ALIANZAS, IMPUGNACIONES E IDEOLOGIAS

Por Crescenciano Morales Moreno

Beatriz Paredes Rangel, dirigente nacional del PRI, ha asumido una necedad afrentosa contra el pueblo de Guerrero en impugnar los contundentes resultados de las elecciones para gobernador.
Ante el sustento de una supuesta inequidad y una alianza partidista antinatura, es conveniente retomar algunos elementos históricos y otros actuales que podrían desvelar la perversidad que anima su frustración y las de quienes le hacen coro.
Paredes Rangel nació y gobernó en Tlaxcala, estudió Sociología en la Universidad Autónoma de México y aunque nunca se graduó debe saber que un elemento socialmente irritante ha sido la aparición de nuevas formas de caciquismos que conjugan el poder político con la fuerza económica, dentro de estilos aparentemente distintos a los caciquismos precortesianos, porfirista o a los del siglo xx.
Debe saber también que sus antiguos paisanos los tlaxcaltecas odiaban a sus opresores aztecas y por ello terminaron aliándose con los españoles invasores de Hernán Cortés decididos a terminar con el cacicazgo de Moctezuma. Esa sí fue una alianza antinatura porque eran gentes de diferentes razas, distintas lenguas, creencias antípodas, mundos lejanos. El resultado fue el fin de la grandeza de México-Tenochtitlan.
El pasado treinta de enero los guerrerenses constituidos en una gran e histórica alianza popular, sin exhibicionismos de colores, ni ubicaciones geométricas de derecha o izquierda, decidimos democráticamente, por mayoría irrebatible, sacudirnos el despotismo caciquil.
A las urnas acudimos pacífica y libremente los campesinos, los profesionistas, las amas de casa, los mecánicos, los maestros, los comerciantes, la sociedad civil, convencidos del poder de nuestro voto para transformar Guerrero. Superamos el atavismo con que Beatriz Paredes pretendía inmovilizar la conciencia popular: ser de derecha o de izquierda.
Ignora que hemos aprendido o intuimos que la idea de derecha o izquierda es producto malintencionado de una estrategia para la orientación clasista de los conceptos políticos.En México todos los partidos tomaron sus idearios de o en contra de la Revolución de 1910, hasta que el abuso del autoritarismo, la antidemocracia, la corrupción, la injusticia y la cínica impunidad, la desvalorizaron.
El artículo noveno constitucional garantiza la libertad de asociación, es uno de los que conservan su espíritu original sin haber sido avasallado por los intereses partidistas o leyes dimanantes confusas. No señala obligatoriedad de ideología, de clase o de tiempo para que los ciudadanos mexicanos podamos ejercer nuestros derechos políticos. Marcos Parra lo hizo cuando creyó conveniente declinar a favor de Angel Aguirre, sus partidarios que lo siguieron y los que no, también hicieron uso de ese derecho; la soberanía individual.
La legislación electoral vigente garantiza que los tribunales reciban la impugnación de los dirigentes priistas, pero el proceso no cambiará los resultados de la voluntad ciudadana. Pero sí servirá de anclaje mediático para que ejerciten un inocultable chantaje en dos direcciones: hacia la poca militancia que les reconoce y hacia los mandos superiores.
Efrén Leyva Acevedo no va a querer entregarle la dirigencia estatal al diputado Mario Moreno Arcos y le va a crear obstáculos porque dentro de un año habrá elecciones para ayuntamientos municipales y diputaciones locales. La ambición no reconoce derrotas y hace dar palos de ciego.
Las bravatas de querer utilizar la reunión de Consejo el próximo miércoles para agrandar la lista de expulsados va a ser tan infructuosa como la impugnación; a partir del cuatro de marzo la palabra que valdrá en el PRI es la del maestro Humberto Moreira que suple a Beatriz Paredes y el que va a suplir a Efrén Leyva tiene la simpatía de Enrique Peña Nieto...y de Angel Aguirre.
Esto no debe extrañarnos porque la ubicación del clasismo en el espectro de la derecha o la izquierda, depende de la época y las circunstancias. Dentro de un año veremos una mayoría de candidaturas surgidas de alianzas inesperadas, incluidas PRI-PRD-PAN, la finalidad : blindar la política contra los caciques.