguridad y justicia, sus procuradurías, y sus policías responsables de la seguridad en estados y municipios” (inoperantes, inexistentes o peor corrompidas todas?) Ya “está en curso la depuración y fortalecimiento de policías e instituciones de seguridad y justicia. Es decir profesionalizar policías y capacidades técnicas y operativas de la policía federal” (?) por fin. Y así por el estilo todo el discurso donde aprecia una ciudadanía victimizada por el crimen y las familias y los niños en peligro por una violenta delincuencia que, salvo las sangrientas balaceras con resultado de mortales matazones, no impactan en la sociedad. Será la apreciación de las perspectivas?...
BALA FRIA
Para acabar de creer en fantasmagóricas guerras fascistoides, después de la emboscada de un grupo de facinerosos en San José del Progreso en Oaxaca, donde fueron acribillados el alcalde Venancio Martínez Rivera y el Regidor, Misael Hernández, además de herir a 3 funcionarios de la Agencia de “El Cuajilote” por adversarios políticos, la Arquidiócesis Primada de México le echa más sal a la herida al advertir la posibilidad de que la delincuencia ejerza su poder para imponer candidatos, negociar o impedir elecciones…A lo mejor en referencia al caso “Greg” Sánchez Martínez, digo!!.