LA RUEDA DE LA FORTUNA

Por Alfredo Sarabía
ACTA, de mala leche

El pasado miércoles 11 de este mes, el presidente de México Felipe Calderón Hinojosa, firmó, a través de su embajador en Japón, en documento de vital importancia en nuestro diario quehacer. Al citado documento se le conoce como ACTA, que son las letras de inicio de su nombre en inglés: (Anti-Counterfeiting Trade Agreement, traducido como Acuerdo comercial anti-falsificación) y se nos dice que es un acuerdo multilateral voluntario que propone fijar protección y respaldo a la propiedad intelectual con el propósito de evitar la falsificación de bienes,1 los medicamentos genéricos y la piratería en Internet. Esto es lo que se dice oficialmente y aparentemente no tiene nada de malo lo que acarrearía tener legamente establecida esta situación.
Sin embargo, analíticos del tema, difieren en mucho, de la pretensión “pura e inocente” de proteger  los interese intelectuales de las personas o compañías inmersas en este asunto que hoy nos ocupa. Pero veamos a vuelo de pájaro algunos detalles de la famosa ACTA
Este referido  acuerdo comenzó a negociarse en 2006 entre los gobiernos de Japón y Estados Unidos para combatir la piratería de bienes físicos y  proteger la propiedad intelectual de contenidos como canciones y películas, con ello, las principales empresas beneficiadas son las estadounidenses: Recording Industry Association of America (RIAA, en español quiere decir: Asociación de Industria Discográfica de Estados Unidos) y la Motion Picture Association of America (MPAA) que significa en español: , ‘Asociación Cinematográfica de America’), llamada originalmente Motion Picture Producers and Distributors Association of America (‘Asociación de Productores y Distribuidores Cinematográficos de America’),
Pero, a 6 años de su planeación, este acuerdo que debe ser internacional, aún no aterriza adecuadamente, ya que para hacerlo, los países inmersos en este asunto, entre los que se encuentra nuestro país, no lo han signado. Un requisito legal necesario e indispensable que debe observarse en este caso, es que la firma presidencial, debe ir acompañada con el visto bueno del parlamento o congreso legislativo según se trate, y en particular México, el Senado de la República, está a la expectativa, agazapado, viendo como se mueven las piezas de este ajedrez internacional. De entrada, este órgano supremo legislativo, rechaza el ordenamiento establecido en el ACTA. 
Países como  Australia, Canadá, Japón, Corea del Sur, Marruecos, Nueva Zelandia, Singapur y Estados Unidos, han firmado ya, este papel, pero  el Parlamento europeo rechaza el ACTA, qué se integra por más veinte países, . Con 478 votos en contra y 165 abstenciones, el pleno ha rechazado el Acuerdo multilateral Comercial contra la Falsificación, negociado por los países industrializados contra la piratería.
En México, como ya se dijo anteriormente,  Calderón Hinojosa recientemente firmó el documento de marras, pero ahora falta que el Senado de la República lo ratifique con su aval legal, situación que de darse, prohibiría legal y jurídicamente las acciones que hoy en día, miles y miles de mexicanos hacen en Internet: bajar canciones, videos, intercambiar videos, bajar  o copiar documentos académicos,  así como limitar fuerte e intensamente, la proliferación al público de medicamentos genéricos, etc.
Se dice que todo esto, coartará irremediablemente la libertad de expresión y los derechos humanos de los mexicanos que andamos en esa vereda que nuestro gobernante federal, pretende limitar significativamente. Estas circunstancias  son determinantes en nuestro entorno de vida y por lo tanto, es indispensable e improrrogable, el    hecho de que sean conocidos los detalles y sus posibles efectos legales que conllevará, o sea, que la población en   general, conozca este asunto, que de aprobarse  marcará de por vida a las presentes y a las futuras generaciones de mexicanos….HASTA PRONTO.

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