OPINION

Por  Manuel Tello Zapata
Mario Moreno ¿Gobernador?

Nuevamente, el Presidente municipal de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos, acudió ayer a conocida radiodifusora (Capital Máxima) donde por espacio de una hora escuchó con atención y tomó nota de todas las demandas, denuncias y hasta felicitaciones que le hizo llegar el auditorio del noticiero Al Instante. Dicho ejercicio democrático y de buen gobierno tiene lecturas importantes.

La autoridad debe escuchar a sus gobernados, algo que resulta sumamente difícil, por los pasillos burocráticos de los palacios municipales, y las agendas saturadas de los alcaldes. Sin embargo, Moreno Arcos ha buscado en todo momento abrir espacios de diálogo con la ciudadanía; por eso durante su primera administración municipal, instauró las audiencias públicas que mantiene en su presente gobierno.

Ahora lo hace también a través del radio, donde el conductor Federico Sariñana y su equipo de colaboradores, tienen que dar todo de si para atender los cientos de telefonemas y peticiones en internet, que le hace llegar la ciudadanía al alcalde Moreno Arcos, quien siempre tiene una respuesta atenta y busca solucionar los mil pequeños problemas que en cada esquina de las colonias existen.

Por otra parte, Mario visitó la ciudad de Iguala, donde los periodistas lo entrevistaron sobre temas del avatar político; dijo verdades de a libra que fueron reseñadas por los medios. En torno a su partido, aseguró lo que todos sabemos: que el candidato a equis cargo, debe ser el que esté mejor posicionado.

Esto no lo practicó el priísmo local en el pasado reciente y se perdió la gubernatura feamente en dos ocasiones. La peor de ellas sucedió en la más reciente, donde el mejor posicionado era Ángel Aguirre Rivero; pero las ambiciones descoyuntadas de algunos caciques (Manuel Añorve Baños, Rubén Figueroa, etc..) echaron por la borda cualquier posibilidad de triunfo.

Obviamente, en ese tiempo el PRI era oposición, no  tenía a nadie residiendo en Los Pinos y el Presidente del partido (Beatriz Paredes) hacía lo que se le antojaba. Hoy las cosas serán diferentes. Los grupos de poder locales ya no podrán imponer sus voluntades a la hora de seleccionar candidato, porque algo no va a cambiar en el PRI: la hoja del árbol no se mueve, si no sopla el Presidente de la República.

Mario Moreno Arcos es ahora un político con gran experiencia, tanto en nuestra entidad como en el Centro, por haber fungido en dos ocasiones como diputado federal. Manejará una relación estrecha con el Presidente Enrique Peña Nieto, ya que éste firmó ante Notario Público, el compromiso con los chilpancinguenses de solucionar el ancestral problema del agua potable y como dicen popularmente: “Ora lo cumple”.

Tiene una relación de amistad estrecha con Luis Videgaray, el próximo Secretario de Hacienda y casi, casi: alter ego presidencial. Por si fuera poco, Moreno Arcos mantiene una relación de mucha amistad con el Gobernador Ángel Aguirre Rivero, por lo que pocos dudan en que hará un excelente papel como alcalde de Chilpancingo y después: llegará muy bien posicionado al 2015… para lo que viene.

Mario no necesitó de auto destaparse en la reunión de Iguala como lo quiso hacer ver un periódico de Acapulco. Lo que en realidad expresó el alcalde Capitalino es que si llega al 2015 con posibilidades reales de triunfo, buscará la candidatura a Gobernador, pero solo en ese caso; porque su objetivo no es ser candidato… sino Gobernador.

Obviamente que si no se dan estas condiciones, estará dispuesto a darle todo su apoyo a quien se encuentre mejor posicionado. Porque asegura Mario, que lo importante es que su partido recupere el poder ejecutivo del Estado al margen de intereses oscuros, personales, o de grupo.

AYOTZINAPA; SESGOS Y FALSEDADES

El ex Procurador de Justicia Alberto López Rosas, presentó su libro “Ayotzinapa, verdades, sesgos y falsedades”, donde reitera que las balas que privaron de la vida a dos estudiantes de esa Normal, salieron de los fusiles que empuñaban miembros de la Policía Federal y que no es remoto que la orden de disparar saliera de la oficina de Genaro García Luna, Secretario federal de Seguridad Pública.

Estamos de acuerdo con él. La investigación que hicieron los miembros de la Comisión Nacional de Derechos Humanos fue sesgada y con claros visos de defender la posición del Gobierno Federal culpando de todo al del Estado. El escenario es claro y lo confirman los videos: desde que los rijosos estudiantes de Ayotzinapa llegaron a las gasolineras (¿porqué escogieron precisamente ese lugar y portaban garrafas de gasolina?), se presentó un contingente de la Policía Federal.

Sus mandos trataron de dialogar con los “Ayotzinapos” para que desbloquearan la autopista, pero estos se negaron rotundamente. En todo momento fue la Policía Federal la que trató con estos vándalos, quienes en un momento determinado se armaron de piedras para enfrentarse con la policía (federal) cuando estos trataron de detenerlos en su intento de incendiar la gasolinera.

Fue un enfrentamiento duro, donde las piedras que los manifestantes tomaron de un camión de volteo llovían sobre los federales quienes recibieron la orden de disparar al aire para contenerlos, pero dos de los estudiantes más agresivos no hicieron caso y fueron baleados para contenerlos. A corta distancia los proyectiles atravesaron los cuerpos, por lo que no se puede saber de que arma salieron estos.

Alberto López Rosas estaba haciendo un buen papel como Procurador y se encaminaba a resolver los casos más sonados como el crimen del Diputado 500, el de Armando Chavarría Barrera; se resolvían otros no menos importantes, etc.. Fue lamentable su salida de la PJE; sobre todo porque su sucesora está haciendo un papel deplorable y mediocre, no por mala fe sino por su inexperiencia y falta de colmillo.

Es necesario que se reabra la investigación sobre este desalojo. Pero que lo haga un gobierno que no sea juez y parte, como el entrante de Enrique Peña Nieto. Las pesquisas deben señalar desde luego, también a los estudiantes de Ayotzinapa que provocaron la muerte de Gonzalo Miguel Rivas al incendiar la gasolinera, para que sean castigados conforme a la ley.