Pedro Patricio Antolino, (Corresponsal)
Tecpan de Galeana, Gro.- Como cada día, el embotellamiento vehicular que se forma frente al mercado municipal de esta ciudad, Lázaro Cárdenas del Rio, hace desesperar e inquietar a los automovilistas al ver que tienen que esperar varios minutos para que puedan salir o entrar a la ciudad, y más cuando observan que los agentes de tránsito son ineficientes para procurar orden y fluidez vial.
El embotellamiento de la entrada a esta ciudad aumenta cada día porque las Urvan y los taxis locales invaden el carril que viene del mercado hacia el centro, ya que toda combi de la comunidad de Tetitlán que está a un costado del mercado quiere formarse para subir el pasaje a un costado del mercado, aunque hay 2 o 3 elementos de tránsito municipal, los que no pueden ordenar el tráfico.
La calle Reforma que está enfrente del mercado es ocupado como sitio de base de los taxi locales, lo cual empeora la de por sí caótica situación y, entonces, sólo en un carril se puede transitar, pero a los automovilistas les entra más la desesperación cuando una o dos urvan están estacionadas para subir el pasaje, mientras una tercera urvan quiere formarse para hacer su turno.
Ni qué decir que el embotellamiento ocurre: ese cuello de botella se satura.
Cuando los agentes de Tránsito dan su silbatazo para que alguna de las urvan que están en primera fila se retire, sólo una que otra lo obedecen, sobre todo porque el conductor está esperando a la gente que está subiendo o esperando a subir.
Al parecer, ni el reglamento respectivo ni los agentes de Tránsito han hecho saber a los urvaneros qué tantos minutos pueden estar estacionados sin violar las reglas, y así desahogar el embotellamiento; lo mismo ocurre con los taxistas que se tienen que parar en medio de la calle para subir el pasaje con sus compras, ya que ambos carriles están invadidos por carros estacionados.
Sobre esta problemática, el ciudadano Miguel Galeana Sotelo se manifestó ante este medio pidiendo que los agentes de Tránsito o el propio director del mercado municipal metan en orden tanto al transporte vial como a las propias mujeres campesinas que venden sus legumbres fuera del mercado, hecho éste que obliga al peatón a caminar sobre la calle.
La desesperación entre los automovilistas particulares llega a su máximo cuando el tráfico llega hasta el barrio de la Capilla, Corea y el Hospital donde las urvan y los taxis buscan la forma de meterse para ganar lugar y pasa salir más pronto del embotellamiento. No sobra decir que la población pide que los agentes de Tránsito puedan remediar este problema que se genera día tras día.
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