De Grilla, grillos y algo más

Uy, uy, uy… nunca falta el típico mala leche que subestima o juzga alguna situación antes que suceda. Esto lo traigo a colación, porque ya salió un valiente anónimo de esos que se pasan echando caca mi Potrillo, en el blog, que según su apreciación personal no debería otorgarse “Los primeros cien días de gobierno” a la próxima administración; pues según este anónimo personaje opina que si Eric es tan chingón debe empezar a gobernar bien y generar cambios desde el primer día. Como dijo “Jack el Destripador”, vayamos por partes. Pa’ empezar eso de los primeros cien días no lo inventó ni Figueroa, ni René Juárez ni ningún otro dinosaurio príista; según el periodista español Albert Medran, en su artículo: “¿Por qué son importantes los 100 primeros días de gobierno?” Son los cien primeros, como podrían ser doscientos o diez. Lo importante es el concepto. La idea de tener unos días para llevar a cabo la transición desde la oposición al gobierno. Del banquillo, a llevar el dorsal titular. Nunca tendremos una segunda oportunidad de crear una buena primera impresión. Y los cien primeros días son esa primera impresión. Veamos su importancia.

El origen

Franklin D. Roosevelt fue el primer presidente estadounidense en acuñar el término y en usarlo con fines comunicativos. Como en muchos otros ámbitos, somos herederos de los usos de la política estadounidense. FDR llegó al poder en el cuarto año de una crisis económica de alcance mundial. Necesitaba transmitir capacidad de reacción ante ella y mostrar resultados que cambiaran la situación. Generar confianza y optimismo a la ciudadanía y a los mercados.

Los cien primeros días de FDR son, en cierto modo, únicos. Las circunstancias y un modo de hacer política muy diferente al actual permitieron que el presidente pudiera ver aprobadas 15 leyes importantes en el Congreso. Sentó precedente e inauguró una nueva manera de medir los tiempos en político. Roosevelt no se separó ya de la ola del cambio que supo crear.

Gestionar una transición

Los cien primeros días son importantes porque muestran si un líder está capacitado para gestionar una transición. O lo que es lo mismo, para calibrar si los electores tomaron la decisión correcta al apostar por un candidato. Por ello, es importante demostrar que se tiene capacidad para ello.

En esta labor de gestión, el primer asalto es la propia formación de gobierno. La elección de los funcionarios es ya un mensaje político en toda regla. Aunque la oposición no valore o critique los nombramientos, sus experiencias previas lo harán.

El segundo asalto es el propio plan de acción político. Suele ser habitual que los presidentes recién elegidos centren su actividad en el problema que les ha hecho ganar las elecciones: economía, obra pública, educación, empleo, etc.

Conquistar las percepciones

Volvamos a la primera impresión. E invitemos a la atención a este baile. Los políticos compiten con un sinfín de actores por nuestra atención. Que es un bien preciado y limitado. Por ello, es importante conquistar las percepciones de los ciudadanos respecto al líder que recién ha asumido el cargo.

Muchos electores le recordarán por lo que haga durante el inicio del mandato. Si consiguió cumplir propuestas electorales, mejorar la situación, etc. será percibido como alguien eficiente y confiable. Si incurre en errores o inestabilidad manifiesta, los electores desconfiarán del nuevo gobierno. (Sic).

Entonces, si ya le dimos nuestro voto, en las urnas, a mi Potrillo; ahora debemos darle nuestro voto de confianza en que tratará de hacer las cosas bien, de generar cambios positivos y cumplir en lo posible de las circunstancias lo prometido en campaña; pues no debemos dejar pasar por alto que le heredaran una deuda millonaria y muuuchos problemas; y ahora lo sabemos todos, y sobre todo mi Potri, que si le gana la ambición y no hace las cosas bien, adiós carrera política, pues cada uno de los errores los estaría pagando en las urnas si más adelante pretendiera convertirse en diputado local o federal. En lugar de andarle buscando chiches a la culebra confiemos en nuestro alcalde electo y ayudémosle a construir una buena administración y un mejor futuro. Para ello es imprescindible que mi Potrillo además de elegir a las personas idóneas para cada puesto, desde el primer día de gobierno empiece por transformar la imagen del entorno, es decir, darle una nueva apariencia a las oficinas, a los edificios de gobierno, al personal administrativo; pues recordemos que la política es percepción, entonces el ciudadano debe percibir que una nueva administración de alguna manera está empezando a realizar cambios que van a redundar en el bienestar general y a diferenciar al nuevo gobierno de los anteriores. El nuevo gobierno debe buscar establecer vínculos con la sociedad y con los grupos y abrir foros de consulta sobre obras públicas, deportes, salud, turismo, pues nosotros los elegimos para trabajar por nosotros, servirnos y darnos resultados, y están obligados a estar al tanto de nuestras inquietudes y demandas. Ya se, ya se que van a decir que esta misma historia se las conté con mi muñeco y que resultó un fiasco como gobernante. Pero, si no tenemos fe y confianza en que las cosas si pueden cambiar y mejorar, no le ayudamos mucho a nuestro país. Si Eric hace las cosas bien, pues ya le estaré echando porras desde este mismo espacio, si no igual, ya lo estaré lamentando, pero creo que debemos confiar y no perder la fe.

Ando tan positiva que no quisiera ni tocar el tema; pero en la edición del día de hoy, martes 07 de Agosto, salió publicada una nota en la página 3, del Despertar de la Costa; titulada “Responsabilidad de los 3 niveles de gobierno el retiro de cruceros de Zihua”. Según el contenido de esta nota, el presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Zihuatanejo, Rogelio Lozano Calderón, “Los tres niveles de gobierno son los culpables que ya no vengan los cruceros al puerto, porque nunca se preocuparon por hacer un estudio estadístico real de la aceptación que tenían; además quienes digan que no dejaban derrama económica, son personas con poca visión, porque el 80 por ciento de los cruceristas regresan por tierra a los destinos visitados en su trayecto” (Sic.). ay no, que no la amuele este tipo, porrr favor que alguien le diga que los culpables de que los cruceros ya no vengan a este puerto son Obdulia Balderas, Magüi Martínez, Silvestre Pacheco y los Krebs, que fueron quienes se opusieron a la construcción del muelle y pus las empresas que manejan los cruceros no van a exponer la integridad física de sus pasajeros solo porque un par de seudo ecologistas se amarraron a una palmera para impedir la construcción del muelle. Y eso de que el 80 por ciento de los cruceristas vuelven por tierra a los lugares que visitan en sus trayectos; creo que es mejor que ni vengan por crucero pues corremos el riesgo de que mejor se vayan a Can Cún, Los Cabos o cualquier otro destino donde haya servicios, atención y atractivos de calidad. Con la pena pero ya somos un destino de turismo social y nuestros nuevos visitantes cuando mucho consumen latas de atún, pan bimbo, playeras de 3X100 y trencitas. Por ello debemos confiar en que todo va a cambiar con mi Potri.