MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo  

*** La propuestitis de Añorve contra los resultados de Aguirre.

Si se tratara de una subasta de promesas, aunque éstas estuviesen lejos de ser cumplidas, desde el 3 de noviembre, Manuel Añorve Baños ya sería gobernador de Guerrero. Y es que, su campaña se ha perdido en ese torbellino de la propuestitis, llegando al exceso de prometer cosas que pocos o nadie le cree.
Así es, como el candidato del ex gobernador Rubén Figueroa, llegó a la contienda con un Partido lisiado, es evidente que le apostaban a una campaña propositiva, a efecto de vender a un Manuel Añorve, con un libro bajo el brazo, con todas las soluciones para los grandes problemas de la entidad. 
A poco más de 20 días, esa campaña no parece haberles rendido muchos frutos. Y no lo parece, porque sin el respaldo de los resultados es sumamente difícil que la gente le crea a un político.
Manuel Añorve, hay que decirlo, perdió la oportunidad de marcar una historia diferente en el puerto de Acapulco, en donde, efectivamente, contrario a los pronósticos, se anotó el triunfo más importante del PRI en la última década del estado de Guerrero.     
La oportunidad del hoy candidato del tricolor radicaba en cumplir con los habitantes del puerto. El demostrarles que era posible hacer un gobierno de diez, como él lo pregonaba. Pero para eso se requiere no solamente de esfuerzo y dedicación, sino de mucho tiempo. Un trienio hubiese servido para dejar constancia de un buen trabajo. Pero al dejar colgados de la brocha a los acapulqueños y de paso en manos de un mediocre presidente municipal sustituto, la factura política  le podría salir demasiado cara. Y de hecho, en su campaña ya se resienten los estragos. Una primera muestra de ello, es que ya recurren a los números, asegurando que van arriba en las encuestas. Desde el partido verde dicen que le darán más de cien mil votos. Y que el Movimiento Territorial, de un gris dirigente que no gana ni en su municipio, ya le prometió más de 120 mil sufragios.
La imagen de Manuel Añorve no ha sido un buen artículo de venta. No solamente por las promesas abundantes y exageradas, sino porque tiene muchas debilidades su candidatura. Como es el respaldo de Rubén Figueroa y el haber dejado a medias su gestión como presidente municipal.
Ángel Aguirre Rivero no está encontrando esa clase de problemas. Conocedor de la problemática del estado y de lo que puede disponer, sabe y entiende hasta donde puede comprometerse. A todo el municipio que llega, no solamente recibe el apoyo de los militantes de los tres partidos que integran la coalición Guerrero nos une, sino que además de priístas y gente de la sociedad civil.
Entabla un diálogo cercano con los habitantes del estado, quienes en lugar de llamarle Ángel o Aguirre, ya le dicen que le prefieren llamar gobernador. Por lo visto, el spot ya cumplió su cometido. Está metido en el ánimo de la ciudadanía. Esto es natural, porque hay resultados y trayectoria que le respalda.
Mientras que de Manuel Añorve dicen que es un político con buenas intenciones, tal y como se vio en Acapulco, pero se olvidan, que de eso precisamente, de buenas intenciones, está empedrado el camino al infierno. Esa es la cuestión.
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