LAS DENTELLADAS

Por El Tiburón

Lo que dice el “cumpleañómetro”

Luego de la tan comentada fiesta de cumpleaños de Don Raúl García Urióstegui, una o dos semanas después hemos disfrutado de la fiesta de Don Joaquín González Ramírez, quien el pasado sábado festejó su cumpleaños número cincuenta y tantos, ocurrido unos días antes, razón por la que algunos colaboradores de esta columna aprovecharon para hacer un ejercicio de carácter científico, pues por primera vez en esta ciudad y puerto se aplicó el “cumpleañómetro” para el análisis de estas fiestas políticas.
Vayamos pues a los resultados obtenidos por el equipo de Las Dentelladas, encabezado por el maestro en ciencias ocultas Agapito García y en el que participan estudiosos de esta complicada área del conocimiento, la que estudia las leyes que rigen los festejos y pedas encaminadas a servir como plataforma para llegarle a la presidencia municipal.
La metodología contempla abonar un punto a la cuenta del “suspirante” cuya actividad haya resultado superior a la de su competidor. Cuando no se observa una ventaja clara, no se abona ningún punto. Al final se hace la suma y el que alcance mayor puntuación se declara como el organizador de la peda política más chingona. Vamos pues adelante.
En lo que se refiere al local del festejo, no dieron puntos a ninguno de los dos festejados, pues tanto el Centro Social como la nave industrial de Aguaquín son locales grandes. En el número de asistentes tampoco otorgaron puntos, pues si bien algunos consideraron que hubo un poco más de gorrones, perdón de invitados con Raúl García, pesó más la idea de que hubo mano negra de parte del alcalde, quien ordenó a sus funcionarios que fueran a engordar el caldo de Raúl, además de que hubo un montón de repetidores, o sea, ciudadanos que le entraron recio en las dos fiestas.
En la música que amenizó los jolgorios, el equipo de asesores otorgó un punto a favor de Raúl García, pues presentó grupos más afamados, como el de los cubanos y la Luz Roja de San Marcos y hasta un niño cantante de la televisión, mientras que Joaquín presentó un grupito musical al parecer local y varios grupos de músicos que llegaron con los invitados, aunque reconocieron que en lo que se refiere a la cantidad y nivel del ruido, ahí se fueron ambos guateques. En ambos se detectó ciudadanos que salieron apendejados por los tamborazos.
En la comida, el equipo de asesores reconoció que en ambas fiestas hubo comida hasta para tirar para arriba; apuntaron que todos comieron a llenar. Sin embargo, acordaron abonarle un punto a Joaquín González, pues señalaron que al “Calentano”, cocinero oficial del “Raulismo”, como que se le secaron de más algunos “mixiotes”, en tanto que Joaquín, además de muy buena barbacoa, ofreció montón de carnitas de cuche, aunque no se pudo determinar si eran de “cuche cuitero” o de los otros, ni se supo si alguien reportó animalitos perdidos.
En lo que se refiere a la cantidad y la calidad de la bebida, los analistas aseguran que en ambas fiestas hubo ríos de cervezas y “güiscle”, con lo que se determinó que ambos razonaron igual: “Que no se vea que hay miseria”. Por ausencia del director de Reglamentos y su equipo de análisis de alcoholes (“catadores profesionales” de la dirección) no se pudo determinar la cantidad de alcohol adulterado que circuló en cada uno de los ágapes; sin embargo, por el léxico incomprensible de un montón de borrachos que fueron entrevistados en las encuestas de salida de ambos cotorreos, pudieron establecer que es muy probable que algunos, ya encarrerados, hayan bebido puro metanol. Aquí tampoco abonaron ningún punto.
Finalmente y con base en las respuestas que dieron los borrachos en las encuestas de salida, es posible determinar que la raza que asistió a estos primeros dos guateques, aseguró que está a morir con el cumpleañero. A los únicos que no se les creyó fue a los numerosos repetidores, pues en una dijeron estar hasta la muerte con Raúl, una semana después juraron ser fieles a Joaquín.
Los especialistas dijeron finalmente que, con base en los datos que arrojó el estudio, es posible establecer que, si hoy se realizaran las elecciones para presidente municipal, Raúl García y Joaquín terminarían empatados, a pesar de la cantidad de billetes que costaron las pachangas, aunque reconocieron que tampoco son inútiles pues tenía rato que no festejaban ruidosamente sus cumpleaños.
Lo que no pudieron determinar los analistas es la confiabilidad que se le puede conceder al “cumpleañómetro”. Bueno, ni modo, esto quiere decir que se van a tener que esperar hasta que se vote para saber quién tiene más posibilidades de sentarse en la de Alejandro… en la silla de Alejandro.