LA RUEDA DE LA FORTUNA


Marcha por la Paz

El jueves 5 de mayo salieron desde Cuernavaca,  en el estado de Morelos, un numeroso grupo de ciudadanos, encabezados por el poeta y escritor Alberto Sicilia. La Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad  se encaminó rumbo al Distrito Federal cuyo objetivo principal era llamar realmente la atención de Felipe Calderón Hinojosa para que en su calidad de presidente de la república, pusiera freno a la estrategia militar  que el mandamás del país ha implementado desde los orígenes de su gobierno y que hasta la fecha se dice que son alrededor de 40 mil muertos en todo lo que lleva el presente sexenio Presidencial. En esta marcha de protesta, también llamada del silencio, se manifestaron familias a quienes les han matado, secuestrado o desaparecido a alguno de sus miembros y que fueron apoyadas en el camino por otras familias que ya están hartas de los nulos resultados que ha tenido la guerra contra el crimen organizado declarada por Felipe Calderón. En el contingente había muchas mujeres de más de 60 años a las que les costaba dar los pasos. Se notó la presencia en este suceso, cuando menos en su primer día de caminata del obispo Raúl Vera, quien carga a cuestas 71 años de edad, y varios defensores de derechos humanos, como Rocío Culebro, Edgar Córtez y Pablo Romo.   Así mismo, este grupo de personas se nutrió además con representantes del famoso michoacanazo y padres de familia de los niños de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora. Llegaron a la ciudad de México, el sábado por la tarde, en donde el contingente de marchistas, acampó en ciudad universitaria.
Fue el domingo 8 por la tarde, en que los marchistas (a los que se les habían unidos miles y miles de personas), llegaron al Zócalo de la capital. En ese lugar y con la plaza llena, el principal orador del acto de protesta, el poeta Alberto Sicilia mediante la lectura a un documento, indicó: “Si hemos llegado en silencio es porque nuestro dolor es tan grande y profundo y el horror del que proviene tan inmenso, que ya no tienen palabras con qué decirse. No queremos más muertos, más violencia que asfixie vidas inocentes, como la de mi hijo Juan Francisco o miles de hombres, mujeres, niños y ancianos asesinados con un desprecio y una vileza que pertenecen a mundos que no son ni serán nunca los nuestros. Estamos aquí para decirles que este dolor del alma no lo convertiremos en odio ni en más violencia, sino en una palanca que nos ayude a restaurar el amor, la paz, la justicia, la dignidad de la balbuciente democracia que estamos perdiendo. Lamentó que todos los días se escuchen historias terribles de violencia: ¿Cuándo y en dónde perdimos la dignidad? Si no se reconstruye el tejido social roto, solamente podremos heredar a nuestros muchachos una casa llena de desamparo, de brutalidad y engaño donde reinan los señores de la muerte, de la ambición del poder, de la complacencia y la complicidad con el crimen”. Igualmente cuestionó: ¿Por qué se permitió al Presidente de la República lanzar al Ejército a las calles, en una guerra absurda que nos ha costado 40 mil víctimas y millones de mexicanos abandonados al miedo y la incertidumbre?...(….)… Llamó a los partidos a una limpieza real de sus filas, porque en todos ellos hay vínculos con el crimen organizado, y a asumir un compromiso real de ética política, pues en caso contrario en 2012 “nos tendremos que preguntar por cuál cártel o por qué poder fáctico tendremos que votar”.
Así mismo se pretende que el próximo 10 de junio se firme en Cd. Juárez, el Pacto para la paz. (La Jornada, 9 de mayo de 2011).
De hecho, fue la participación ciudadana la que distinguió este movimiento, ya que no se permitió de ningún modo la presencia de los Partidos Políticos y a pesar de que se pidió la renuncia del Secretario de Seguridad Genaro García Luna, a más de una semana este sigue muy campante allí…HASTA PRONTO.
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