¿PRI o Gatopardismo?, igual.
En el PRI, por más que digan y juren que digan y juren que este es el nuevo PRI, las prácticas y acciones que desarrolla, desmienten todas esas palabras, ya que la realidad en que vivimos, así lo indican. Solamente aquellos priístas de hueso colorado o sea, los fanáticos de ese partido y los priístas encaramados allá arriba de ese instituto político, dan fe ciegamente de ese slogan publicitario.
Señores priístas, la gente cuerda y que razona, no cree para nada en esa publicidad barata y distorsionadora de la realidad. Los hechos frecuentes y cotidianos emanados de allí, brindan los elementos necesarios para asegurar y afirmar lo señalado anteriormente. ¡El PRI no ha cambiado! ¡Es el mismo PRI de hace décadas! Para muestra, bastan estos dos botoncitos: El cambio del presidente estatal del PRI. Quitaron al que estaba y pusieron a otro. Esto se dio apenas el pasado domingo 15, sin más ni más. Los cuatro fantásticos que jefaturan en realidad a ese partido político, decidieron hacer a un lado al aún hasta el sábado, el delegado con funciones de presidente estatal del PRI en Guerrero Víctor Valencia de los Santos e imponer al calentano figueroísta Cuauhtémoc Salgado Romero, quien funge como diputado federal (en su segunda aparición). La misma escenografía de otros eventos similares realizados por el PRI, en el siglo pasado. Fue un retrato, guste o no. Hay que subrayar, la antidemocracia que se sigue ejerciendo allí, semejante a las veces anteriores en que han cambiado al dirigente del priismo guerrerense. La novedad de este asunto, si es que le puede llamar así, radica en que ahora no es un dedo flamígero, sino cuatro, pues son de los cuatro fantásticos o caciques que gobiernan en su interior del priísmo guerrerense: Rubén Figueroa Alcocer, René Juárez Cisneros, Héctor Astudillo Flores y Manuel Añorve Baños. Estos cuatro especímenes son los que verdadera y realmente, los que gobiernan y deciden en el PRI. Quitaron de la cabeza del gobierno estatal priista a Víctor Valencia de los Santos, por qué estaba conduciendo gachamente al PRI, se habla de una enorme corrupción monetaria en torno a las candidaturas de ese partido, ya que solamente quedaban en la lista de los privilegiados, los precandidatos priístas que daban más dinero, lo cual generó un gran malestar y enojo, en un gran cúmulo de precandidatos “fracasados”, que han hecho tambalear al PRI para las elecciones a realizar el próximo 1 de julio, y con ello, que el escenario de rendir cuentas amargas para la causa del copetón presidenciable, sea una verdad. La pregunta qué hacemos: ¿Mejorará la situación interna en el PRI, con este flamante presidente al servicio sumiso de los intereses de Figueroa Alcocer? Quién sabe. Sin embargo, démosle el beneficio de la duda. Lo cierto, es que echaron del puesto a ese espécimen llamado Víctor Valencia de los Santos, un perfecto desconocido en el estado de Guerrero, situación que no lo limitó para caer en las redes del dinero obtenido de manera muy fácil, y que ahora con eso de los nombramientos de los candidatos del PRI, vino a salir a la luz pública las presuntas y achacadas fregaderas incurridas, lo que a su vez, sería un detonante para su permanencia en el cargo, el cual le explotó grotescamente este pasado domingo 15 de abril. Solo así se explica, el cambio casi inesperado de Valencia. Otro botón de muestra, es el caso de la candidata a Senadora, Claudia Ruiz Masieeu, impuesta a los priístas de abajo como tal, a pesar de que esta, ha radicado en el DF, donde ha dejado a su suplente la Diputación Federal que ostentó en esta Legislatura Federal a punto de terminar, con tal de venirse orondamente para nuestra entidad. Es posible que en sus raíces familiares, el PRI haya encontrado las justificaciones para hacerla venir a nuestro estado como abanderada para el Senado de la República. Habrá que aclarar que, Claudia Ruíz Masieeu, es hija del ex – gobernador Francisco Ruíz Masieeu y sobrina del nefasto ex – presidente Carlos Salinas de Gortari. En realidad, el nombre de la candidata a senadora es Claudia Ruíz Salinas, pero hábilmente no se pone el apellido Salinas. ¿Será por qué ese apellido la relaciona con el nombre del ex presidente Salinas de Gortari, uno de los ex - presidentes más odiados en nuestro país? Como decía Capulina: “Yo no sé, a lo mejor, puede ser, ¿quién sabe? …HASTA PRONTO.
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