Los campos de exterminio del Siglo XXI

Día mundial de los animales

"Un año mas ha pasado la celebración del "Día mundial de los animales", una celebración que año tras año defiende la consideración de que todo animal posee derechos y que el desconocimiento y desprecio de dichos derechos han conducido y sigue conduciendo al hombre a cometer crímenes contra la naturaleza y los animales. En 1977 se proclamó la Declaración Universal de los Derechos de los animales ¿pero qué ha cambiado desde entonces? Nada.
Los mataderos de hoy día son una perfecta maquinaria de exterminio. En un país como España se asesina aproximadamente 800 millones de animales en un año. Esto es una autentica locura. En toda la Tierra se crían en la ganadería industrial 1000 millones de cerdos, 1300 millones de vacas, 1800 millones de ovejas y cabras y 13.500 millones. En total son 17.600 millones. Si a esta cifra le sumamos los muertos en la caza y todos los demás animales (pavos, gansos, conejos y otros), entonces por ejemplo en el año 1999 fueron asesinados 46.000 millones de animales. Y mil millones perecieron durante la crianza y el transporte.
Por consiguiente, en un mes y medio se mata la misma cantidad de animales como seres humanos hay en la Tierra. ¿Y para qué todo esto? Toda esta desgracia sólo para satisfacer el placer del paladar. Pero con esto aún no es suficiente. Las consecuencias de la adicción humana a la carne son nuestra propia ruina, ya que los seres humanos nos quitamos así nuestra propia base para la vida. La codicia por la carne deja tras de sí un desastre medioambiental que ya no puede ser remediado.
Si tan sólo se redujera el 10% del cereal que se utiliza como pienso, se podría alimentar a 225 millones de personas más. Si aprovechásemos por lo tanto el alimento de una manera directa, es decir nos alimentásemos de un modo vegetariano, obtendríamos del mismo trozo de tierra de 5 a 10 veces más cantidad de alimento. Esto significa que si la producción de carne se suspende, se puede alimentar a una gran parte de la población mundial. Por eso todos los que no quieren prescindir de comer carne son igualmente culpables de la miseria y de las muertes por inanición en el tercer mundo. Quien come carne, debería asumir esto conscientemente. A cada uno se le pide el compromiso de cambiar su alimentación y dejar de comer carne, pues con ello también se acabaría con el sufrimiento de los animales. Lo que también se corresponde con la enseñanza de Jesús de Nazaret quien dijo: “Lo que no quieres que te hagan a ti, no se lo hagas tu a los demás”. Los cristianos consecuentes aplican este principio también con los animales.


Vida Universal
Teresa Antequera Cerverón
73891412-W

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