OPINIÓN

Por Manuel Tello Zapata.
La libertar de expresión

Un pequeño grupo de inconformes con el reciente proceso electoral por la presidencia de la república, clausuró simbólicamente el domingo anterior, las oficinas del periódico Diario de Guerrero, presuntamente por las críticas que se le hacen al movimiento que apoya a Andrés Manuel López Obrador. Porque hasta el movimiento “Yo también soy 132” se le ha quitado la máscara y se adhiere en todo el país a los miembros de MORENA.
Ese es el concepto que tienen estos jóvenes y quienes los utilizan, de lo que debe ser la libertad de expresión. Según ellos, solamente quienes hablan bien de López Obrador y su movimiento son buenos periodistas, honrados y buenos muchachos. Quienes critican a El Peje y no comparten ni su proyecto político ni sus formas de lucha, son periodistas corruptos, malos, deshonestos, etc.
Si ese es su concepto de lo que debe ser la libertad de expresión, entonces estamos perdidos los mexicanos y seguramente tuvieron razón quienes votaron en contra del proyecto López Obrador. Recuerden la frase de Rousseau: “Puedo no estar de acuerdo con lo que usted dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo”. Esa es la verdadera libertad de expresión; pero no pueden entenderlo quienes han tomado partido por una causa, con grandes dosis de fanatismo.
Por otra parte, y luego de haberle dado con todo al candidato del PRI Enrique Peña Nieto, quien sufrió la peor guerra sucia de toda la historia electoral del mundo, las fuerzas del PRD, PT, MC, PAN, etc., no pudieron con él y en el aspecto pos electoral, tampoco podrán hacer gran cosa por lo que hemos visto hasta ahora.
Luego de la elección denunciaron fraude electoral y exigieron el recuento de votos. Se hizo y salió peor para MORENA: porque Peña Nieto obtuvo más votos. Hoy acusan al priísta de haber comprado cinco millones de sufragios. Aseguran que por eso ganó la elección y debe tirarse ésta por esa causa. Nuevamente le falla la calculadora a López Obrador.
Porque si se compra el voto, ya no digamos que a mil pesos cada uno; pongámoslo a quinientos, se necesitarían ni más ni menos que DOS BILLONES, QUINIENTOS MILLONES DE PESOS ¿Qué locura! Si lo bajamos a doscientos pesos el voto, se hubieran gastado los priístas UN BILLÓN DE PESOS. ¿De donde diablos saldría tal cantidad de dinero? Ni Felipe Calderón ni Carlos Slim, quien parece ser el padrino de AMLO y Yo soy 132, los tienen para compra de votos.
El primero de julio los mexicanos salimos a votar libremente en las elecciones más vigiladas de la historia. Andrés Manuel tuvo representantes en todas las casillas, por lo que no pudo darse el fraude electoral. Las impugnaciones que se metieron en las urnas son mínimas, y todos los partidos compraron votos, hicieron regalos; pero en la intimidad de la casilla, la gente votó libremente y en secreto por los candidatos de su preferencia. Nadie supo por quien lo hizo y si algunos vendieron su voto, nadie puede prohibirles eso. Por lo menos con la actual legislación electoral.
Es por eso que la sociedad mexicana en su conjunto se encuentra en calma y consciente de que Enrique Peña gano la elección, por un margen tal que no deja lugar a dudas como sucedió hace seis años, cuando Calderón ganó, ya no por una nariz, sino por un barro el proceso.
El fracaso evidente de la movilización nacional a la que convocaron el pasado domingo las huestes lopezobradoristas y los del Yo soy 132, demuestra que no tienen el apoyo de la sociedad mexicana; que el pueblo de México no se deja deslumbrar por el discurso revolucionario de estas fuerzas ni cree que hubo fraude en la elección. Lo único que hay es un candidato que no sabe perder como AMLO, que demuestra en los hechos que es todo lo contrario de lo que presume ser, y que su política de ofrecer fantasías al pueblo… no pegó en las grandes mayorías.
manueltello2002@yahoo.com

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