LA RUEDA DE LA FORTUNA

Por Alfredo Sarabia
Trato cortesano

No fue un trato Presidencial el que recibió Enrique Peña Nieto durante su programada visita a Casa Guerreo anteayer 10 , ahí donde vive y despacha el gobernador Ángel Aguirre Rivero, actualmente de filiación perredista siendo gobernador del estado de Guerrero. Fue más que nada, un trato cortesano, propio de un rey el que distinguió al cuestionado presidente de la República. De acuerdo a la reseña periodística que al respecto nos brinda El Sur en su edición de este jueves 20, gente encumbrada en el Gobierno del estado y en otros espacios de la Política, se disputaban un lugar al interior del inmueble citado, todo para estar presente en el evento anunciado y querían, de alguna manera ser visto, aunque solo fueran convidados de “piedra“.
La adulación hacia el mandatario de la República, fue la característica principal que permeó en el ambiente creado por la visita Presidencial.  De hecho se trató de una fiesta priísta y entre  priísta y si no hay que ver esto para darnos cuenta: El presidente de Chilpancingo Mario Moreno Arcos, el diputado local y ex presidente municipal de Chilpancingo, Héctor Astudillo Flores y como si lo fueran, el gobernador del estado de Guerrero Ángel Aguirre Rivero y otros que se dicen perredistas, etc.
Ahí, el oriundo de Ometepec, presumió la añeja amistad que lo une con EPN, quien por su parte hizo dos anuncios espectaculares: Agua para zonas carentes del vital liquido t el retorno del Tianguis para Acapulco…pero en el año 2015. Básicamente, esta situación ha hecho subir hasta las nubes, a los aduladores  patéticos, aquellos que se imponen  “a codazos” entre los demás, para “salir en la foto”.
Atrás quedaron los tiempos de esos perredistas que se cuentan en esta “bola” de desmemoriados, cuando algunos de ellos, cuestionaban en serio aparentemente, la forma en cómo llegó a la Presidencia de la República, EPN y que hasta hoy, mantiene 14 presos en la ciudad de México por protestar precisamente en contra de la decisión que estructura el puesto a Peña Nieto.
Podemos decir que fue una visita que desarrolló EPN, pintada con características más de Política que de otra cosa. Esta visita, forma parte del plan esquemático que trae consigo Peña Nieto    para recorrer la República mexicana  en su afán de lograr la legitimidad negada en las urnas, ya que hay que evocar la oscuridad que envolvió su triunfo  electoral, dejando serias dudas e interrogantes a su paso hacia Los Pinos. Aquí en el estado de Guerrero, corrió con mucha suerte al no haber las protestas que por lógica perredista se podían esperar, nada de ello ocurrió, al contrario, EPN solo encontró una gran gatería amnésica, sobre todo por qué el estado de Guerrero se dice que es perredista, donde sus nueve diputados federales de  mayoría relativa, son del PRD,  donde la mayoría de los diputados locales son del PRD, donde la mayoría de los  municipios guerrerenses son gobernados por el PRD y donde el gobernador es del PRD, en alianza con el PT  y el MC.
Esto es parte de la firma del pacto Presidencial por México, que hiciera el 2 diciembre el dirigente nacional del PRD Jesús Zambrano. Tiempos, tiempos, tiempos. ¡Pobre PRD! ¿Qué le hicieron?
La forma cómo se recibió al presidente,  se debe interpretar como un mensaje que deberán preparar  aquellos estados  gobernados por un priísta, partiendo en el supuesto que en Guerrero, está siendo gobernado por un perredista o al menos eso se dice. En fin, veremos en que acaba esta novela de la vida real….HASTA PRONTO.

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