APUNTES DE UN VIEJO LÉPERO

Jeremías Marquines

La estrategia soy yo

Los candidatos de las coaliciones electorales: Guerrero nos une de Ángel Aguirre Rivero y Tiempos mejores para Guerrero de Manuel Añorve Baños, parece que han basado su estrategia electoral en el conocido y equivocado recurso de la estrategia soy yo.
 Ambos traen desordenes en su composición interna, líneas de mando fragmentadas y una comunicación política sosa y sin resultados. A pesar de que han desplegado por todo el estado un activismo inusitado, la sociedad aún no se engancha ni percibe las campañas. Sin embargo, vale la pena destacar que Ángel Aguirre, a pesar de sus errores tácticos, se mantiene a la alza protegido por ese blindaje social que le da el ser un fenómeno político.
Pese a todo, más allá de percibirse la conducción de estas campañas, lo que se nota es una serie de ocurrencias que van aplicándose por instinto y bajo la lógica científica del haber qué ocurre. Por el lado de Añorve se insiste erróneamente en  mantener su plan de golpeteo y guerra sucia que hasta la fecha no les ha dado resultados, por el contrario, lo ha colocado como el candidato perdedor.
De igual forma mantiene su idea de lanzar mucho rollo y de mezclar religión y política, lo que en lugar de hacerlo parecer como un hombre piadoso y honesto,  la mayoría de la gente lo percibe como un embustero consumado. Sigue en la línea de hacer propuestas disparatadas como el de la amnistía a supuestos “grupos políticos perseguidos”. Pero casualmente nunca habla de mejorar el servicio de agua potable, la pavimentación  y el drenaje a pueblos y municipios de Guerrero.
No obstante, hay que reconocerle a don Manuel que su equipo de comunicación es, hasta ahora, superior al de Aguirre. Las acciones desplegadas en las últimas semanas le han dado buenos puntos como el manejo que hicieron del evento patito donde volvió a tomar protesta como candidato del PRI. Un acto absurdo y sacado de la manga opacó mediáticamente el registro de Ángel Aguirre.
Desde el enfoque periodístico, el registro ante la autoridad electoral de un candidato es un acto de gran interés público y en ese sentido se planea su cobertura y difusión. Es más importante que una simple y amañada toma de protesta. Sin embargo, no tuvo la proyección deseada en los medios de comunicación estatales. Lo que vimos fue la cargada mediática a favor de Añorve y por parte de Aguirre sólo alcanzaron a insertar una página de fotos desordenadas, carente de mensaje político. En términos reales, la creyó que hubo dos registros y se quedo con la percepción de que Añorve acarreó más gente. Medio es percepción y allí el mejor trabajo hasta ahora es el del candidato del PRI.
Por el lado de los discursos, varios comentadores coinciden en que no hay diferenciación, y la percepción es correcta. En este ámbito Aguirre es incorregible, sigue mandando mensajes ambiguos y hablando como priísta. Esta inercia priísta no le ayuda en nada a diferenciarse de su más cercano competidor. Por lo contrario, siembra dudas y sólo ayuda a consolidar la idea que el equipo contrario quiere vender a la sociedad de que los dos candidatos son lo mismo. Aguirre debe despegarse de esta inercia y consolidar su liderazgo hablando con un nuevo lenguaje. Está obligado a demostrar que es diferente y en esta parte la creación de un nuevo discurso es determinante.
En la parte de las propuestas no hay novedades, siguen estancados en lo mismo. Añorve sigue de dicharachero y se endulza el oído hablando de sí mismo en términos de que es “un chaparrito cabrón” y que “tiene los pantalones bien fajados”.  El refrán dice: dime de qué hablas y te diré de qué careces. A falta de buenas propuestas, todo indica que la propuesta es él mismo.
Lo que se debe de notar es que cuando menos Añorve intenta corregir sus deficiencias. Ante la crítica de que no tiene logros qué vender puso a trabajar a marchas forzadas al alcalde sustito de Acapulco para contener ese daño y vender los resultados de gobierno como propios. De allí que el activismo del alcalde José Luis Ávila y los funcionarios del  ayuntamiento se haya intensificado. En unas semanas concluirán el puente del bicentenario y el efecto se lo traspasarán al priísta. Aunque la idea no es tan buena porque es una obra muy cuestionada.
En esta parte Aguirre es incorregible, sigue vendiendo propuestas acedas como el de la alfabetización con el ejército analfabeto de la UAG. Todo el pasado de ignominia que ha vivido Guerrero es un lastre y un insulto para el futuro. De esto parece no darse cuenta el ciudadano Aguirre, pues recién acaba de proponer que rescatará un evento pernicioso  para el desarrollo de Guerrero como lo fue el festival Acapulco. Un evento que sólo acrecentó la estupidez y la banalidad entre las generaciones de jóvenes y que sirvió para que la empresa televisa bolseara el presupuesto del estado. Un presupuesto que debió usarse para apoyar el desarrollo del arte y la cultura, para crear infraestructura  y respaldar la formación y especialización de los talentos artísticos del estado.
Propuestas como éstas, dan a entender que don Ángel y su equipo no han percibido que en los últimos diez años la situación política y social de Guerrero y el país cambiaron drásticamente. Que Guerrero ya no es esa parcela desvinculada del mundo que fue coto de caza de sinvergüenzas que desangraron el presupuesto del estado; que el internet es la herramienta del conocimiento y la información más usada por las nuevas generaciones y que las preferencias iniciales en una campaña política pueden cambiar usando con talento las herramientas de mercado.
La campaña y la estrategia de la coalición Guerrero nos une tiene que cambiar. Su fuerza está en las propuestas y la credibilidad que tiene el candidato. Los ciudadanos esperan definiciones hacia el futuro, no el reciclaje de la ignominia y el atraso contra lo que votaron los guerrerenses en 2006.