La cruzada de Televisa contra Obrador

Jeremías Marquines

La repugnante presión que la empresa Televisa ejerce con absoluta impunidad en contra del electorado mexicano en su desesperación por orientar el voto a favor del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, así como la soterrada campaña para trivializar el movimiento Yo Soy 132, confirman que este emporio televisivo es el mayor peligro para México al intentar por todos los medios a su disposición socavar las libertades ciudadanas e instalarse como el  gran elector mediático en nuestro país. En la medida en que aumentan las pautas de los spots de Peña y sus estereotipados mensajes, en esa misma medida se disminuye la libertad de decisión de los ciudadanos.

 Luego de que el diario Reforma diera a conocer que sólo cuatro puntos separan al candidato de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador del candidato de la tele Enrique Peña, Televisa ha desplegado una abierta embestida contra las voluntades del electorado nacional repitiendo a mansalva los promocionales del candidato priísta durante todo el día. La de Televisa es una cruzada desquiciante por imponer contra todo rechazo de las audiencias a su aspirante.
 Televisa, sus filiales y socios en su afán de salvaguardar el régimen de prebendas, corrupción y privilegios al que están acostumbrados y del que han sacado décadas de beneficio, intentan pasar sobre los derechos y las garantías de los mexicanos, así como socavar aún más a la institución electoral, ya de por sí socavada, porque sienten, saben que más allá de las encuestas y de la utopía nietista que pretenden construirse, la otra realidad es abrumadora: Peña Nieto es un globo que se desinfla, insostenible, cada día se parece más a una vieja actriz que se despierta sin maquillaje y al verse al espejo descubre su propia repugnancia.
 Parte de esta cruzada por detener la caída constante y contundente de Peña, es la campaña de lodo que comenzó Joaquín López Doriga, mano a mano con los coordinadores de campaña del PRI, contra López Obrador por el asunto de los gastos de campaña. La historia al revés. Los sinvergüenzas exigiendo cuentas claras a quien desde el inicio denunció que Peña ya había rebasado los topes de campaña por la contratación de aviones y helicópteros para sus traslados. Con qué calidad moral exigen cuentas claras los que deberían exigirle cuentas a Tomás Yarrinton, al gober precioso, al propio Peña que dejó elefantes blancos y obras mal hechas en todo el estado de México. Al Peña que se gastó más de 600 millones de pesos en pagos de spots a Televisa, sin explicar de qué parte del presupuesto pagó esa cantidad, aún no aclarada.
 Todas las noches, la cara de pujo de López Doriga se descompone, se altera, se retuerce en un esfuerzo por hacer creíble lo que vocifera. Es la caja de resonancia de las estrategias mediáticas del equipo nietistas contra Obrador. Nada de lo que dice el noticiero de Dóriga es realidad. Todo es percepción, manipulación, ensoñación. La realidad es un lugar aburridísimo si llegara a ganar López Obrador y por eso la quieren cambiar a su favor. Quieren de vuelta al PRI de Salinas, al PRI de Montiel, al PRIAN de Fox, el idiota, al PRI de la impunidad, de la transa inescrupulosa, al PRI que hizo crecer a la empresa de la gran familia mexicana. ¿No? 
 A Televisa le vale madres que el país se vaya al carajo, que los mexicanos sigan en la miseria, en la barbarie, en la idiotez; incluso, se esfuerza mucho para que así sea. Un país de idiotas donde el modelo a seguir sea Vicente Fox, es el premio mayor de toda telecracia. Televisa quiere audiencias verdaderamente cautivas, acríticas, audiencias sambíes, que ríen, comen y defecan por inercia. Para eso trabajan todo los días sus comentaristas, sus actores, sus actrices, por eso cuando siente que en alguna parte un grupo de gente despierta del letargo hipnótico televisivo, de las pildoritas de felicidad artificial que administra a través de sus modelos musicales y telenoveleros, su maquillaje de empresa de entretenimiento se cae y aparece el rostro del poder fáctico y mafioso que en realidad es.
 Hay que ver el nivel de desesperación y odio contra López Obrador que exudan personajes afines a Televisa como el nefasto José Cárdenas en su noticiero de Telefórmula. El tal Cárdenas pasó de ser periodista a militante ofendido del PRI. En cada noticiero dedica gran parte del tiempo para denostar a López Obrador, le inventa, le rasca por donde sea y le pone frases y declaraciones inventadas con el fin de hacer ver mal al político tabasqueño. Es aberrante la desesperación de Pepe Cárdenas por sembrar en la cabeza de su audiencia la imagen de un Andrés Manuel maldito, casi, casi  un Hitler. No soy nazista de los idiotas pero ayer que vi el noticiero de Telefórmula, lo menos que hice fue vomitar.
Hay en marcha una gran campaña de odio en contra de Andrés Manuel López Obrador, no hay duda. La maquinaria fáctica televisiva está en marcha. Lo más rancio del conservadurismo está asociado para imponer un candidato a modo de sus intereses y en contra de la voluntad de los mexicanos. Vicente Fox, un idiota que por humanismo anda libre por las calles, acaba de declarar su amor al PRI de Peña. Es un marrano que ni siquiera mantiene la lealtad a su partido que lo hizo presidente. Si eso pasa con este panista, qué se puede esperar de Diego Fernández de Ceballos y de los demás.
 Si el presidente Felipe Calderón no quiere pasar a la historia como el presidente que le devolvió el poder a la corrupción y al PRI, su candidata Josefina Vázquez Mota, por patriotismo, ya debe renunciar. Nada tiene que hacer en la elección presidencial pues es inocultable su caída en las preferencias electorales y en los siguientes días el voto de sus simpatizantes habrá de abandonarla porque es evidente que ya no está en la competencia. Josefina Vázquez Mota habrá de demostrar en los siguientes diez días si es capaz de ayudar a salvar al país del regreso del PRI o ayudará para que regresen los Yarrington, los Mario Marín, los Montiel, los Salinas y demás tepocatas que fueron barridas en el año 2000. La decisión de que no regrese el PRI está en manos de Josefina y el PAN. Si los panistas creen que con golpear a López Obrador van a lograr recuperar puntos perdidos están equivocados. Cualquier ataque contra Obrador durante el siguiente debate sólo generará la percepción de que el PAN ya pactó con el PRI para seguir jodiendo a este país como ha pasado en otras ocasiones. El apoyo de Vicente El idiota Fox a Peña puede ser el comienzo de la historia más negra por venir.