LA RUEDA DE LA FORTUNA


Analfabetismo en México

El analfabetismo en nuestro país, es uno de los lastres que se viene arrastrando desde que se creó la Secretaría de Educación Pública, allá en las primeras tres décadas del siglo 20. Es cierto que esta cuestión ha venido disminuyendo pausadamente, pero sigue siendo, me imagino, un dolor de cabeza para el actual titular de esa  Oficina gubernamental que rige la Educación en nuestro país.

El último reporte del Instituto Nacional Educación para Adultos refiere que existen seis millones de mexicanos en condición de analfabetismo, 10 millones más que no concluyeron la primaria y otros 17 millones de jóvenes y adultos que truncaron sus estudios en la secundaria. Así, el escenario Educativo en la República Mexicana pinta difícil para estos amigos, que por X o Y razones forman parte de esas estadísticas  de oscuridad educativa, ya que el hecho mismo de que no sepan leer y escribir o que no hayan terminado la primaria o la secundaria significa que enfrentan mayores posibilidades de estar desempleados, recibir bajos salarios o trabajar sin prestaciones y también carecen de conocimientos mínimos para procurarse formas de vida saludables como elegir alimentos al comprarlos, lavarse las manos, los dientes o hervir el agua. Lograr estudios de nivel básico hace que aumente el interés por mantenerse informados sobre asuntos políticos y encontrar soluciones a conflictos de su entorno inmediato. En palabras más sencillas se puede afirmar que alguien del sexo masculino que no estudió, al contraer responsabilidades económicas su destino será incierto, su abanico financiero, será muy reducido, situación igual vivirán las personas del sexo femenino, y más si llegan a ser madres solteras. Situación difícil en verdad, pero que muchos y muchas han sabido sortearla para salir adelante. No obstante, como quiera que sea, el analfabetismo es como vivir en un mundo enrarecido por la oscuridad; el “mundo” de una persona analfabeta o de escasos conocimientos que dan la ausencia del paso por las aulas, es muy reducido y son presa fácil de alguien más abusado.
En este contexto y de acuerdo al Universal del pasado 3 de junio, el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, anunció que a la par de que se realizará la preinscripción de niños a la educación básica, se levantará un primer censo nacional de escolaridad de los padres de familia para “promover que quienes no hayan concluido la primaria o la secundaria, o incluso que no sepan leer o escribir, puedan retomar los estudios y concluyan su educación básica”.
En realidad, la situación que guarda el analfabetismo en nuestro país seguirá en la misma frecuencia, al gobierno le conviene de alguna forma mantener  en estas circunstancias a la gente. Sabemos que este fenómeno  se da principalmente en los grupos de indígenas y en las personas de mayor edad que hay en el país y es allí donde se debería atacar agresivamente esta cuestión.
De haberlo hecho desde hace años, estoy cierto que estuviéramos contando otra historia. Así, pasan sexenios tras sexenios y nos salen con la misma cantaleta de siempre de que el analfabetismo permanece incrustado en la sociedad mexicana, como si esto fuera una cuestión incontrolable. Discursos van, discursos vienen y sigue permeando este factor determinante en la vida de esos mexicanos carentes del conocimiento de la Educación escolar. Al respecto, nos debemos preguntar: ¿A quien favorece tener en el ostracismo escolar a miles de mexicanos? ¿A quien le favorece disponer de mano de obra no calificada?...HASTA PRONTO.

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