MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo

*** Sismo y enfrentamiento; hechos para reflexionar.

En menos de 48 horas se suscitaron dos hechos que conllevan a la reflexión. El 10 de diciembre, poco antes de las ocho de la noche, se registró el sismo de mayor magnitud de los últimos seis años. La información oficial habla de 6.8 en la escala de Richter y que el municipio más afectado fue Chilpancingo, en cuyo centro histórico se pueden ver las huellas del movimiento telúrico.
Y ayer, en pleno día en que muchos festejábamos a la Virgen de Guadalupe, al filo del medio día, se corría la desafortunada noticia del enfrentamiento entre estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y elementos de seguridad pública, con un saldo de dos muertos y alrededor de 18 detenidos.
Así es. El sismo es un recordatorio puntual de que vivimos en una zona de gran incidencia sísmica. No olvidar que la llamada falla de cocos, según los especialistas en la materia, pasa justo en medio de la capital del estado. Y si bien el epicentro del temblor fue en Zumpango, esto habla de que en Chilpancingo los riesgos y posibilidades de un eventual sismo, de igual o mayor intensidad, son sumamente elevadas.    
El recuento de los daños habla de afectaciones en los edificios históricos del centro. Entre éstos, la catedral de la Asunción de María, sitio en donde el General José María Morelos y Pavón diera a conocer los sentimientos de la nación.
Lo sucedido es un llamado a tiempo a las autoridades, a efecto de emprender las tareas pertinentes, para verificar el estado de edificios públicos y construcciones que pudieran representar algún riesgo para la población. La intensificación de la difusión de la cultura de la prevención se hace imperativa.      
El sismo en sí, por su magnitud, ya era un motivo suficiente para hacer una profunda reflexión. No solamente para las autoridades, sino a título personal, en el sentido de que si estamos o no preparados para un evento de mayor magnitud. Y mientras en esas estábamos, aún recordando en dónde nos agarró el temblor, cuando se corre la noticia del enfrentamiento registrado entre estudiantes de ayotzinapa y policías.
Se habla de un bloqueo que escenificaban los estudiantes en la autopista del sol. Que los policías iban con la intensión de retirar a los jóvenes para que permitieran la libre circulación de los vehículos. Se dice que los ayotzinapos no cedieron, y que además de utilizar palos y piedras, habrían lanzado bombas molotov y que hasta incendiarían una bomba de una gasolinera que se ubica por el Parador del Márquez. Se menciona que hubo detonaciones de armas de fuego con un saldo, desafortunado, de dos muertos.
Por donde se vea, la violencia nunca debe ser bien vista, venga de donde venga. Mucho menos, cuando producto de ésta hay pérdidas de vidas humanas. En su momento, las autoridades deberán explicar si había motivos suficientes para que se registrara un enfrentamiento de ésta índole.
Pero del mismo modo, los hechos nos conllevan, a reflexionar sobre el problema social que constituyen algunos de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, que con justa razón, son calificados por la ciudadanía como unos verdaderos vándalos.
Y es que, resulta sorprendente, que justo ahora, precisamente cuando el gobierno del estado les ha dado la mano, se vean inmiscuidos en hechos de tal magnitud. Tiene poco tiempo que el mismo Gobernador Ángel Aguirre Rivero estuvo con ellos y prácticamente se habría inaugurado una etapa de dialogo, respeto y apoyo para los normalistas.
Hace dos días, ante la reaparición de los normalistas en las calles, por medio de las redes sociales, la ciudadanía de Chilpancingo mostraba su hartazgo ante los desmanes de los jóvenes. Y ahora, después de lo acontecido, se ven venir horas complicadas. El deceso de dos estudiantes, es un hecho muy lamentable. La vida humana no puede perder su valor. Eso conlleva a exigir justicia, pero también, hay que decirlo, si la normal rural transita realmente por el camino adecuado. Esa es la cuestión.
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1 comentario:

  1. Cuando hay muertos, éstos adquieren el estatus de mártires... ahora esa losita la cargará Aguirre el resto del sexenio... no puedo estar a favor de nadie pero la verdad es que si por un lado se dio el acercamiento por el otro debió haber paciencia y esperar un tiempo prudente... conozco mucha gente intransigente que en lugar de ayudar complica todo.. y también sabemos que los políticos promete y no cumplen, pero creo que debieron tener paciencia... el sistema neoliberar condenó a la muerte a la normales que no le sirven para nada por crear conciencias críticas... pero caer en la necedad también nos condena... Triste caso en pleno 2011

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