Por Rogaciano Méndez
El Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) manifiesta su preocupación por el secuestro de los periodistas Alejandro Hernández y Jaime Canales, camarógrafos de Multimedios Laguna y Televisa, respectivamente, Héctor “N”, reportero del diario El Vespertino y Héctor Gamboa, enviado de Televisa México, ocurrido el pasado lunes 27 mientras realizaban una cobertura informativa en la región de La Laguna, en el estado de Durango, y son retenidos por un grupo del crimen organizado.
Los trabajadores de los medios de comunicación cubrían informativamente un motín de reos haciendo videograbaciones y recabando testimonios de los internos y la protesta de familiares de éstos en las inmediaciones del Centro de Readaptación Social 2 (Cereso), de Gómez Palacio, Durango.
Informaciones disponibles hasta ahora, dan cuenta de que una vez realizado su trabajo informativo, alrededor de las 15:00 horas, las empresas periodísticas para las que laboran perdieron comunicación telefónica con sus trabajadores. Más tarde, aproximadamente a las 18:00 horas, los comunicadores realizaron llamadas telefónicas a sus redacciones para asegurar que se encontraban en poder de un grupo delictivo que se decía molesto por la manera en que se estaba dando testimonio de lo ocurrido en el Cereso.
El camarógrafo de Multimedios aseveró que los secuestradores demandaban para su liberación la transmisión de tres videos de “nacroblog” en el noticiario del mediodía del canal local del Grupo Multimedios. Se desconoce si su exigencia vaya a ser cumplida.
Manifestamos nuestra solidaridad y expresamos nuestro apoyo a los familiares de los periodistas secuestrados y manifestamos nuestra esperanza para que pronto sean liberados sanos y salvos; exigimos a las autoridades federales y estatales una pronta investigación del hecho, y cumplan con su responsabilidad de garantizar la vida de los ciudadanos mexicanos, así como el trabajo periodístico y el derecho de los ciudadanos a estar informados.
Alertamos que en México el gremio periodístico enfrenta la disyuntiva profesional y ética de efectuar o no coberturas informativas de temas “sensibles”, pero que sin duda son de interés público, pues los gobiernos federal y estatal no están garantizando la vida de los ciudadanos ni, en este caso, de los periodistas.
Hacemos pública nuestra postura toda vez que la información sobre la desaparición forzada de los cuatro informadores ha circulado en diversos medios de comunicación.
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