MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo
*** El saldo de los grupos del PRI.

Si bien es cierto, las elecciones concurrentes del domingo primero de julio dejaron un saldo negativo para el PRI de Guerrero, existen liderazgos que entregaron buenas cuentas, como es el caso de Héctor Astudillo Flores, en su papel de coordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto, y Mario Moreno Arcos, al resistir al embate amarillo y mantener la capital del estado en poder del partido tricolor.
Así es. En términos generales los números son negativos para el PRI. Sin embargo, el análisis específico deja en claro que existen grupos o liderazgos que cumplieron con los objetivos.
En el caso de la campaña presidencial no se puede ignorar el efecto de la candidatura de AMLO y la presencia del actual gobierno estatal. En medio de todo eso, el que Enrique Peña Nieto haya recibido más de 500 mil votos de los Guerrerenses, habla del trabajo de operación política realizado por el coordinador de la campaña en la entidad suriana.
Los números hablan, ante el saldo electoral nacional, que los 500 mil sufragios que EPN recibió de Guerrero son sumamente valiosos. Ahí se ve la mano de Héctor Astudillo Flores.
En el caso de Chilpancingo, la consigna parece haber sido clara, en el sentido de que el PRD iba por todas las canicas. Solamente la experiencia y resultados de Mario Moreno Arcos fueron el dique que pudo resistir el embate del oleaje amarillo. La alcaldía capitalina seguirá en manos del PRI. Eso eleva los méritos del futuro alcalde, porque el saldo electoral indica que si el partido tricolor hubiese enviado a otro candidato, hoy la historia sería completamente diferente.
Héctor Astudillo y Mario Moreno, son dos liderazgos del PRI que se salvan dentro del  balance electoral. No sucede lo mismo con la elección del senado, en donde René Juárez Cisneros fue aplastado por los candidatos del PRD. La marginación de Claudia Ruiz Massieu del senado es un tache enorme para el ex gobernador del estado. Y peor aún, cuando se quedo a casi 100 mil votos de los alcanzados por Peña Nieto. Pese a esas malas cuentas, el oriundo de la laja será ungido como senador. Mucho Premio para tan malos resultados.
En el caso de Manuel Añorve Baños, la derrota de Acapulco y en todos los distritos electorales federales demuestra que su actuación en el proceso es un rotundo fracaso. Pero eso sí, su esposa será diputada local plurinominal y él diputado federal por la misma vía. El haber dejado la alcaldía porteña le ha costado demasiado caro al partido tricolor. Hoy se puede concluir, Que el PRI perdió más con el triunfo de Manuel Añorve en Acapulco. Entre esas pérdidas se debe anotar la Gubernatura.
Por su parte, el grupo Figueroa también se enmarca dentro de los que entregaron cuentas negativas, La derrota de Fermín Alvarado en Acapulco y Héctor Vicario por la diputación federal son un ejemplo claro de ello. Pese a ese raquítico saldo el hijo del ex gobernador, sin despeinarse, será diputado local por la vía plurinominal.
En el caso de la dirigencia estatal del PRI, en manos del diputado federal, Cuauhtémoc Salgado Romero, se le puede eximir de la responsabilidad de las derrotas, toda vez que asumió el cargo cuando las candidaturas ya estaban dadas. Poco margen de maniobra habría tenido. Sin embargo, por la frialdad de los números, no se descartan voces que pidan una renovación en el comité directivo estatal del tricolor.
Al margen de todo, lo que queda claro, es que dentro del PRI existen liderazgos que sí respondieron a las expectativas. Héctor Astudillo y Mario Moreno son dos ejemplos que se salvan. Esa es la cuestión.
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