MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo
*** Figueroa Smutny; ¿Solución o problema?

El libro de “los siete hábitos de la gente altamente efectiva” de Sthepen R. Covey, considerado lectura obligada para quienes aspiran al éxito, refiere que existen dos tipos de personas: Proactivas y reactivas. Mientras las primeras son las que aportan y construyen. Las otras no aportan y gastan demasiadas energías en tratar de sabotear lo que se edifica. Es evidente, que dentro de la segunda clasificación se ubicaría al diputado local plurinominal del PRI, Rubén Figueroa Smutny, quien ha adoptado como parte de su vida, el cuestionar y lanzar acusaciones en contra de otros políticos, pero sin que se sepa, hasta hoy, que haya hecho algo relevante a favor de los habitantes del estado de Guerrero.
Así es. La gente proactiva es la que sirve y siempre busca la oportunidad de crecer. No es aquella que intenta descarrilar a otros para sacar beneficio. Mucho menos pierde tiempo en criticar, porque entiende perfectamente que su misión es la de construir. La gente reactiva tiene la desdicha de ser así, porque detrás de ello se esconden frustraciones y dolores. Tal vez, la matanza de aguas blancas siga pesando en el ánimo de quien hoy ha buscado como blanco de sus ataques al Gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Lo de Figueroa Smutny es realmente un monumento al cinismo. Sobre todo en una entidad donde se reclama el esfuerzo y la suma de todos los actores políticos y sociales para ir avanzando en los grandes pendientes del desarrollo. No olvidar que es la segunda ocasión que es diputado local y que también ya fue legislador federal, desde donde no se ha sabido que haya hecho algún aporte importante y relevante. Y tan es así, que su fama se reduce a que es hijo de un ex gobernador y al fervor que le tiene a su cuenta de facebook.
Las carencias y su personalidad reactiva están en todo su esplendor. Lo que evidentemente no aporta nada en beneficio de la entidad y en la búsqueda de soluciones en éste momento especial que se vive en la entidad suriana, y en el que, hay que decirlo, el Gobernador de Guerrero ha puesto toda su voluntad y habilidad para fortalecer la estabilidad y armonía social.
El cinismo no permite a las personas reactivas reconocer el grado de responsabilidad que poseen. Mucho menos hablarles del tema de la corresponsabilidad. Y en ese sentido, es realmente lamentable que personas de esa clase, se ubiquen en posiciones del servicio público, en donde se supone, su tarea primordial es la de servir y hacer aportaciones en bien de la sociedad.
Figueroa Smutny tiene por encima de todo sus intereses personales o de grupo, acorde a lo que distingue a las personas reactivas. ¿De qué le sirve a los guerrerenses, el hecho de que el junior se la pase cuestionando y señalando a los demás políticos? Sus aportaciones, en resumen, no sirven para construir y mejorar el estado de cosas. 
Mucho daño, sin duda alguna, se genera a un estado, y sobre todo a su gente, cuando existen políticos de ese nivel tan bajo. Figueroa Smutny es una manifestación clara del cinismo. Ve con facilidad la astilla en el ojo ajeno y no percibe la viga que trae en el propio.
Ser proactivo es apostarle a edificar mejores condiciones de vida. Ir hacia adelante con la mentalidad positiva y con la mira puesta en ser solución y no problema. En ese sentido, Figueroa Smutny, ¿Qué es? ¿Solución o problema? Esa es la cuestión.

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