MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo

*** ¿Se debe volver a equivocar PRI en Guerrero?

Si la postura del aún Gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, se mantiene firme, en el sentido de que en el PRI no se pueden volver a equivocar, sería un hecho que el diputado federal Mario Moreno Arcos permanecería en las filas del tricolor, y por ende, con grandes posibilidades de ser candidato al senado por ese Instituto Político.
Así es. Después de la derrotas sufridas por el PRI en diferentes entidades del país, en donde cayeron a manos de ex priístas, como sucedió en el estado de Guerrero, el aspirante a la presidencia de la República fue contundente al señalar, que no se podían volver a equivocar. Y dándole una cátedra de operación política a la ex dirigente nacional de su partido, Beatriz Paredes Rangel, dejó a un lado sus afectos y privilegió lo mejor para el PRI en el Estado de México.
Para nadie es un secreto. Eruviel Avila Villegas, Gobernador electo del Estado de México, no contaba con toda la simpatía de Enrique Peña, sin embargo, era el mejor posicionado. Quien le garantizaba el triunfo al tricolor, así fuesen aliados los panistas y perredistas. Lo que a la postre, en virtud de las malas experiencias sufridas por su partido, le valió para hacerse de la candidatura y ganar las elecciones del pasado mes de julio.
La operación política realizada por Enrique Peña, logrando unificar a todos en torno a Eruviel Ávila, demostró una congruencia total con aquella frase expresada ante la debacle del liderazgo de Beatriz Paredes: “No nos podemos volver a equivocar”.
En el caso de Guerrero, habría que recordar las dos imágenes que circularon por todos los medios informativos. La de finales del mes de agosto de 2010, en donde aparecía el alcalde de Acapulco, Manuel Añorve Baños, respaldado por el alcalde de Chilpancingo, Héctor Astudillo Flores, el diputado local, Héctor Vicario Castrejón, y los ex gobernadores, René Juárez Cisneros y Rubén Figueroa Alcocer. Acababan de ungir al primero como su candidato a la gubernatura. Todos lucían sonrientes. Una familia completamente feliz. Los grandes ausentes de esa fotografía: El ahora gobernador Ángel Aguirre Rivero y el diputado federal Mario Moreno Arcos. Ambos personajes siempre habían argumentado que el mejor posicionado y con posibilidades reales de ganar la gubernatura era el oriundo de Ometepec, quien a la postre fue abanderado por los partidos de izquierda y llegó a casa Guerrero.   
La otra imagen corresponde a la noche del 30 de enero de éste año, en la que ya no hubo sonrisas. Solamente caras largas. Y en respuesta a ese escenario, cuando no faltaron quienes argumentaban que eligieron (impusieron) al mejor candidato, desde el Estado de México, la postura de Enrique Peña Nieto fue contundente: “No nos podemos volver a equivocar”.
Tal vez por eso, las puertas en el Estado de México se han mantenido abiertas para Mario Moreno, a quien inclusive se le invitó a las tareas partidistas de la campaña de Eruviel Ávila Villegas. 
De los últimos años, el político priísta mejor evaluado por la sociedad guerrerense es precisamente Mario Moreno, quien goza de una excelente popularidad en virtud de los resultados que ha ofrecido en las diferentes responsabilidades que ha ostentado.
En su paso por la alcaldía capitalina dejo huella. Es el mejor presidente municipal que ha tenido Chilpancingo en toda su historia. Y con relación a su encargo actual, es el mejor diputado federal que ha tenido en su historia el séptimo distrito. Antes de él, pocas veces regresaban al distrito. Mucho menos gestionaban obras con inversiones millonarias para el estado.
Ese tipo de liderazgos son los que parecen convenir al PRI en éste momento. No en vano, Enrique Peña Nieto, ya dejo en claro, que no se pueden dar el lujo de volverse a equivocar. Y si esa frase se hace realidad en la entidad suriana, Mario Moreno tiene muchas posibilidades de ser ungido como candidato al senado por el Tricolor. Esa es la cuestión.
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