LA RUEDA DE LA FORTUNA

Por Alfredo Sarabia
Gasolinazos a la orden del día

Entre otras herencias funestas que nos dejó el panista Felipe Calderón Hinojosa, es el llamado popularmente como “el gasolinazo”, es decir, un aumento paulatino en el precio de los combustibles de mayor uso en nuestro país (gasolina magna, gasolina Premium y diesel).   Así, el primer sábado de cada mes de los últimos años del presidente cuestionado, nos hemos venido con otro precio de los hidrocarburos mencionados, otro precio pero por arriba del anterior, el cual viene a representar que la sangría a nuestra economía familiar, siga aumentando poco a poquito.
El gobierno federal de Calderón ya se fue, pero se quedaron esos aumentos a la gasolina, o sea que la disposición del panista de tenernos en el constante y pertinaz predicamento del aumento frecuente en el precio de las gasolinas. Encontró luz verde en el gobierno sustituto, en el gobierno priísta federal de Enrique Peña Nieto, quien no hecho nada por remediar esa sangrante situación, que permea a todas luces al sector de menor posibilidad económica, que es el sector mayoritario de la población mexicana.
Si el gobierno federal del priísta Peña Nieto quisiera quitar “esa piedrita en el zapato” en la economía familiar de los mexicanos, lo haría fácilmente, ordenándole a sus diputados y senadores que revocaran la disposición de su antecesor, el panista Calderón. Yo estoy cierto que la orden la acatarían fielmente sus correligionarios legisladores, situación a la que se sumarían automáticamente los legisladores del PAN y del PRD y obviamente los de los partidos aliados por tradición: Panal y los del PVEM. Los votos de todos estos privilegiados, provocarían un derrumbe en esos lacerantes aumentos y con ello, se traería un bálsamo a la de por sí precaria situación económica de miles y miles de familias mexicanas.
No obstante, este sueño nunca será realidad en este gobierno de Peña Nieto, por qué de hacerlo, simple y sencillamente sería como un atentado a sus egoístas y mezquinos intereses, tanto del propio Peña Nieto, como los de su entorno más cercano.
El argumento que se arguye para sostener esta alevosa y cruel medida, es que si sigue subsidiando la gasolina, se trastocaría la economía del país y la justificación más reciente hecha por  un alto funcionario de Hacienda, la cual me parece una gran estupidez para maquillar esta perversión, ha sido de que los precios de los combustibles de nuestro país, están en 10 por ciento debajo de los precios de las gasolinas  de los Estados Unidos, ¡Haga favor semejante aberración! Desafortunadamente, esta es la realidad. Mensaje desalentador para todos nosotros, los de “a pie”, sin duda alguna y vaya como consuelo, en esta penitencia, vamos todos, priístas, panistas, perredistas, verdes, apartidistas, los que sin ser priístas votaron por  Peña Nieto, etc.
En este escenario, se habla de que tiene que importar la gasolina y eso genera mucho dinero que se va. ¿Importar gasolina en México? Yo diría, incapacidad gubernamental, ya que nuestro país, se caracteriza por sus yacimientos petroleros, por eso digo: ¿Importar gasolina en México?...HASTA PRONTO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario