Entre la verdad y la ficción

Quinto informe del gobierno federal
(Obituario o regreso al ego)

Por Jorge Luis Falcón Arévalo/ Grado Cero Press.

México duele, es una herida abierta, sin medicamentos accesibles de momento y en despoblado. Desértico. México, en desolaciones y agraviado por la autoridad inepta e ineficiente de los 70’s. De un organismo sin ser Revolucionario; pero eso sí, muy pero muy institucional. Maniató a todos y a todas bajo el subyugo de una “disciplina”, sin ser castrense -que a mucho orgullo nos hubiera llevado en ese entonces por otros derroteros sociales y políticos- si sometió a los partidarios del “invencible”.

Gobierno, que como hasta ahora, solicitan el permiso al Tío Sam, para “adecuar” el país a las normas de cómo y qué hacer con el país para el “desarrollo”. Irreverente actitud de los gobiernos, de ese entonces.
Gobiernos que encueraron al país, como cuando hay una inundación o un terremoto o algún siniestro, entra a robar lo que encuentran, dicen: “mal puesto”, es el dicho. La actitud es robar, agandallarse. Con ese perfil se creció.
Las escuelas con maestros que ya no son maestros, sino simples entes que muestran lo escaso que estudiaron, porque al finalizar su especialidad tiraron los libros de su academia, “porque ya me tenían hasta el hartazgo”. Luego entonces, donde se sigue estudiando para prepararse. ¡Sino es en los libros! Todos piensan que al terminar una carrera profesional, hasta ahí se termina todo el estudio. ¡Craso error!
Se crean maestrías y doctorados, donde no hay un solo individuo que logre escalar posiciones intelectuales para el desempeño eficiente y lograr un mejor país; cuando al menos ser ellos, mejor ciudadanos. No, lo es por la pose, para colgar el documento bien enmarcado; de preferencia con su “marialuisa” de color azul marino, o bástese negro, para dar el mejor impacto a la plebe que boquiabierto observa el colgadero. Esa es la historia.
México duele en datos, en las estadísticas de política ficción desde los 70’s, donde el petróleo, “…aquel pebetero del diablo”; hoy es solo un “chisguete de oro negro o majo”, que no da para más. Donde el extranjero puede accesar a nuestras riquezas, sin hacer fila y explotar no desde hace 500 años, sino mil, nuestra ya escasa riqueza, ante los ojos de otros mexicanos ¿desleales, vende patria, traidores? Se llenan las alforjas con dinero de todos y de un Pemex de unos cuantos, envileciendo nuestras generaciones y endeudando almas, espíritus y cuerpos por largos años. Amén.
Las familias mexicanas de 1910, son idénticas a las familias japonesas de 1945; aquellas de Nagasaki e Hiroshima; pero ¿Dónde están ellos y dónde nosotros? México, sigue a la vanguardia o el de la “Solución somos todos”. Aquel gandalla gachupín-mexicano de “No nos volverán a saquear” ¡Y no tan solo nos saquearon, sino que nos han dejado en la miseria. Somos 100 millones de mexicanos miserables o miserables mexicanos. El orden de los factores no altera el producto. ¿Y qué producto?
Quiebre de bolsas de valores, desvalorización de la moneda, crack de los dineros, devaluaciones, Tratado de Libre Comercio, Refinerías en el extranjero; capital bancario de allende las fronteras. Y así por largas nebulosas, nuestro dinero se fortalece en manos de ciudadanos de otras naciones ¿Y los mexicanos? ¡Que coman lo que tengan y si es transgénico, mejor! Desempleo galopante y el jinete solitario del hambre, se asienta en todo Guerrero, ante políticos mediocres y analfabetos.
Quinto informe de gobierno, como todos. Dice aquel vocero televisivo oficioso de esos gobierno, Jacobo Zabludovsky: “Basta de triunfalismos ridículos ante la pavorosa realidad que ha puesto a México, desde hace cinco años, en el camino de una agonía terminal. Es hora de pedir disculpas y asumir responsabilidades. Basta de reuniones inútiles y atoles con el dedo. Si la Constitución obliga a presentar un informe sobre “el estado general que guarda la administración pública”, habrá que pedir disculpas no solo por declarar una guerra sin saber las características del enemigo, sino por fallar en todas las ramas de la mentada administración”. Je jeje, ¡Ay Don Jacobo, veinticuatrero. ¡Ya se le olvido, lo que hizo –y no soy panegírico del PAN- Jolopo, al que según dijo Salinas de Gortari, refiriéndose a Miguel de la Madrid, “no le sube el agua a los tinacos” cuando dijo que la partida económica secreta del gobierno federal, se la “chingó” Salinas de Gortari y qué de Zedillo, que orondamente despacha en los USA, por los “servicios prestados al Tío Sam! Don Jacobo hoy critica, lo que debió en su momento reclamarle a Luis Echeverría Álvarez, tras la matanza de Tlatelolco en el 68. Donde muchos; por no decir bastantes de la llamada “izquierda”, se transformaron en “orejas” para el gobierno. Allí están todos en esas oficinas “trabajando” y soslayándose la lengua delatándose unos a otros.
Hoy tenemos esos mismos gobiernos entremezclados entre una “extraña” izquierda burguesa -sin ser marxista leninista-; o, una izquierda ¿centrada? ¿En qué? ¿En el presupuesto? Solo es discurso, semántica, soliloquio entre sujetos, sin verbo; pero, con mucho predicado.
Cinco años, con recuento no del mandatario, sino de todos y cada uno de nosotros. Un recuento que debemos estar atentos en lo que debemos hacer y cómo cada quien en su trinchera, debe hacerlo. Estamos acostumbrados a que nos hagan en trabajo, a que vengan los chinos y japoneses con su tecnología y nos vendan fetiches y masoquismo en cuadritos de “Vírgenes” y “Santos”, made Japan o China o Vaticano, digo. Que si le rezas con fe y devoción, se les cumpla su esperanza. ¡Hay que trabajar! Solo eso, trabajar, cada quien en su cada cual. Ser responsables. Cada profesionista hacer lo que debe hacer y aprendió para desempeñarlo.
Ese será el mejor informe de todos, visualizarnos como somos y qué debemos tener en perspectivas.
sin.marca@gmail.com

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