Supervisa alcaldesa daños a la histórica ceiba en Acapulco

*En el año de 1900 ya existía este hermoso árbol
Laura Sánchez Granados

Verónica Escobar Romo supervisó el daño que sufre el antiguo árbol Ceiba a causa de una plaga de termitas que lo destruye por dentro y que está a punto de llegar al corazón, la madrugada del jueves se desprendió un enorme brazo que afectó a algunos autos estacionados en el Grand Hotel, que incluso se construyo buscando el lucimiento del mismo, la presidenta municipal dio instrucciones para que de inmediato se le dé el tratamiento adecuado y rescatar esta plata histórica.


Ahí encontró a Gloria de la Peña, vecina de la colonia Icacos, quienes  recordaron la importancia turística de este árbol de hace más de 30 años.
Pero ni esta generación, ni la anterior saben cuando nació y creció esta ceiba, lo que si se conoce son las historias de los abuelos, Natalia Romero Arcos nació en el año 1900 en Mahagua, hoy Puerto Marques, recuerda que cuando era una niña al menos tres veces a la semana se trasladaba con su papá Sergio Romero en un pequeño cayuco para llegar a Acapulco, no había carretera para ese lugar y dejaban la embarcación exactamente frente al árbol de Ceiba, ahí bajo sus enormes ramas disfrutaban de la sobra para continuar su caminata hacia el zócalo, porque no había transporte.
En sus recuerdos siempre estuvo esa enorme ceiba, de acuerdo a la información recopilada este árbol puede vivir más de 400 años y puede llegar a tener una altura de 60 metros, hay otro igual en el Fuerte de San Diego que tampoco nadie sabe hace cuantos años nació.
La ceiba está considerado como parte de los arboles históricos y notables de México, esto se encuentra en un compendio publicado en 1996 por el Instituto Nacional de Ecología.
Dice la historia que este enorme y hermoso árbol tiene un encanto particular, brinda placer casi mágico a la mirada y el tacto, por su gran tamaño y su sombra, todos los acapulqueños alguna vez en nuestra vida hemos disfrutado de la frescura que proporcionan sus largos brazos cubiertos de verdes hojas, florea de diciembre a marzo.
En la época prehispánica y aún ahora su savia se utilizo para curar el ardor de ojos, muchos acapulqueños la siguen utilizando para curar la conjuntivitis, cuando se cocinan hojas y cortezas el preparado es un fuerte diurético, también las semillas se utilizan para sacar aceites, comestible, aromático, lubricantes y antioxidantes

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