MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** Existen muchas deudas con las madres trabajadoras.

Hoy se celebra en México al ser más querido. Al que más veneramos en ésta tierra. A nuestras madres. A quien, como dice la canción de Denisse de Kalafe, con mucho valor nos llevó en su vientre. A esa guerrera invencible y luchadora incansable.

Así es. El 10 de mayo en nuestro país se honra a la madre. Y no falta el tradicional festejo en las escuelas, así como la tradicional comida familiar. Desde el gobierno se les otorga un bono económico a la mayoría de ellas. Y no faltan los políticos que suelen recorrer colonias y comunidades entregando despensas y trastes de plástico, algunos para festejarlas y otros para promoverse en aras de alcanzar otro espacio público de mayor nivel.
Se hacen muchas cosas para demostrar el amor y el cariño que existe hacia nuestras madres. Sin embargo, éste día nos debiera invitar hacia un ejercicio de reflexión serio, en el sentido de ponderar si efectivamente se le está dando a nuestras madrecitas el lugar que les corresponde, o si el 10 de mayo, es simplemente para cumplir con el compromiso de llevar un regalo, reservar en algún restaurante o contratar al mariachi.
De entrada, de poco sirve festejar este día a la madre, si durante todo el año se le abandona. Esa es una reflexión personal que todos nos debiéramos hacer. Y en el ámbito social, habría que voltear a ver, que hoy en día, el aporte de las madres de familia, no solamente está en el hogar, sino en el sector productivo.
Las estadísticas hablan de un número importante de mujeres que aportan recursos económicos para el bienestar de sus familias. Otro sector grande son las jefas de familia, conocidas como madres solteras, cuya labor, en más de las veces, es sumamente titánica. Y es ahí, en donde los políticos debieran ponerse las pilas, en lugar de andar regalando despensas y repartiendo trastecitos.
La pregunta para aquellos que se promueven políticamente aprovechando el día de la madre, debiera ser la siguiente: ¿Qué tanto han hecho para mejorar las condiciones laborales, económicas y sociales de éstas, desde el ámbito de su competencia?
Así es. En lugar de andar haciendo leyes para evitar más nacimientos, los legisladores y gobernantes debieran regresar los ojos a lo más importante que tiene éste país hermoso: su población. Gente que tiene su origen en esa noble y grandiosa mujer llamada Madre. Aquella que espera que sus hijos tengan un gramo de sensibilidad y mejoren el marco legal para poder dar a sus familias una perspectiva diferente de desarrollo.
No se trata de dar calzado solamente a las mujeres indígenas o más pobres. Mucho menos de despensas y trastecitos que suenan a migajas y hasta limosna. Algo que se puede hacer, es revisar las condiciones laborales de las madres, a efecto de facilitarles el acceso a la guardería para sus hijos, sin que esto signifique una lesión para sus ingresos. Revisar también los tabuladores, en el sentido de que se pague lo justo a las madres que tienen un título profesional, pero que son marginadas, por el único pecado de ser mujer.
Existen muchos rubros en donde los políticos le han quedado a deber a las madres. Ahí están también los horarios laborales, en donde los cuidados maternos, por el desarrollo emocional y físico de los niños, debiera reconsiderarse hasta los 12 años de edad, cuando culminan la educación primaria, y no a los seis años, como hoy sucede en la mayor parte de los casos.
Señores políticos, hay muchas tareas pendientes. Si en verdad tienen mamá. ¿Por qué no celebrarla con resultados y no con simples migajas? Esa es la cuestión.
Mensajes y comentarios: geruanoc@hotmail.com

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