MEMORÁNDUM

Por  Gerardo Ruano Cástulo
*** Rumbo bien definido en la UAG

Cuando existe un propósito bien definido de inmediato se ve lo que se pretende alcanzar. Hacia donde se dirige el barco. Y las acciones dictan de que no se trata de una aventura, sino de un viaje con rumbo cierto. Eso sucede hoy en la Universidad Autónoma de Guerrero, por sus siglas UAG, en donde el rector Javier Saldaña Almazán viene dando muestras de que tiene bien definida la luz del faro que alumbra el camino, que se ha trazado para concretar todos los compromisos que asumió el pasado seis de abril, cuando asumió la responsabilidad de conducir los destinos de la máxima casa de estudios de la entidad suriana.
Así es. En medio del conflicto magisterial que vivió la entidad suriana, el rector dejo en claro, muy en claro, que no hay tiempo en la UAG para movilizaciones que frenen el desarrollo de la misma. Que la mejor marcha se da en las aulas y que la visión está depositada en crecer, por medio de la acreditación de las unidades académicas, a efecto de que la universidad reciba mayores recursos, pero no derivado de la presión, sino en reciprocidad por su aportación al mejoramiento de la calidad educativa.
En los primeros 45 días de su gestión, hemos visto a un Javier Saldaña fortaleciendo sus relaciones con los sindicatos de trabajadores de la UAG, estando cerca de los estudiantes, consolidando sus relaciones institucionales con los tres niveles de gobierno y vinculándose con diferentes actores sociales y políticos de la entidad, luego de que la universidad representa el mayor potencial de desarrollo para Guerrero. Sin olvidar, que ha comenzado a dar puntual seguimiento a las obras de infraestructura que se edifican para ampliar la oferta educativa, tal y como sucedió en el nuevo campus de la Costa Grande o en la nueva escuela de enfermería de la Tierra Caliente, que representan, desde ahora, una magnífica noticia para cientos de jóvenes que podrán acceder a éstas nuevas unidades académicas.
En el terreno administrativo, es evidente que no le ha tocado el mejor momento, ante los adeudos y problemas que le heredaron, así como el retraso en la entrega de los recursos por cuestiones administrativas, sin embargo, ha enviado señales claras de que sabe el camino que habrá de seguir. Primero haciendo pública la situación que priva en la UAG. Lo menos que puede hacer una institución educativa, y tratándose de la más importante del estado es apostar por la transparencia. Y segundo, ha anunciado que tiene contemplado un plan de austeridad, a efecto de racionalizar el ejercicio del gasto. Lo que se veía venir, luego de que el nuevo rector es una persona bien identificada por conocer la mecánica de la administración, o sea, cuestiones de previsión, planeación y organización. Y en ese sentido, para lograr los objetivos que se ha planteado, no solamente por la eventual crisis financiera, es imperativa una política de racionalización y manejo más eficiente de los recursos.
Las medidas y ajustes en las finanzas de la UAG son sumamente necesarios. No solamente porque hoy se hable de un momento de urgencia, sino en razón, de que hoy más que nunca, la racionalización en el uso de los recursos públicos es una necesidad. Y tan lo es, que solamente de esa manera, se puede aspirar a lograr avances importantes en el proyecto de crecimiento que se tiene visualizado. Eso parece entenderlo y saberlo perfectamente el rector Javier Saldaña Almazán, quien por esa razón, pondrá en marcha un programa para hacer más eficiente el uso de los dineros que llegan a la máxima casa de estudios.
Lo que se ve pues, luego de 45 días, es que en la UAG hay un rumbo bien definido, y que el capitán del barco, Javier Saldaña, sabe por dónde conducirlo. Esa es la cuestión.

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