MEMORÁNDUM

Por  Gerardo Ruano Cástulo
*** El aporte del Grupo Astudillista al PRI

La incursión de Héctor Astudillo Flores en el Congreso Local por la vía plurinominal no fue fruto de una simple negociación. Se entendió, luego de que fue nominado por su partido, el PRI, como coordinador de la campaña del entonces candidato presidencial y hoy presidente del país, Enrique Peña Nieto, como un mensaje de que ese instituto político enviaba al campo de batalla electoral a sus mejores activos. Al mismo tiempo, la apuesta es para tener mayor fuerza en el poder legislativo, sustentada en la experiencia, habilidad política y eficacia.
Así es. Las elecciones de 2012 tuvieron un sello de alta competitividad. Más aún, al estar en juego la presidencia de la república. Por eso la nominación de Héctor Astudillo al frente de la campaña Peñista se vio como un movimiento natural del PRI. Se tenía que enviar a los mejores cuadros al campo de batalla electoral. No olvidar la experiencia que tiene en el argot político, y por lo mismo, el enorme sistema de relaciones que posee por todo el territorio de Guerrero.
Por su liderazgo fue incluido también en la lista de los candidatos a diputados plurinominales. Su acceso fue automático. Y posteriormente, habría sido ungido como coordinador de la bancada priísta, hasta que su compañero legislador, el hijo del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, emprendió una feroz campaña en su contra, buscando denostar su imagen, ante lo cual, Astudillo Flores privilegió la mesura y madurez. No se subió al ring. Se separó de la coordinación y quedó en el aire una pregunta: ¿Ese era el trato que se le debía de dar al ex coordinador de la campaña Peñista?
La actitud del ex alcalde de Chilpancingo dejo en claro que no le interesa enfrascarse en conflictos, y que en todo caso, le apuesta a crear soluciones y no problemas. Y tan es así, que se sigue distinguiendo por su trabajo. Eso se puede ver en la comisión especial creada para los festejos del Bicentenario del Primer Congreso de Anáhuac y la lectura de los sentimientos de la Nación, desde donde, en su calidad de presidente de la misma, ha trabajado sin estar demasiado en los reflectores, y si en cambio, con mucha eficacia, a pesar de las limitaciones económicas.
Desde el Congreso, Astudillo Flores, con su trabajo, envía mensajes de que sabe leer y entender los momentos. El perfil que hoy maneja es parte de su experiencia. Es evidente que es un activo político importante, por lo que en su partido no se pueden dar el lujo de menospreciarlo.
Y es que, después de ver la forma en que se han estado distribuyendo las delegaciones federales, en donde ya le tocó a diferentes grupos, entre ellos: figueroísta, Renejuarista y añorvista. Es inexplicable la falta de inclusión de los Astudillistas. Sobre todo, cuando se vislumbra la estrategia de ir conjuntado a los grupos desde la esfera nacional, a efecto de que en el 2015, sea el liderazgo nacional quien tome las riendas y la decisión de la candidatura para Gobernador.
Astudillo Flores ya fue candidato al gobierno de Guerrero, y por ende, mucha gente lo conoce en el estado. Su reciente gestión como alcalde de la capital hace más vigente su liderazgo. Y desde esa óptica, se debe reconocer, que tiene un buen capital político, el cual, seguramente, jugará en 2015.  
Por esa razón no es casual su estancia en el Congreso del Estado. Y en ese sentido, desde la esfera nacional priísta, parecen tener un pendiente con éste grupo. Y más aún, cuando el cierre de filas es importante y forzosamente necesario ante el ambiente de competencia que se vislumbra. Decía un técnico de un equipo de futbol, es inconcebible que teniendo buenos delanteros, a éstos no les des parque. Esa es la cuestión.

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