PACATA MINUTA

NARCOGUERRA? EL DINERO, IDIOTAS!

Rogelio Gómez Mejía

“No se hagan bolas: CSG.- Es la Economía, Estúpidos! Bill Clinton…

Un principio ineludible del derecho afirma; la causa, es causal de lo causado. Obvio, en la narco –guerra, la causa es el tráfico de estupefacientes a Estados Unidos por la enorme rentabilidad de 30 mil millones de dólares, del ilícito negocio que alimentan más de 26 y medio millones de adictos de aquel país, lo que nada tiene que ver con México; pero el causal estriba en la permisibilidad corrompida o no de las autoridades estadounidenses que no pueden o no quieren detener el gigantesco contrabando de drogas generador de riquezas, cuyo destino disfrutan bandas y corruptos de allá y hasta otros de acá, además de mantener el enigma de lo impredecible, pero que ellos bien saben.
Sin embargo lo odiosamente causado por esta depravada situación en primer término, parece ser los brutales enfrentamientos entre militares, marinos, policías federales y de toda laya, así como delincuentes y narcotraficantes disputando el rico botín que les toca, a costa del terrible saldo de más de 30 mil muertos, pero; ¿tiene alguna explicación lógica el asesinato masivo de jóvenes, mujeres y niños en una fiesta familiar, o de parroquianos en un bar, o de alcohólicos y adictos en un refugio?
Esto indudablemente tiene otra causal de esa causa, porque podría pensarse simplemente que tratan, quienes quiera que maldita sea son., de aterrorizar, pero habría que analizar profundamente los alcances psicológicos que tiene este impacto en el ánimo de una ciudadanía ya de por sí desesperanzada por el depredador ambiente de la carestía de alimentos y desestabilización familiar, la falta de empleo, el cobro excesivo de impuestos y la ambición desmedida de la clase política, además de las constantes amenazas de restar las garantías y prestaciones sociales, frente a una inseguridad combatida verbalmente como ampliación del estigma que conforma graves advertencias para apanicar a los más centrados, y dejar a la vulnerable población preparada para aceptar cualquier fórmula garante de la anhelada tranquilidad y seguridad, venga USA de donde venga.
Por esto urge que funcionarios responsables, diputados y senadores patriotas que debe haber y que deben ser el poder equilibrador de nuestro sistema político y social; asuman de verdad su representatividad ciudadana y enfrenten con valor este cáncer penetrante que pone en peligro nuestras instituciones y legislen ya verdaderas reformas que le den al pueblo facultades para dimanar de la economía, la justicia y lo laboral, la fuerza para accionar y rescatar a los mexicanos de la torturante desigualdad social, donde unos pocos ganan millones de pesos, en tanto millones de trabajadores, verdadero sostén de nuestra economía, apenas ganen para mal comer.
Reformas que nos salven a los mexicanos de la amenaza permanente, más que de la delincuencia común existente por la ineficacia y corrupción policíaca, de aquella hampa uniformada o no que dispara sus armas contra todos los que les parecen sospechosos, detienen o secuestran y encarcelan bajo la figura de arraigo a todos los que les parecen presuntos de lo que sea y., por último que establezcan normas específicas para cumplir lo dispuesto en el artículo 123 Constitucional en cuanto a salarios remuneradores y suficientes para casa, vestido, sustento, estudio y diversión de la familia de los jornaleros, con prestaciones sociales que incluyan la participación de los trabajadores en las acciones de las empresas en lugar de la ridícula “repartición de utilidades”, siempre escamoteadas, en lo que sería un acto sin precedente de justicia social y principio revolucionario auténtico, ahora que la reacción los tiene bocabajeados yal parecer, abriendo la puerta para la invasión del “extraño enemigo” que profetizó Francisco González Bocanegra.
BALA PERDIDA.
Para empezar no debe quedar impune de ninguna manera, el vil atentado de asesinato contra el estudiante José Darío Álvarez Orrantia de 19 años del 4o. semestre de Sociologia de la Universidad Autónoma de (otra vez) Ciudad Juárez, baleado por agentes federales de la inefable Secretaría de Seguridad Federal que trataron de dispersarlos de una marcha de protesta contra la militarización y la violencia; como ya ha quedado la ejecución de los dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey, ahora adheridos a la causa del Rector Javier Sánchez Carlos quien pide se procese a los funcionarios responsables de este ataque y de la violación a la autonomía de aquella Universidad. Ojalá!

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