MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo

Héctor Acevedo, para puras vergüenzas


Alguien que se precie de ser líder de un sindicato, antes de pensar en el reconocimiento de la parte patronal, debe contar con la aceptación y respaldo de sus bases. Por eso da pena ajena el caso de Héctor Acevedo Rivera, porque a pesar de haber perdido ampliamente en las urnas, y contar con el rechazo mayoritario de los trabajadores afiliados al Sindicato Único de Servidores Públicos al Servicio del Estado de Guerrero, por sus siglas SUSPEG, todavía anda pregonando que es el secretario general de esa organización, ya que según cuenta con el reconocimiento de “Papá gobierno”.
Siendo sinceros, es patético y una vil vergüenza, que a Héctor Acevedo le importe más que lo acepte y reconozca la parte patronal, antes que aquellos a quienes en teoría tendría la obligación de servir: los trabajadores.
La postura del derrotado y frustrado aspirante a líder sindical demuestra que tiene otros intereses. Que en realidad, lo que le interesan son las cuotas del sindicato. En pocas palabras el botín económico. Por eso, nunca dudó en echarse en brazos de funcionarios del gobierno del estado para que lo apoyaran en su campaña. Siempre se le etiquetó como el candidato del finado jefe de personal del gobierno del estado, el mentado “Virrey Zuzuárregui”.   
Tanto amor le juraría a la parte patronal, que de manera ilegal le entregaron una toma de nota, que lo acreditaba como supuesto “secretario general electo del sindicato”, con la cual se andaba paseando, con sus aires de perdonavidas, asegurando que él ya tenía el reconocimiento de la autoridad, menospreciando a los órganos de gobierno del sindicato, principalmente al Congreso General Permanente, que por cierto, hace una semana votó de manera unánime su expulsión de la organización sindical, de lo cual ya hasta existe toma de nota emitida por el Tribunal de Conciliación y Arbitraje.
Es una vergüenza, que a sabiendas de que perdió por casi CUATRO MIL VOTOS DE DIFERENCIA, Héctor Acevedo aún ande buscando el reconocimiento de papá gobierno a su supuesto liderazgo, cuando es evidente, que tiene un enorme rechazo en el sindicato. Que difícilmente sería aceptado por el 80 por ciento de los secretarios generales seccionales.  
A todas luces, en el SUSPEG, el Secretario General Legítimo es David Guzmán Sagredo, quien además de haber ganado las elecciones, cuenta con el respaldo de los órganos de gobierno de ese sindicato.
Eso lo saben quienes han estado detrás de Héctor Acevedo, como es el caso del alcalde de Tecpan de Galeana, Nadín Torralba Mejía, ex secretario general del SUSPEG, quien según habría prometido un triunfo avasallador en la Costa Grande y en números generales perdió rotundamente.
El mismo Nadín Torralba sabía que Héctor Acevedo no contaba con muy buena aceptación entre las bases, pero acabó apoyándolo, por llevarle la contraria al ex secretario general, Luis Román Miranda. Tal vez, la única afinidad que podrían tener Nadín Torralba y Héctor Acevedo, es la devoción al Dios Baco.
Al margen de ello, el caso de Héctor Acevedo da pena ajena y es una vergüenza. Esa es la cuestión.

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