Walton, candidato sin partido
De pronto, la obcecación por convertirse en candidato de las izquierdas, convirtió en mentiroso a Luis Walton Aburto, presidente nacional del Partido Movimiento Ciudadano, candidato eterno a la alcaldía de Acapulco y dueño en Guerrero de la franquicia del mismo partido. Sin medir la dimensión de sus palabras, acaba de declarar que el cascarón que llama Partido Movimiento Ciudadano es el más grande y competitivo en Acapulco, cuando esa cosa apenas existe.
La realidad es que Luis Walton no tiene partido en Acapulco. Lo que antes llamaban Partido Convergencia y que tras varios años, logró colocarse en el 2008 como segunda fuerza electoral en Acapulco, fue desaparecido por decisión de sus líderes nacionales, sin consultarlo con sus militantes. En el 2012 ya no existe más Convergencia y la segunda posición que había logrado escalar en 2008, con los retazos de otros partidos, también la perdió. Al desaparecer ese partido, la segunda fuerza electoral en el municipio de Acapulco la ocupa ahora el PRD.
En números reales, el Partido Movimiento Ciudadano es inferior incluso al PT, pues en las últimas mediciones, el partido de Walton aparece con 2.5% de conocimiento, mientras que el PT alcanza 3.2, en tanto el PRD anda en el 46% de popularidad. Visto lo anterior, resulta una descomunal mentira la afirmación del empresario gasolinero de que su partido es más competitivo en Acapulco.
Una prueba contundente de que su partido no despega, es la desesperada campaña de afiliación y de posicionamiento de su imagen que han emprendido con espectaculares y vallas móviles por todo el puerto. Enzarapado en una supuesta campaña de afiliación, Walton hace campaña por la alcaldía, al tiempo que busca posicionar su gastada imagen de cuatro veces perdedor.
Don Luis y un periódico local donde tiene inversiones, hacen todos los días descomunales esfuerzos por manipular torpemente la información y acomodarla según sus deseos; piensan que de esa manera van a lograr que la realidad se les acomode. Por eso, uno declara y otro destaca en letras grandes y con fotos grandes a un Luis Walton que más que competitivo se ve abatido por la obcecación de volver a competir por cuarta vez. Incluso, la desesperación lo ha obligado a recurrir a la farsa y la guerra sucia, pues la semana pasada su equipo de prensa envió a un grupo de supuestos perredistas encabezados por Gema Téllez (quien pactó una regiduría) para que atacaran a los precandidatos del PRD que previamente habían suscrito un acuerdo de unidad.
La debilidad estructural partidista del candidato del Movimiento Ciudadano quedó establecida en su evento de registro, donde recicló fotos en la que aparecen más personajes trásfugas del PRD que de su partido. El zeferinismo en pleno más uno que otro desbalagado que ya no encuentra espacios en el sol azteca, ahora aparecen a lado del magnate gasolinero a cambio de posiciones y desplazando a los pocos liderazgos que le han sido fieles desde cuando eran Convergencia.
Sabedor de que no tiene nada con qué competir, pues su partido apenas existe y, aunque paradójicamente, es muy conocido, en la misma medida también es rechazado, ya que de 9% que dijo conocerlo, 14% de los acapulqueños afirmó que nunca votaría por él. En la pregunta de por qué no votarían por Walton, la respuesta más significativa es “porque nunca gana”, seguida de que no les parece nada atractivo.
Pese a todo, Luis, el gasolinero, está esperanzado que Manuel López Obrador lo imponga como candidato, aun cuando el PRD no incluyó a Acapulco en el convenio de coalición con los otros partidos. Sin embargo, no toma en cuenta que el llamado candidato de las izquierdas no tiene calidad moral, ni política para poner candidatos en Guerrero, luego de que el año pasado le negara y condicionara el apoyo a Ángel Aguirre para gobernador. Es decir, no aportó un sólo voto para que ganara la coalición que impulsó a Aguirre. Por lo contrario, tanto Obrador como Walton lo abandonaron a su suerte tras estallar el conflicto de Ayotzinapa.
Vista las cosas así, don Luis tiene muy pocas posibilidades de ser el candidato del PRD, puesto que aparte de su gastada imagen, no tiene nada más qué aportarle a ese partido; en una encuesta del 22 de febrero pasado, en preferencia por partido, el PRD alcanza el 38%, el PRI 22%, PT 0.5%, PAN 0.8%, Movimiento Ciudadano 0.3%. Con indicadores como estos, sólo que los perredistas estén locos como para regalarle la candidatura del municipio más importantes del estado.
LA CONTRA
Acapulco es tierra de nadie. El alcalde Manuel Añorve Baños ya abandonó desde hace meses sus responsabilidades edilicias y el puerto más hermoso del pacífico es ahora propiedad de ambulantes, vagos y delincuentes que amenazan y violentan la tranquilidad de las familias. El PRI de Añorve dejó devastado el municipio y en quiebra el ayuntamiento. El zócalo es ahora un gran mercado lleno de suciedad, malos olores y cientos de vendedores ambulante que se instalan en las tardes con absoluta impunidad. La policía no existe por ningún lado porque trabaja con horario ejecutivo de nueve de la mañana a seis de la tarde. Pero además no tiene ninguna utilidad pues sólo se bajan de sus patrullas para extorsionar y amenazar a los ciudadanos, nunca para servir y proteger como indica su misión. Cientos de toneladas de basura se acumulan diariamente en las esquinas de las calles de las colonias, todo porque el alcalde les adeuda varios millones de pesos a las compañías recolectoras. Acapulco vive una emergencia inaudita y de esto todos callan... El gobierno de Ángel Aguirre tiene planeado gastarse 250 mil dólares como pago a una artista de Hollywood que vendrá a Acapulco a grabar un comercial para una campaña de promoción. Sin ningún respeto por el dinero público, Aguirre lo derrocha a manos llenas. Está más que confirmado que Acapulco lo que necesita es convertirse en un lugar limpio, ordenado y seguro, nada se gana con promocionar un lugar hundido en la inmundicia como lo tiene el gobierno de Manuel Añorve. ¿Saben de qué presupuesto saldrá ese cuarto de millón de dólares para pagar a la actriz latina holliwoodense?, luego se los cuento.
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