PALABRAS MAYORES

Por Jorge Romero Rendón

* Maestros de Acapulco no volverán a clases pese a operativo de seguridad.

Luego de que el gobernador Ángel Aguirre anunció la semana pasada una estrategia de seguridad pública sin precedentes en Acapulco y otras 14 ciudades del estado para normalizar el servicio educativo en escuelas donde los maestros se han ido al paro de labores por miedo al crimen organizado, los días pasan y en ningún caso los docentes regresaron a clases.
A pesar de que el operativo de seguridad ya se puso en marcha y en varias escuelas se instalaron botones de pánico, además de que los rondines policiacos aportados por el gobierno municipal de Manuel Añorve Baños han seguido haciéndose para darle garantías a maestros, padres de familia y alumnos, la situación no ha podido ser controlada, debido a que el miedo a sufrir agresiones campea sobre todo en la zona suburbana del puerto, en colonias como la Zapata, Renacimiento, La Jardín y en La Sabana.
El problema se ha complicado sobre todo por dos factores: primero, que los maestros y ciudadanos que han sido amenazados o que incluso han sufrido robos, extorsiones o golpizas prefieren no denunciar los hechos, por temor a las represalias de los grupos armados.
Ante ese vacío, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) no ha podido actuar, lo que a su vez demuestra la desconfianza que esa dependencia genera en la población. Se supo incluso que el director de una escuela en la zona crítica de Acapulco llamó a una reunión de padres de familia para tratar el tema de la inseguridad, luego del anuncio gubernamental del operativo policiaco, pero dicha reunión nunca se llevó a cabo: el director de aquella escuela fue levantado, golpeado y regresado a su plantel, disuadido de seguir “haciendo olas”. El caso no fue denunciado, pero ilustra el porqué del temor que subsiste entre el magisterio.
Y segundo, que los maestros siguen exigiendo que funcionarios del gobierno del estado, como el secretario General de Gobierno, Humberto Salgado Gómez, y la titular de la Secretaría de Educación Guerrero, Silvia Romero Suárez se trasladen con sus equipos a despachar en Acapulco, para atender de viva voz los temores y quejas de profesores y padres de familia. Dicha condición, de carácter más político que operativo, ha sido rechazada por los funcionarios.
En ese contexto, la situación de inseguridad en Acapulco es declarada por los propios afectados como ingobernable en las zonas en que se ubican las 32 escuelas en paro, a las que se sumaron otras a pesar de los ofrecimientos de seguridad del gobierno estatal, ya que según denuncias, no han visto a las fuerzas federales en plan de verdadero combate, pues quienes mandan y cobran derecho de piso siguen dominando “su” territorio.
De manera que más allá de la estrategia gubernamental de seguridad, la gente espera que no solo se vigile las escuelas, sino que se combata de fondo a quienes han creado el clima de inseguridad que campea en la zona suburbana del puerto, donde además del esfuerzo policiaco del alcalde Añorve Baños, se requiere de una decidida labor coordinada del estado y de la federación.
Por eso los maestros no regresarán a clases… hasta erradicar de raíz el problema.
La CETEG se monta en el paro para chantajear a la SEG…
Lo que ha resultado el colmo de la desvergüenza es que los dirigentes de la CETEG aprovecharon el paro que desde hace un mes llevan a cabo al menos 800 maestros de Acapulco por la inseguridad, para “unirse solidariamente” y aplicar paros sobre todo en oficinas centrales de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) en Chilpancingo y Acapulco, entre otras, para llevar agua a su molino.
Los cetegistas no han participado en ninguna acción en contra de la inseguridad, pero aprovechan el paro para darle respaldo al movimiento nacional que llevará a cabo hoy la CNTE en ciudades como el DF y Chilpancingo con sendas marchas, y para reclamar más puestos en el gobierno del estado, así como recategorizaciones, dinero para créditos a dedazo del Plan de Previsión Social y demás prebendas clientelares.
Es decir, que el paro en oficinas que promueve la CETEG resulta ilegítimo e inmoral, porque se aprovecha de una crisis de inseguridad en Acapulco para presionar a la SEG en torno a demandas que siempre se atienden en mesas de trabajo, pues se refieren a casos particulares y de negociación política.
Para que vea que a pesar de que el gobernador Aguirre le abrió las puertas del gabinete estatal a la CETEG, sus líderes no tienen llenadero y quieren más, incluso más de lo que ya les han otorgado en los últimos meses, como las 350 recategorizaciones que les firmó la titular hace apenas dos meses.
Por eso la presión, para obtener hasta la cereza del pastel de postre: la creación de la Subsecretaría de Educación Indígena que les prometieron para que los dirigentes cetegistas controlen esa área educativa…
Correo electrónico:
rendon59@gmail.com

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