Gustavo García Bello...Servidor del pueblo. Parte 1

La mañana era hermosa y típicamente costeña; el cielo estaba semi-nublado reunía sus colores azules en cálidos y variados tonos, mientras el aire llegaba con su frescura sumiéndonos en una placidez extraordinaria y grata; en el horizonte marino se dibujaba tenuemente la línea ondulante de la playa “Principal” que, los viejos más viejos del tiempo de aquellos tiempos, llamaban acertadamente la “Playa del Puerto”, pues ahí era el centro de concentración de todos sus pobladores, en aquel Zihuatanejo de ensueño.
La plática, que había sido aplazada en distintas ocasiones y por diversos motivos, se deslizó amistosa y gratamente y, además de ser necesaria, se tornó en mágicamente humana, dejándola completamente en la voz y en la elocuencia de Gustavo la historia familiar y comunitaria de su vida.
“Mis padres son Francisco García y Reverina Bello Piza, de los cuales me encuentro muy orgulloso, pues han sido seres humanos maravillosos y sumamente amorosos.
La primera luz de mi vida la vi en el corazón de nuestra Sierra Madre del Sur, entre las poblaciones serranas de La Palma y el Guayabal, en el paraje que todos conocían como el “Rancho de los García” pues mi abuelo vivía ahí con todos sus hijos y sus nietos, bajo un intenso ritmo de trabajo y cariño.
Entonces había que levantarse al alba pues tanto mujeres como varones y desde el más grande hasta la más pequeña tenía actividades que desempeñar, pues había trabajos de agricultura, ganadería y silvicultura ya que se cultivaban árboles de aguacate, platanares, los infaltables cafetales y el cuidado del ganado vacuno, caprino y las aves de corral, a lo que se le adicionaba el corte, tratado y transportación de la madera en mediana escala y para el sexo femenino esperaban las labores en la cocina, el lavado de prendas de vestir y el aseo general de la casa …pero eso sí, mi familia siempre cumplía cabalmente con sus propósitos comunitarios.
Pero la vida de campo también nos deparaba sus delicias, pues tengo siempre en mi mente los recuerdos de mis hermanos y nuestros carros de madera que nos hacíamos para colmar los sueños de niños, mientras que mi madre nos ponía a moler el nixtamal para hacer las gordas de maíz tan socorridas y pedidas en nuestro país, a la vez que cuando mi querida mamá se iba a lavar al arroyo, yo la seguía fielmente para empaparme y jugar en medio de su cauce fluvial. ¡Qué hermoso es ser niño!
También recuerdo que mi padre llegó a tener un camioncito maderero que trasladaba su carga entre los ejidos vecinos, de la manera más amable y solicita que pudiera y el recuerdo se mantiene vívido y grato, cuando mi papá cambiaba sus ropas campesinas por sus prendas de vestir formales y elegantes para trasladarse a las oficinas de toda índole, como el ayuntamiento municipal, las instituciones bancarias y de avío y a los centros comunitarios con los cuales había que negociar, comprar y vender los productos agrícolas, ganaderos y silvícolas, porque siempre hizo gala de su liderazgo, servicio y guía comunitario.
Al ver a mi progenitor y a nuestra gente campesina los trabajos que pasaban para sostener los mejores negocios y como se defendían a capa y espada de los embates de las injusticias, nació en mí la inclinación por conocer, tratar y aplicar las leyes con justicia y equidad…y más, para las personas necesitadas, ahí dibujé el destino que deseaba conquistar. 
Pero llegó el tiempo de la emigración….mi vida contaba con diez años cuando hubo la necesidad de buscar los estudios y conocer las nuevas vicisitudes existenciales.
Guiado por mis padres, llegué a vivir a San Luis de la Loma, poblado perteneciente al municipio de Tecpan de Galeana, tierra de nuestro gran prócer independentista, para orgullo nuestro. Ahí, llegué para inscribirme en el segundo grado, pues mi abuelo se había encargado de alfabetizarme conveniente y utilitariamente, entre los cerros cafetaleros de su vida bucólica. Afortunadamente soy miembro de una generación escolar de mi siempre recordada Escuela Primaria “Romana Acosta”, en la que pasé una y mil experiencias gratas dentro de mi infancia.
Pero los recuerdos se vienen en torrente; para llegar a la escuela, yo tenía que caminar 2 kilómetros de ida y los 2 de regreso a casa y en tiempos de lluvia tenía que pasar el río con los libros, los cuadernos y los zapatos en la mano y, si lo ameritaba el tiempo, con los pantalones arremangados hasta la rodilla para no mojarme, pero con la mayor determinación de un alma de niño.

5 comentarios:

  1. Todo muy bien Gustavo solo te falta ser coherente y renunciar a tu cargo en el gobierno del estado para contender por la precandidatura, ya que la forma en que lo estas haciendo solo desacredita al PRD más de lo que ya esta. Estas haciendo lo que en su momento tu mismo has criticado.

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  2. Gustrago servidor del pueblo???? más bien se sirve del pueblo!!!

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  3. Magnífico abogado y no está maleado con el poder y sobre todo un hombre honesto

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  4. EN REALIDAD UN SU PUEBLO NUNCA HA AYUDADO EN NADA Y TAMPOCO A NADIEN PUES MUCHAS PERSONAS NI LO CONOCEN

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  5. ES MAS FACIL DESTRUIR QUE CONSTRUIR... DEJEMOS DE SER CANGREJOS.... HAGAMOS ALGO PARA QUE EL CACIQUISMO POLITICO QUE NOS GOBIERNA DEJE DE SAQUEAR NUESTRO MUNICIPIO, OJALA ALGUN DÍA ABRAMOS LOS OJOS Y NOS PODAMOS QUITAR EL YUGO QUE HEMOS TENIDO DE NUESTROS GOBERNANTES. HOMBRES HONESTOS COMO GUSTAVO GARCIA BELLO DIFICILMENTE LOS VAN A QUERER, MAS SIN EMABRGO, TENGO LA PLENA CONFIANZA QUE SERA EL PRÓXIMO PRESIDENTE MUNICIPAL DE JOSE AZUETA

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