LAS HUELLAS DE LA VIDA

Por Raúl Román
Guillermo Coria Contreras  “El andar de un confidente”

“… anhelo de tenerte por unos segundos,de poder tocar tu cuerpo y tu alma, por una mirada”…
Así versan los recuerdos de la infancia de Memo, en Los Guayabitos, en el mero corazón geográfico de la majestuosa Sierra Madre del Sur, siempre imponente, entre sus riscos altaneros y bajo un cielo esplendoroso; la infancia y parte de la adolescencia la cursa entre asistencias a la escuela primaria “Venustiano Carranza” de El Real de Guadalupe, adonde  convivía con los profesores Ranulfo y Silvestre, que en esos momentos “eran los que levantaban la escuela y también tenían la mano suelta para hacerse obedecer”, a la vez que tenía que desplazarse en caminatas persistentes y diarias, queriendo remontar la alfabetización que se restringe en las zonas rurales mexicanas, pero que se sustituye y resplandece echando a volar la imaginación y haciendo crecer la fantasía.
Su padre, Isidoro, cumple con la responsabilidad del varón ruralizado que ama a sus hijos: Marina, Horacio, Porfirio, Guillermo, Aurelio, Juvenal, Sigi, María Guadalupe, Efigenia y la existencia caprichosa también les regalan la hermandad de Orfanel y Guadalupe… Josefina, que es la viva imagen de la mujer mexicana, siempre trabajadora y eternamente amando a sus vástagos, ambos, en medio de las labores campiranas, saliendo a encontrar la alborada en disposición al trabajo y terminando la jornada cuando el sol se esconde en el horizonte serrano.

   Pronto, “El Guachero” piensa sobre el futuro de su descendencia, que en esos momentos estaban destinados a seguir, valientemente, el uso del machete, la guadaña y los aperos, para rendirle a la tierra bendita, haciendo comunión con la lluvia incomparable, el aire refrescante y el padre sol, en la labor inacabable de hacer germinar los mejores granos y hortalizas que alimentan al mundo… pero sabiendo lo ríspido que puede ser el trabajo en el campo, toma la decisión de la migración hacia el puerto del “lugar de mujeres”, que es la incipiente urbanización que les queda mejor y más cerca para seguir el camino de la familia.       
    Y una mañana fría y solitaria, Guillermo Coria Contreras va en busca de su destino, lleno de sueños y esperanzas, escribiendo en su libro blanco, las mejores páginas de la vida… egresa de la ya legendaria Escuela Secundaria Técnica 52, de donde se aloja en su mente las funciones de sus profesores, especialmente de Benito Cabañas y Francisco Serrano, por su labor educativa y pulsando la guitarra, respectivamente, para posteriormente, salir a conquistar el bachillerato en la Preparatoria No. 13, dependiente de la Universidad Autónoma de Guerrero, hasta que llega el momento de elegir una especialización… las opciones se reducen, pero los sueños se engrandecen y su destino es El Instituto Tecnológico de la Costa Grande, en donde cursa la licenciatura en Acuicultura, una ciencia afín con su parsimonioso proceder cotidiano. Y Actualmente abraza con pasión la licenciatura de matemáticas, cuya especialización le aprisiona los sentidos y las percepciones.
   Mientras tanto, sus hermanos buscaban la vida en diferentes direcciones, queriéndose y amándose unos con otros, protegiéndose y ayudándose en cada jornada de estudio y trabajo, siempre bajo la tutela amorosa e incomparable de Isidoro y Chefita.
   Cada hermano cincela su presente y su futuro en diferentes actividades comunitarias… pero Memo avanza en su academicismo, que lo lleva a estudiar otros planos del espíritu y, así llega a editar su primer, libro autobiográfico pero definido con una gran prosa descriptiva que incita los sentidos, pero insistente y especialmente dedicado a su padre y para las últimas fechas arriesga su caudal y su talento para regalarnos sus “Poemas Sueltos”, que harán las delicias de toda su familia y sus amigos y que trae en sus líneas todo el estado emocional que guarda su alma, pues...
El encanto de la poesía es una sinfonía de sentimientos conmovedores y estremecedores… es la conjunción de emociones, propuestas, sueños, realidades y, a veces, de razones… la poesía es el lenguaje de los dioses, para saludar a la vida, cantarle al amor, anudar los corazones humanos y evocar los ojos cristalinos, la curvatura armoniosa de la belleza femenina, el encuentro eterno con los amadísimos padres, la pleitesía a los queridos abuelos, la declaración de amor a los inolvidables hijos y un canto hermoso a la vida que enuncie su magia, su entrega, su suerte, por haber nacido y crecido en medio de seres humanos conscientes, sensibles y solidarios.
 Si leer un texto poético es una delicia incomparable… concebir, estructurar y escribir una poesía… es un acto de amor, que marca el alma del lector y sella para siempre la obra del autor… en su obra, nuestro amigo ofrenda, con el alma en la mano, a sus papás, a sus mujeres, a la tierra de nacencia y vivencia, llevando despacito el olor a tierra mojada, recogiendo la semilla del trabajo campesino y campirano y atendiendo el ejemplo de “El Guachero” y de Chefita, que surcan el sendero de la honestidad, de la honradez y del trabajo que redime la imagen del hombre, como ser genérico.
 Memo Coria, va enviando verdaderas descargas poéticas que cimbran los sentimientos de sus congéneres… va emitiendo una estructura de poesía que enaltecen su figura, porque por amor nos hace llegar su obra literaria, bajo un lenguaje llano, sencillo, claro e innovador, que le permite un encuentro personal, un reencuentro con su familia y una confirmación amistosa con todos los que le rodeamos…
 Por sus afanes quijotescos y sabinescos… ya con el amor de Francemi Patricia y de sus amores como Yunuén y Shedany, que llenan el corazón de un padre amoroso, estudioso y escritor.
  Y en donde la poesía es el regalo de los dioses… la magia de la palabra rimada, medida y versada es un placer que enaltece la figura del hombre, como ser genérico; su tejido poético  está dedicado para los corazones sensibles, conscientes y ejemplares que cursan su estadía en los planos espirituales de la razón, el amor, la entrega, la determinación y el constante y permanente sentimiento de la gratitud… a los padres, abuelos e hijos, a la mujer, a la madre-tierra y a los hermanos, también al desamor, para deshacer los nudos del pasado o para evocar sus momentos gratos… el texto es un hermoso canto a la vida, con sus versos armoniosos y ejemplares, pleno de rimas que logran armonizar sus líneas y medir sus secuencias, bajo los más sencillos cánones literarios que exige la lengua española.
 Por todos los motivos de la vida, ¡larga vida a los “Poemas Sueltos de Guillermo Coria Contreras! P. D. Este viernes 3 de mayo, estaremos testificando su obra poética, en La Casa de la Cultura, desde las 18:00 horas. Los esperamos.

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