MI PUNTO DE VISTA

Jesús Herrera Vélez

LA CONVENCIÓN DEL PRI… SIN FUERZA.

COMO A SANSÓN… LE CORTARON LA CABELLERA.

Los aspirantes a la candidatura del PRI al gobierno de Guerrero, los ex gobernadores y los dirigentes estatales, respaldaron a Beatriz Paredes para que, usando encuestas y consultando a los grupos políticos de Guerrero, la dirigencia nacional elija al candidato de unidad al gobierno del Estado.
El encargado del PRI estatal dijo que el candidato “…saldrá mediante un gran elector cuya figura recaerá en la persona de la misma dirigente…”. Y para completar el cuadro agregó que, ese acuerdo, “es un método democrático”.
Qué pena, cree que le habla a ignorantes.
¿No que la convención iba a elegir?
El Consejo Político Estatal del PRI dijo ¡Convención! No dijo acuerdo de cúpula.
El Comité Nacional sólo puede nombrar al candidato cuando, estando ya electo, se llegaran a presentar causas de fuerza mayor, según el artículo 191 de los Estatutos del PRI.
O sea que, el Comité Nacional, decide sólo en los casos de sustitución del candidato que ya haya sido elegido por el método estatutario. Y aquí, ese no es el caso.
Veamos cómo se interpreta esa decisión entre la gente de Guerrero.
La jornada tituló la noticia así: “Unción del candidato del PRI, a cargo de Paredes…”.
El periódico Despertar de la Costa lo hizo de esta manera:”Beatriz elegirá al candidato del PRI en Guerrero”.
No faltará el ingenuo que diga que eso es un gran honor para la militancia del partido.
El artículo periodístico titulado “las Dentelladas del Tiburón” dice: “…nomás le van a hacer al cuento en la asamblea esa…”.
El periodista Salomón García Gálvez dijo, en su artículo Foro Político, “parece que todo está ya cocinado”.
Lo cierto es que la convención, ha quedado pues despojada de su principal poder, el de elegir al candidato a gobernador.
Como a Sansón, le cortaron la cabellera.
La facultad de elegir le fue permutada por el simple trámite de la legitimación, para los efectos jurídicos a que haya lugar.
Hay entonces dos métodos en marcha en el PRI, la convención de los electores de verdad y que ya están decidiendo, y el método de la convención que dicen los estatutos, pero que sólo será de trámite.
Convención para elegir candidato, pero que no elige, no tiene razón de ser.
No habrá debate que trate sobre las prendas de cada uno de los aspirantes. No habrá análisis de este tipo, sólo sobre uno, sobre las prendas del elegido con anterioridad.
No habrá propuestas profundas que alarguen la sesión y que obliguen a tomar recesos para cabildear las resoluciones a tomar.
No se prolongará por lo intenso que hayan sido las deliberaciones, porque no las habrá, pues sólo será una sesión de trámite.
Cierto, este escenario en nada deslegitima legalmente los acuerdos, ni al candidato que ratifique la convención, porque sólo se realizará para cubrir los efectos legales ante el Consejo Electoral y ante cualquier impugnación.
Pero no producirán nada nuevo, porque otros ya eligieron por ellos.
Que se evitarán fracturas, cierto; que se evitará la corrupción en la compra del voto de los delegados, probablemente; pero lo que no podrán evitar es que se siga practicando la democracia como ficción en lugar de convertirla en todo un sistema de vida, como se aspira en nuestra Constitución Federal.
Se esperaba que de esa convención surgiera el candidato de la militancia, elegido a través de los delegados, pero no, a ella sólo se le presentará al candidato de la cúpula.
Ser delegado para aparentar que elige, no es un encargo trascendente, ni histórico, ni encomiable, ni envidiable.
Bueno, este es mi punto de vista… ¿Y el de usted?