LA RUEDA DE LA FORTUNA

 Por Alfredo Sarabía
El Japón, ubicado en El humo, entre la colonia del mismo nombre y lo que ha sido siempre el barrio. Es un canal natural de agua, que sirve como albergue, a diferentes especies de la  fauna silvestre, básicamente es en época en que este espacio tiene agua de precipitación pluvial, aunque eventualmente también se ha recurrido a su llenado artificial con agua proveniente del canal de riego, situación esta última, no se ha visto durante más de una década. Hoy, merece que se le dé un poco de atención, ya que en la actualidad, se observa seco, árido; las aves ya no llegan allí por obvias razones. Año con año viene ocurriendo lo mismo. Vemos como se va secando y con ello, vemos como la fauna silvestre también se va. El Japón ha servido a varias generaciones del barrio, para aprender a nadar. ¿Qué cuarentón no se bañó en sus aguas? ¿Qué cincuenteañero o más, no pescó allí? En los últimos lustros hemos sido testigos de cómo este punto de agua, se ha ido deteriorando poco a poco. La Ecología aquí, ha valido sorbete. Desafortunadamente, nosotros hemos contribuido a semejante lastimera visión. Lo hemos convertido en tiradero de basura, en descarga de aguas negras, lo hemos arrasada en su otrora tupida y densa vegetación, etc. Y  si a todo esto se le suma que ya no se le echa agua, tenemos un Japón como el que vemos hoy día. Hay que subrayar, que la basura que allí indebidamente se tira, ocasiona que su nivel respecto a la superficie, se acorte, se haga más estrecha. Es como si a un plato plano se le pone agua, luego luego se llena y se tira; así está El Japón, cada vez se le mira más bajito, ocasionando con ello, que no tenga la suficiente capacidad  para retener más volumen de agua. Esta situación hace que  cuando llueve dos días seguidito, el Japón se desborde y se salga de cause, yéndose el agua para el barrio en mención, pero, “afortunadamente” nada más llega a inundar la Telesecundaria, pero esa cuestión, obliga a que se suspendan las labores académicas de la Institución Educativa por obvios temores. Esa situación, se podría remediar si nos ponemos las pilas. ¿Cómo? Haciendo un desazolve al Japón, para qué tenga más profundidad y por ende le quepa más agua cuando llueva. Así, con una mayor profundidad observada en el Japón, será mucho más difícil que se desborde y por consiguiente, que se acaben las penurias de los pobladores de la comunidad atoyaquense. El desazolve se tendrá que hacer con una retro ex – cavadora. La máquina con la que esto se hace, la tiene el Ayuntamiento municipal. Solo hay que solicitarla por escrito, por qué apalabrada ya está;  de nosotros dependerá qué en estas lluvias que se avecinan, no nos estemos tronando los dedos por una posible inundación del Japón….HASTA PRONTO.

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