OPINIÓN

Por Manuel Tello Zapata

DE HOMENAJES Y OMISIONES.
Irónicamente, el mejor homenaje que se le hizo al finado legislador local Armando Chavarría Barrera, con motivo  de haberse cumplido su segundo aniversario luctuoso, no fue de un perredista. Se lo hizo el priísta Héctor Astudillo Flores, quien durante el acto realizado en el parque que lleva el nombre del malhadado legislador, pronunció uno de los mejores discursos dedicados al amigo Armando, con quien el alcalde capitalino compartió grandes momentos, siendo ambos Senadores de la República junto con Héctor Vicario Castrejón.
Irónicamente, el perredista David Jiménez Rumbo, quien resultó más beneficiado por Chavarría Barrera a quien le cargaba el portafolio en su juventud; al que lo sacó de la oscuridad para llevarlo primero a ocupar una diputación local y, después la Senaduría, se hizo pato en el segundo aniversario; renegó de la familia de su amigo muerto y con un hipócrita saludo en el cementerio, pagando música que sonaba igual de falsa que sus sentimientos, quiso llenar el oprobioso hueco que cavó David, para esconder todo lo que suene o huela a Armando.
¿Dónde se quedó el Polo Guerrerense de Izquierda? Aquella corriente que fuera la más fuerte del PRD con Chavarría, desapareció de la faz de la tierra por capricho de David Jiménez Rumbo ¿Lo hizo porque olía mucho a Armando? En su lugar, el hoy funcionario aguirrista fundó el Grupo Guerrero, que es de su absoluta propiedad y desde donde pretende catapultarse para la presidencia municipal de Acapulco, su sueño dorado y máxima ambición política del momento.
El Grupo Guerrero le hizo el total vacío a la memoria de quien fuera su padre político, a dos años de su muerte. Solo se salvan de la quema otros beneficiarios de Armando: Celestino Cesáreo Guzmán y Catalino Duarte Ortuño, quienes siguen alzando la voz para exigir justicia.
De manera infundada, y como queriendo quitar los reflectores de su propia figura, David Jiménez Rumbo acusa directamente al ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, repetimos, sin presentar prueba alguna, de haber ordenado el crimen de Armando ¿Lo hace solamente para salir del paso?
Felicitamos a Héctor Astudillo Flores por ese gesto de amigos que tuvo para con Armando Chavarría y sus familiares, en el segundo aniversario luctuoso. Se nota en él a un hombre bien nacido; que no olvida los afectos recibidos por un amigo, contrario a los que se hicieron a la sombra del finado legislador, quienes está más que probado: no tienen amigos; solo intereses.
Y si habláramos de estorbos, es necesario decirlo: Armando Chavarría Barrera no le estorbaba en lo absoluto a Zeferino Torreblanca Galindo, porque este ya era gobernador y le era imposible repetir en el cargo. Pero sí era un obstáculo para muchos que vivían a su sombra y les urgía crecer, con una ambición desaforada. Por ahí también se deben investigar los hechos en que fue privado de la vida un hombre grande pero sencillo a la vez, patriota hasta la pared de enfrente: el Diputado Armando Chavarría Barrera.
PRIÍSTAS DE PUREZA CERTIFICADA
Es curioso pero no causa sorpresa, observar que muchos priístas ya se están apuntando para alcanzar las candidaturas a diputado local, federal, alcaldes, etc.. La mayoría de estos especímenes no tienen arraigo ni carrera política; siempre se han desarrollado en la medianía o la mediocridad; carecen de dinero para hacer sus campañas, pero ya se están apuntando.
En su mayoría se trata de gente que apoyó la candidatura de Manuel Añorve Baños y que saben bien que entre los priístas que estuvieron moralmente o de facto, con Ángel Aguirre Rivero, hay quienes tienen mayor peso político, presencia, trayectoria y arraigo que ellos. Es por eso que en su discurso se cuelgan del trillado pronunciamiento de Efrén Leyva, quien asegura que solamente los que apoyaron a Manuel Añorve son priistas: los otros “están fuera del partido”.
Solamente en Guerrero se puede ver a un partido político como el PRI; que designa candidatos mediante la más oprobiosa antidemocracia como lo hicieron con Manuel Añorve Baños de quien, respetando su presencia política, no se puede negar que fue beneficiado por el dedazo de Beatriz Paredes Rangel y Manlio Fabio Beltrones.
La camarilla que dio este golpe, le quiso imponer candidato a las bases del partido. Pero no contaban conque entre los priístas existe dignidad y esta se reflejó en las urnas, donde quedó claro que las imposiciones y dedazos descarados, no pueden pasar más ante un pueblo vivo y actuante; ante unos priistas que ya no se tragan el garlito fácilmente.
En lugar de que se busque una reconciliación del tamaño del divisionismo existente hoy entre los prístas de Guerrero, practicando una política de borrón y cuenta nueva; porque finalmente la derrota es culpa de quienes impusieron a Manuel Añorve Baños, sus dirigentes siguen montados en su macho. Quieren que vuelvan; pero que se formen al último para que sean ellos los que ocupen las candidaturas, aunque no se las merezcan ni tengan los méritos suficientes.
Ningún priísta se fue: los expulsaron con premeditación, alevosía y ventaja, esos líderes soberbios y pedantes que ya sentían el triunfo en la bolsa y por decisión de las mayorías se quedaron con el rabo entre las piernas.
Solamente con una amnistía total, sin condicionamientos absurdos y ridículos como los que pone Efrén Leyva Acevedo y otros, el PRI volverá a recuperar su fuerza política. De lo contrario, ni Enrique Peña Nieto los va a salvar de otra debacle. Al tiempo.
manueltello2002@yahoo.com

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