Por Jorge Luis Falcón Arévalo /Grado Cero Press.
Atoyac de Álvarez.- “Mi pensión como maestra es poca; por ello tengo que cubrir algunas otras necesidades vendiendo diversos productos, desde golosinas, refrescos, aguas frescas, o fruta de temporada”, de esa manera la maestra Toñita expone su situación vivencial y económica. “¡Esa es mi realidad!” señala y ofrece su mercancía.
Resalta “en esta misma situación nos encontramos diversas maestra y maestros jubilados; a lo largo y ancho de la costa grande”. El magisterio en nuestra época, no es como el de ahora. Antes nuestra misión era enseñar; hoy los maestros tienen más días de vacaciones y más puentes que Brooklyn”, en estados Unidos.
Lo que nos favorece -dice un tanto relajada- es el hecho de que “contamos con casa propia” y remarca; “nuestra compensación mensual es insuficiente y no alcanza; por ello tuve que recurrir a la venta de diversas mercancía.
Poca la ganancia; pero “de poco en poco, se llena el buche” y ríe. Adelante de noche es nuestra casa; de día es nuestro negocio”; porque la situación en el país es desalentadora; lo vemos con nuestros hijos, porque no hay manera de que esto se enderece. Y rememora “en nuestra época alcanzaba el dinero. Con López Mateos, Luis Echeverría y López Portillo; ya con Miguel de la Madrid, el país vino a menos. Los demás presidentes han llevado a México al caos.
“Pues al menos uno tiene que trabajar arduamente para tener para comer bien; porque ahora hasta los frijoles son un lujo; el kilo está en 24 pesos. Eso ya no es parte de la canasta básica. Y riéndose dice: “la canasta básica está compuesta de sabritas, chicles y chamoy”. Porque el tomate, el aceite, la cebolla y lo demás, están carísimas. Adem+ás no hay dinero entre los trabajadores.
¿Hacia dónde iremos a parar con esta crisis? Remata exponiendo ¿Qué hacen nuestras autoridades? Al menos por la plática sana y divertida con la maestra Toñita.
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