“La Migraña” Opus 10

Jorge Aranda

Los propietarios de antiguos hoteles, pioneros de la industria turística de Zihuatanejo, que por muchos años han permanecido allí, en el primer cuadro, prestando servicio a turistas nacionales y extranjeros, y que en estos momentos están al punto de cerrar sus puertas, por falta de clientes; no le pidieron al presidente municipal Alejandro Bravo, que ordenara el cierre de cantinas y bares ubicados en esa zona.
Le solicitaron que aplique una ley o reglamento, si es que lo hay, para que haya una convivencia pacifica y de respeto donde quepan todos y todos puedan trabajar y dar sus servicios al público en general, dentro de su ramo. Pero, al parecer la primera autoridad, no entendió la petición, o le falta voluntad para poner un poco orden y equidad que es lo que falta. El pasado 27 de noviembre un grupo de personas, propietarias de hoteles y restaurantes lo abordaron al salir de un restauran donde acostumbra ir a despachar asuntos oficiales, y le hicieron la petición de reglamentar el funcionamiento de los establecimientos que venden bebidas alcohólicas en cuanto a horario y normas, que se sabe existen porque en los gobiernos, perredistas, anteriores se aplicaban y no había esos problemas. Casi todos los bares y cantinas ocupan locales abiertos, donde es imposible evitar que salga el ruido, a menos que las autoridades supliquen a los propietarios o encargados moderar el volumen de sus aparatos de sonido. El horario de trabajo es otro factor que podría regularse, mediante un horario tope, pero que no prohíba que sigan operando después de ese horario, pero que con buena voluntad, disminuir el ruido para que nadie salga afectado. La segunda petición que hicieron al alcalde fue que haya vigilancia policiaca. Esta para evitar los constantes pleitos y escándalos en la calle de personas que en estado de ebriedad cometen todo tipo de faltas a la “moral”, robo y destrucción de vehículos estacionados y de equipamiento particular y público. Es poco probable que, Bravo Abarca, quiera ignorar lo que ocurre en esa importantísima área de Zihuatanejo, pero las personas que están siendo afectadas, tanto en sus economías como en sus bienes patrimoniales ya se lo hicieron saber hablándole de frente. El daño económico más recurrente para los propietarios de esos pequeños hoteles familiares es el abandono de cuartos por parte de turistas que llegan a hospedarse y no soportan más de la primera noche, porque el ruido de música y los escándalos en las calles no los dejaron dormir. Si embargo, y a pesar de que no han visto cambios por parte de las autoridades, en este caso del mismo presidente municipal, quien ya esta enterado y solo esperan que tome la decisión de intervenir para mediar en este problema y todas las partes salgan beneficiadas.