MEMORÁNDUM

Por  Gerardo Ruano Cástulo
*** ¿Qué hacer ante la crisis del agua?

La crisis de agua que se vive en Chilpancingo envía mensajes tanto para las autoridades como para la misma población. El gobierno municipal ha reconocido no solamente las fallas internas que tiene el sistema de distribución, sino que además, lo más grave, la escasez del vital líquido en las fuentes de abastecimiento. De ahí, que si la suma de los tres niveles de gobierno, con la inversión millonaria que se tiene proyectada, logra rehabilitar el sistema y traer el agua suficiente a la capital del estado, esto no funcionará de manera eficiente sin la existencia de una nueva cultura y un cambio de mentalidad.
Así es. Chilpancingo se encuentra ante un enorme reto, ya que la crisis del agua no se reduce a que el vital liquido caiga por la llave, sino a una cultura integral, que de acuerdo a los hechos, es el más grave obstáculo para que el problema tenga una solución satisfactoria. No se trata solamente de las medidas trilladas de usar cubeta para lavar el carro o reutilizar el agua con que se baña para el retrete. Sino de una conciencia más amplia, en el sentido de hacer realmente funcional todo el sistema.
Es cierto, ante la crisis, los tres niveles de gobierno están sumando esfuerzos con el objetivo de llevar más agua a los hogares capitalinos. Se habla de alrededor de 400 millones de pesos, que se aplican en cambiar y rehabilitar las redes de distribución, así como en la búsqueda de nuevas fuentes de abastecimiento. Todo esto, hay que decirlo, producto del cumplimiento del compromiso signado por el presidente del país, Enrique Peña Nieto, con el pueblo de Chilpancingo. Quien a pesar de haber perdido en Guerrero, y no haber recibido los votos que esperaba en la capital del estado, ha dado muestras de una gran madurez política y que sabe honrar su palabra.
De hecho, hoy precisamente, en el momento más álgido del problema, es cuando afortunadamente para los capitalinos existe mucha coincidencia y suma de voluntades entre los tres niveles de gobierno. El Presidente Enrique Peña Nieto, el Gobernador Ángel Aguirre Rivero y el alcalde Mario Moreno Arcos, gozan de una muy fuerte amistad. Lo que ha permitido, que las tres partes le estén apostando a buscar solución al problema del agua. Bien lo decía el presidente municipal de Chilpancingo: “No estamos cruzados de brazos”.
Ahora bien, el problema no se acabará con traer más agua a la ciudad y evitando que ésta se pierda por fugas en las redes de distribución, habría que ver si el organismo que administra el servicio está a la altura de las circunstancias o requiere de ajustes y cambios profundos. Ese es un punto, que no debiera obviar el cabildo capitalino. Hace algunos años, ante su inoperancia, ya hasta se habló de la posibilidad de concesionar el servicio. Por aquello de que la iniciativa privada ha demostrado saber cómo administrar ésta clase de servicios. 
La otra parte, sin duda alguna le corresponde a una población que hoy exige y súplica porque llegue el agua por la llave. Sin embargo, ¿Cuántos de ellos, están en la lista de morosos históricos de la CAPACH? ¿Cuántos gozan de una toma clandestina? ¿Cuántos tienen desperfectos en sus tuberías internas? ¿Cuántos no tienen bien aseguradas sus llaves de tinacos y cisternas? Y la pregunta del millón, ¿Cuántos están dispuestos a entrar a un servicio mejor medido y una revaloración más justa de las tarifas de consumo?
El asunto pues, no consiste en que solamente llegue el agua a los domicilios, sino de una cultura integral y un cambio de mentalidad, que responda a las exigencias que impone la crisis. Y es que, aunque el agua llegue, si no hay cambios y todo sigue caminando bajo el mismo esquema que no ha funcionado, toda la inversión, hay que decirlo, será en vano. Esa es la cuestión.

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