LAS DENTELLADAS

Por El Tiburón

Todos bajo la sotana

Antes que otra cosa quiero aclarar que este humilde servidor de ustedes es medio mocho en el sentido religioso. Es decir, todas las mañanas me persigno y pido que Dios aleje de mí a los malosos, a los irresponsables, que aleje las desgracias y, principalmente, que mantenga lejos de mí a los que piden prestado por que luego no trae uno ni para el camión. A veces pido también por ustedes, me cai.
De todas formas no dejan de asomar en las pláticas que tenemos ustedes y yo en este espacio, ciertas “ideillas” aprendidas en la universidad de la vida que, como he dicho, es la única universidad que no regala títulos ni calificaciones. Me refiero a teorías sobre el origen del universo, el origen de la vida, del hombre, las formas que adopta el desarrollo, el rumbo del desarrollo de la sociedad, todas ellas influidas por las terribles ideas del materialismo. Dos o tres rollos nada más, pero se asoman. Vive pues dentro de mí esa contradicción. Hecha esta aclaración, voy con mi hacha.
Mi compadre Arcadio, al hablar sobre la evolución de la idea de Dios en América y especialmente en México, platica que antes de que se aparecieran por aquí los españoles a fines de siglo XV e iniciaran la conquista del “nuevo mundo” a principios del siglo XVI, según ellos perdidos por que andaban buscando “las indias” orientales y sólo encontraron a las indias mexicanas, a las cuales encontraron muy apetecibles al grado que comenzó la mezcla de sangre, sudor y lágrimas de la cual salimos los mestizos; antes de que llegaran los gachupines –digo- la idea de Dios era muy diferente a la que tenemos en nuestros días. En su mayoría, los mexicanos creemos ahora en las ideas que nos enseñaron, por la buena o por la mala, los conquistadores españoles.
Lo que encontraron aquí los españoles, en lo que se refiere a la idea de Dios, se parece más a lo que creían los griegos de la época del segundo milenio antes del nacimiento de Jesucristo, que se conoce hoy a través de los relatos de Homero (desde luego no me refiero a Homero Rodríguez, cuyos relatos más bien nos ilustran sobre las peripecias de los abogados a quienes –a pesar de que están ligados con el derecho- todo mundo tilda de chuecos”) y otros pensadores.
Por eso algunos dicen que no es que seamos más pendejos que los europeos, simplemente se trataba de –las americanas- sociedades nuevas que estaban viviendo etapas ya vividas muchos siglos atrás por los pueblos europeos, asiáticos y del norte de Africa. Así que, cuando llegaron los conquistadores españoles vivió el nuevo mundo un pinche choque tan brutal que todavía nos tiene medio apendejados, según opinión de gente que deveras sabe, no como yo que nomás leo mi periodiquito de Novedades y vengo a tirarles un rollo.
Fue como si acudiera usted al cine y después de 15 minutos le empujaran el final de la película. Se queda uno sin saber qué demonios pasó. La única palabra que describe como nos quedamos después del impacto cultural es “apendejados” y conste que ya llevamos más de quinientos años así. Paréceme, camaradas, que no nos haría mal intentar saldar nuestras cuentas con el pasado.
Dice Arcadio que la cultura Azteca, dominante en los tiempos de la conquista en mesoamérica, tenía como Dios principal a Tezcatlipoca, dios de los dioses, hacedor de todas las cosas. Huitzilopochtli era el dios de la guerra que para vivir debía ser alimentado con sangre. Quetzalcóatl, adorado hace más de 2000 años en la zona Tolteca. Chalchiutlicue, diosa del agua viva. Tlaloc dios de la lluvia. Xochiquetzal, diosa de la belleza y el amor (al que también le entraban recio nuestros antepasados, por eso tenían un chingo de hijos), Xiuhtecuhtli, dios del fuego y muchos más. Así como los aztecas, los mayas tuvieron sus propios dioses. Pero todo eso, fue hecho pedazos por los conquistadores españoles, quienes suplicaron amablemente a los indios que se bañaran y fueran a la iglesia a escuchar el rollo de los misioneros, que iba a haber tamales y gansitos.
La verdad es que detrás de las espadas de los conquistadores venían los curas para que los indios aprendieran “por la buena” lo que no querían asimilar por la mala. La iglesia católica llegó a América originalmente con la conquista y de la mano de la corona española. No de la mano de Jesucristo con su enseñanza de bondad y humildad, sino de la mano de los “pinchis” soldados españoles -escogidos de entre lo peorcito que había en la madre patria- para redimir a tanto canijo indio que no quería trabajar para la corona de a gratis y de por vida. No está demás mencionar que –según dicen- llegaron algunos religiosos que defendían a los indios y que le pedían a los soldados que no fueran demasiado rudos con ellos pues ya muertos no servían para nada. Pero en general la iglesia, como los soldados españoles vinieron a rechingarnos y a llevarse todo lo que pudieron a lo largo de 300 años.
El segundo capítulo de esta su telenovela “todos bajo la sotana”, veala el próximo lunes en este mismo canal.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario