EQUIDAD, CUESTION DE EDUCACION

Por Crescenciano Morales Moreno

Ante el umbral de un nuevo gobierno estatal que lleva integrado un cincuenta por ciento de mujeres en posiciones muy importantes, no pueden desapercibirse los actos conmemorativos por el Día Internacional de la Mujer, sobre todo el que se realizó en la sede del H. Congreso local por iniciativa de la Comisión de Equidad y Género que preside la diputada Silvia Romero Suárez, segura Secretaria de Educación en el equipo de Angel Aguirre Rivero.
El evento denominado Parlamento Femenino contó con la participación de féminas representativas de todas las regiones de la entidad, no fue sólo un cónclave de legisladoras, cuyas expresiones permitieron  estructurar resolutivos con base a los avances y escollos que han encontrado las mujeres en su ya centenaria lucha por los derechos de igualdad, un capítulo del ejercicio de los derechos humanos.
De la época en que Clara Zetkin, obrera rusa, convocó a compañeras de Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza para realizar la primera conferencia internacional de la mujer trabajadora, en Copenhague, para demandar mejores condiciones laborales, el derecho al voto, pasando por el sacrificio de las costureras de Estados Unidos que fueron quemadas por reclamar mejor salario y descanso en los dias domingos, han pasado muchos años y las aspiraciones de las mujeres se han visto entrampadas por el malentendido poder del machismo y por los intereses monopólicos socioeconómicos y políticos que frecuentemente también afectan a los hombres.
Con mucha razón la diputada Silvia Romero Suárez afirmó en su intervención que “la equidad de género no puede quedar en una lucha sexista, sino que debe orientarse en el control y uso de los bienes y servicios de la sociedad, sin discriminación y sin privilegios para mujeres y hombres”. Después de que el presidente Adolfo Ruiz Cortines, decretó la efectividad del derecho femenino al voto hemos podido constatar la capacidad profesional, de servicio, de decisión y determinación de muchas mujeres en el ejercicio de gobierno, con un atributo no muy común en el género masculino, el de la honestidad.
Con esa ventaja y el decaimiento de los valores sociales como producto de los excesos viriles en el poder público, se han abierto los espacios para las mujeres, aunque no en la misma proporción que usufructúa el hombre como legado de una educación naciente en el hogar como parte de la cultura hispanoamericana preponderante hasta hace unas décadas. Y es precisamente ese factor, la educación, el elemento primordial del que habrá de echarse mano para acceder a un verdadero plano de equidad de género. El gobernador Angel Aguirre, ha anunciado ya su aportación; mitad de mujeres, mitad de hombres en su gobierno.
Pero la igualdad no se alcanza por decreto, para lograrla debemos participar todos con buena fe, cambiar paradigmas desde el hogar y las escuelas, en la convivencia pública y social, desde la conciencia individual acceder a la conciencia colectiva para proclamar la igualdad respetando las diferencias. Alguna de las primeras luchadoras expresó que “la igualdad no se conseguirá en un día, sino que será labor de toda una vida, tomando conciencia de que, aunque somos diferentes, somos iguales”, pero ya han pasado muchas vidas , varias generaciones y no se ha logrado lo deseable.
La equidad es cuestión de educación, por ello otras de las expresiones democráticas del gobernador Angel Aguirre es la proyección de la maestra Silvia Romero Suárez a la Secretaría de Educación, una aportación del Ejecutivo al reconocimiento de los derechos humanos, un reto a la demostrada capacidad de la todavía legisladora porque desde esa responsabilidad habrá de ayudar a cambiar estructuras, desterrar vicios, recuperar recursos humanos y materiales, orientar mentalidades, generar creatividad y sobre todo conciencia de que la educación es la mejor herramienta para generar productividad competitiva y de ahí desarrollo sustentable.
No faltan las voces desastrosas contra Silvia Romero Suárez, seguramente porque no la conocen o porque pertenecen a los intereses que han medrado y estancado la educación y al estado. Para nadie es un secreto que a Angel Aguirre no le va a imponer titular de la SEG  la vitalicia Elba Esther Gordillo, porque el gobernador Aguirre Rivero está consciente que para retomar el ritmo educativo sólo hay que separar los intereses del sindicato de las decisiones de la educación.
Aunque la preparación profesional y académica de Silvia Romero Suárez están totalmente certificadas, no está de más reflexionar en que la educación de Guerrero, no requiere tener al frente a un gran intelectual o un gran educador, sino a una gente capaz de separar las necesidades educativas del estado de los intereses políticos de grupos y del sindicato. Retornaremos a lo concreto, adquiriremos nuevos valores, recuperaremos los extraviados e ineludiblemente iremos encaminándonos a la equidad. Si queremos cambiar el mundo empecemos por nosotros.

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