PACATA MINUTA

Por Rogelio Gómez Mejía

GATO ENCERRADO EN “GUERRA” CALDERONA

“Disputan Poder, pelean botín o asesinan al garete…

Como si se tratara de fortalecer motivos y causales del comprometido discurso sobre la continuación inquebrantable de la “guerra” contra la narcodelincuencia del presidente designado Felipe Calderón Hinojosa, al tiempo que el trastornante e inconcebible asesinato de Juan Francisco Sicilia Ortega, hijo del periodista Javier Sicilia, y la ejecución de sus amigos Gabriel Alejo Cadena, los hermanos César y Luis Romero, el tío de éstos, ex militar y guardia privado Álvaro Jaimes Avelar, y Socorro Estrada Hernández conmovían a grandes sectores de los medios, la capacidad de asombro desapareció por el hallazgo de fosas clandestinas con 72 cadáveres por San Fernando, Tamaulipas, cerca de donde fueron inexplicablemente sacrificados 73 migrantes centroamericanos que elevan las cifras de desaparecidos, “levantados” y extraviados, denunciados por 18 Organizaciones no Gubernamentales (ONGs, al Comité Internacional de Derechos Humanos de la ONU, de más de 5 mil personas por las fuerzas de seguridad, así como 17 mil denuncias nada más en Ciudad Juárez de torturas e intimidación.
Luego se registran una cauda de violentos hechos de sangre que permanecen impunes e incrementan la lista oficial de 34 mil 612 “ejecutados” en el país, como los 10 tambos con restos humanos calcinados cerca de Zacatecas, con la actual referencia de 3 mil 195 asesinatos en el primer trimestre del año, rematados por la pose del dirigente panista Senador, Gustavo Madero reconocedor de los 102 mil 995 muertos en 9 años de gobiernos de Acción Nacional, con 8 mil 898 no identificados que, justificó, durante las presidencias de priístas hubo 128 víctimas de éste tipo en un lapso igual, lo cual confirma la sentencia de José López Portillo corregida de que los políticos se han convertido en una clase de cínicos.
Quedan todavía en el tintero, los paradigmáticos casos de asesinatos nunca investigados del candidato al gobierno de Tamaulipas doctor Rodolfo Torres Cantú, y del que fuera gobernador de Colima Silverio Cavazos Ceballos, que podrían servir para esclarecer los fondos del narcotráfico en el país por sus inocultables relaciones con el hampa, y sus ramificaciones con las fuerzas armadas polémicas y discutibles, como el recién nombrado secretario de Seguridad Pública municipal en la tétrica Ciudad Juárez, teniente coronel, Julián Leyzaola Pérez, procedente de la también conflictiva Tijuana donde dejó mucho que decir, y quien a días de tomar el cargo ha enfrentado amenazas cumplidas presumiblemente de la banda “La Línea” ejecutora al parecer de sendas balaceras donde han perecido 5 personas y dos más resultaron heridas como para calibrar su fuerza.
Fuerza que se hizo sentir en Baja California donde dominan las milicias, acusadas de la muerte de don Ramón Durán Muñoz de 87 años, quien fue secuestrado con su hija María Guadalupe Durán, su yerno Javier Delgado y su hijo Javier de 12 años, de su rancho “El Meneadero” en Ensenada, por u comando de 10 milicianos disfrazados con uniformes negros, encapuchados y armados con metralletas que usaron cuando el anciano se defendió del asalto con un rifle calibre 22, lo que bastó para entregarlo a la PGR que los consignó y encarceló en La Mesa por una juez de consigna violadora del artículo 55 del Código Penal que, ante tanto abuso, motivó al Congreso local a demandar aplicar la ley a los responsables de los abusos de elementos y funcionarios que actúan con normas y cárcel propias.
BALA PERDIDA.
En ejemplar actuación, la Procuraduría de Morelos a cargo de Pedro Luis Benítez Vélez reveló que hay agentes ministeriales entre los asesinos del joven Francisco Sicilia y sus amigos, lo que permitió indagar a los reporteros locales hipótesis fundadas de que Gabriel Alejo y Luis Antonio Romero sufrieron un atraco días antes por un comando de militares, quienes los amenazaron de muerte si denunciaban los hechos y al buscar apoyo en sus amigos y su tío, fueron copados y “desaparecidos” para encontrarlos maniatados, amordazados y con señales de tortura, índices de la operatividad de éstos grupos de traidores que han dejado su perfidia en diferentes puntos del país.

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