EL FRAGOR DE LA CAMPAÑA YA TERMINO

Por Arturo Catalán

Hace poco más de casi cinco meses las campañas político-electorales terminaron. Acabó la pasión que suele acompañar a este tipo de actividades y, el derrotado, una vez asimilado el impacto, se alínea, en tanto que el vencedor, así lo marcan las reglas del juego democrático, tiene poder, gloria y capacidad de atender aún a los que le adversaron en la contienda.

Lamentablemente eso no ha sido así. Hace poco menos de una semana, durante un acto público del gobernador Aguirre, hubo docenas de personas que se le acercaron al paso para saludarlo, para entregarle papeles que contienen súplicas, favores, apoyos; otras y otros, para extenderle la mano, saludarlo y recibir una mueca de saludo. Los más, se van satisfechos tras obtener al menos una "mirada" del poderoso gobernador. Para muchos, ese tan simple saludo será historia que la familia conservará a pesar del tiempo: "aquella ocasión en que saludé al gobernador"; a ninguno les resolvió nada pero, todos se dieron por bien servidos y satisfechos de estar tan cerca de ese mítico poder que sonríe, palmotea espaldas, gira instrucciones a sus asistentes para atender al peticionario. En suma, ese instantáneo "baño de pueblo", a los concurrentes les es como una bendición y, para Aguirre es comprobar de viva voz sus niveles de popularidad.
Nadie en sano juicio iría a darse esos baños de pueblo para insultar, para humillar, so bajar o reprochar a sus conciudadanos todos sus actos cívicos, pues al momento de juramentar ser el gobernador de los guerrerenses, no se refería a los guerrerenses aguirristas, perredistas, chavarristas, salgadistas y todos esos nuevos ismos en la "democracia fantoche".
Sin embargo allí, frente a todos, a un buen número de esos integrantes de la cohorte que recorren las instalaciones del CRIG, el Gobernador Aguirre cuando quiso, ya no pudo evitar ser saludado y abrazado de costado por una mujer entrada en años que, queriendo hacerse agraciada y simpática, espetó "...gobernador, tanto tiempo sin verlo" al tiempo que apretaba el abrazo como queriendo demostrar afecto, respeto o tal vez cierta cercanía.
La respuesta fue lapidaria, fugaz pero quedará para la eternidad "...cómo nos íbamos a ver, si tu estuviste del otro lado", suelta a la mujer en cuestión como cuando se suelta de las manos un tizón al rojo vivo. Tras desdeñar siquiera una réplica, Aguire continuó zarandeándose entre los suyos, repartiendo sonrisas a "los suyos", el resto de los guerrerenses simplemente y de momento, pareciera no importarles. ¿Será que don Angel sigue en campaña o que hoy encabeza una campaña de reproche y de rencor y odio para los que no fueron "inteligentes" y no se adhirieron a su movimiento?; ¿esos guerrereneses que a lo mejor ni siquiera votaron deben ser excluidos de la atención de un ciudadano con mando?
Todo indica que así es.

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