Los tiempos han cambiado, ahora los y las jóvenes viven de manera más acelerada y los medios de comunicación incitan cada vez más a un libertinaje y a desarrollarse precozmente. Se acercan las vacaciones de verano esperamos que no aparezcan grupos con ideas arcaicas que soliciten se retire de los programas de educación oficial la educación sexual por inmoral.
Ahora según los sexólogos ya muchos adolescentes inician su actividad sexual de manera prematura, lo que aumente el riesgo de contraer Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), principalmente VIH, y los embarazos no deseados. Por desgracia todo esto se puede prevenir, pero antes es necesario educar a los jóvenes en una sana sexualidad.
La educación de niños, niñas y adolescentes sobre su sexualidad es una de las cuestiones más debatidas y de mayor resonancia en la sociedad. Existen quienes hablan de que esta debe ser informativa, otros que debe ser formativa o restrictiva. Pero la mayor parte de las veces se polarizan las opiniones sobre este tema.
El gobierno promueve la educación para los jóvenes, informa sobre los riesgos que conlleva el tener relaciones de manera irresponsable, pero el conocimiento por si solo no es suficiente para poder cambiar la conducta de los y las adolescentes. Los programas que principalmente pretenden imponer, se basan en brindar información sobre preceptos morales y sexuales-como funciona el sistema sexual del cuerpo, que es lo que los jóvenes deben y no deben hacer- han fallado. No por que en si mismo sean malos, sino por que no han sido aplicados correctamente.
Asimismo opinan algunos maestros que se debe pensar de que los programas de educación sexual en las escuelas han estado en función por muchos años, estos no han sido efectivos como se esperaba. Vemos cada día a jovencitas embarazadas que deben dejar sus estudios por falta de apoyo de sus parejas o sus padres convertidas en madres solteras, nos encontramos con más casos de VIH, principalmente en mujeres cuyos esposos regresan de Estados Unidos y en jóvenes heterosexuales que inician su vida sexual prematuramente.
Impartir información sexual sin acompañarla de formación para el amor puede ser contraproducente. La educación integral no se conforma con lo intelectual, debe abrirse a la voluntad, a los sentimientos, a los valores. Se ha comprobado que cuando se pretende imponer a los jóvenes el qué y cómo deben actuar el resultado es contrario a lo que originalmente se busca.
Por lo tanto en opinión de algunos padres de familia el problema no es si los y las adolescentes deben recibir educación sobre su sexualidad, sino cómo y qué clase de educación van a recibir. Resulta prácticamente imposible apartar a nuestros adolescentes de un mundo hipererotizado, donde sea que volteamos podemos ver alguna imagen de alto contenido erótico. Desde los programas donde el sexo es lo más común, hasta la facilidad de encontrarse con contenidos para adultos en internet.
Por lo tanto según expertos en el tema la educación sexual debe ser tarea del gobierno, educadores y padres de familia, pero siempre basada en los la libertad y la dignidad de la persona, para que de manera informada y conciente, se tomen las mejores decisiones. No será diciendo que es bueno o que es malo, que se debe o no usar, sino formando la capacidad de decisión de los jóvenes, como podremos decir que se tiene una correcta educación sexual.
Ahora según los sexólogos ya muchos adolescentes inician su actividad sexual de manera prematura, lo que aumente el riesgo de contraer Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), principalmente VIH, y los embarazos no deseados. Por desgracia todo esto se puede prevenir, pero antes es necesario educar a los jóvenes en una sana sexualidad.
La educación de niños, niñas y adolescentes sobre su sexualidad es una de las cuestiones más debatidas y de mayor resonancia en la sociedad. Existen quienes hablan de que esta debe ser informativa, otros que debe ser formativa o restrictiva. Pero la mayor parte de las veces se polarizan las opiniones sobre este tema.
El gobierno promueve la educación para los jóvenes, informa sobre los riesgos que conlleva el tener relaciones de manera irresponsable, pero el conocimiento por si solo no es suficiente para poder cambiar la conducta de los y las adolescentes. Los programas que principalmente pretenden imponer, se basan en brindar información sobre preceptos morales y sexuales-como funciona el sistema sexual del cuerpo, que es lo que los jóvenes deben y no deben hacer- han fallado. No por que en si mismo sean malos, sino por que no han sido aplicados correctamente.
Asimismo opinan algunos maestros que se debe pensar de que los programas de educación sexual en las escuelas han estado en función por muchos años, estos no han sido efectivos como se esperaba. Vemos cada día a jovencitas embarazadas que deben dejar sus estudios por falta de apoyo de sus parejas o sus padres convertidas en madres solteras, nos encontramos con más casos de VIH, principalmente en mujeres cuyos esposos regresan de Estados Unidos y en jóvenes heterosexuales que inician su vida sexual prematuramente.
Impartir información sexual sin acompañarla de formación para el amor puede ser contraproducente. La educación integral no se conforma con lo intelectual, debe abrirse a la voluntad, a los sentimientos, a los valores. Se ha comprobado que cuando se pretende imponer a los jóvenes el qué y cómo deben actuar el resultado es contrario a lo que originalmente se busca.
Por lo tanto en opinión de algunos padres de familia el problema no es si los y las adolescentes deben recibir educación sobre su sexualidad, sino cómo y qué clase de educación van a recibir. Resulta prácticamente imposible apartar a nuestros adolescentes de un mundo hipererotizado, donde sea que volteamos podemos ver alguna imagen de alto contenido erótico. Desde los programas donde el sexo es lo más común, hasta la facilidad de encontrarse con contenidos para adultos en internet.
Por lo tanto según expertos en el tema la educación sexual debe ser tarea del gobierno, educadores y padres de familia, pero siempre basada en los la libertad y la dignidad de la persona, para que de manera informada y conciente, se tomen las mejores decisiones. No será diciendo que es bueno o que es malo, que se debe o no usar, sino formando la capacidad de decisión de los jóvenes, como podremos decir que se tiene una correcta educación sexual.
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