MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** El negocio de la basura.

A simple vista se ve bien. Un gran número de camionetas, con permiso del Ayuntamiento, invadieron la ciudad, y van gritando con su megáfono, “la basura jefa, la basura jefa”. Evidentemente, la idea central es cumplir con una cobertura total en materia de recolección de los residuos que se producen en la capital del estado, en virtud de las limitaciones que padece la autoridad municipal, aunado a la incapacidad que se ha mostrado en éste rubro. ¿Pero que más hay detrás de este asunto?

Así es. Chilpancingo ha crecido a un ritmo acelerado. La cantidad de colonias rebasa con facilidad los seiscientos asentamientos. Por ende, la cantidad de residuos que se generan rebasan las 250 toneladas diarias. Lo que trajo como consecuencia que la autoridad municipal, prácticamente concesionara el servicio de recolección de la basura, ante la complacencia de todos sus integrantes del cabildo.
A raíz de la incapacidad mostrada en el área de servicios públicos, que ha sido el más grande de los talones de Aquiles del actual gobierno municipal, tal vez cayó bien en el ánimo de mucha gente, la decisión de que se introdujeran las camionetas. De esa manera, ya no tendrían que estar acumulando bolsas de desechos y evitarían riesgos para su salud. Lo grave del caso, es que bajita la mano se tiene que pagar por este servicio.
Las camionetas no andan circulando por las calles de a gratis, y mucho menos como una obra de labor social a favor de la capital del estado. Es un trabajo por el que piden la respectiva cooperación, olvidando, que detrás de ello, se encubre la incapacidad de la autoridad municipal y el negocio de quienes planearon y organizaron la concesión del servicio, que dicho sea de paso, es un asunto que ni siquiera algún diputado volteó a ver.
Hasta hoy, pocos son los que saben cuántos recursos ingresan a las arcas municipales producto de ésta ilegal concesión. Si es que éstos ingresan. Y lo más grave del asunto, es que a pesar de éste negocio, las calles y plazas de la ciudad siguen luciendo repletas de basura.
En pocas palabras, en un balance real del problema de la basura, más allá de los asuntos de falta de educación y cultura de nuestro pueblo, lo que se debe analizar también, es que la concesión del servicio de recolección, solamente sirvió para reafirmar el deficiente trabajo que en materia de servicios públicos tiene el ayuntamiento capitalino.
Y es que, se supone que con las camionetas haciendo su negocio por las colonias, perdón, recolectando la basura, la secretaría del rubro tendría una mayor posibilidad de cumplir con las expectativas, pero esto no ha sucedido, por el contrario, el problema se ha agudizado. No hay día, hay que decirlo, en que los medios de comunicación, no consignen una gráfica en donde se muestra la incapacidad de la autoridad municipal, en lo que concierne al servicio de limpia.
Las camionetas van por lo suyo. Me tocó ver que cuando hay bolsas en las aceras o en patios baldíos se hacen de la vista gorda. Lo que les interesa es la módica cooperación, que tal vez les urge, para posiblemente completar la cuota que tienen impuesta.
Las camionetas particulares no han sido la solución al problema, ya que además de ser una carga más para el pueblo, mostraron en todo su esplendor la escasa calidad del gobierno municipal.
Alguien será premiado en los próximos días con una diputación plurinominal. Solamente en nuestra política podemos ver éstas cosas. Se premia la ineficacia. Esa es la cuestión.
Mensajes y comentarios: geruanoc@hotmail.com

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